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¿Tomará la bolsa europea el testigo alcista?

  • Europa puede tomar la delantera a corto plazo, aunque EEUU gane a largo
Foto: Getty.

Me llama la atención que la señora Le Pen quiera perder las elecciones. Porque salvo que ella vea algo que yo no puedo ver, lo de poner en primera línea de su campaña la salida del euro es buscar la derrota. Cierto: a los franceses no les gusta nada Bruselas, pero Le Pen debería recordar que la frase de que en la primera vuelta se vota con el corazón y en la segunda con el bolsillo se hizo en Francia. Y para sistemas electorales, como el francés, ninguno.

Si Marine Le Pen hubiera olvidado temporalmente el euro y se hubiera centrado en la inmigración, el terrorismo, el peso del Islam en la sociedad francesa o la crítica a las élites políticas (a las que Macron no es en absoluto ajeno), yo no habría descartado que pudiera ganar. Es más: habría recomendado reducir posiciones en la zona euro. Pero aun viendo lo que le ha pasado en Holanda a Wilders, donde el rechazo a la inmigración y al Islam es todavía mayor, y cómo los holandeses no se han querido embarcar en la aventura de abandonar el euro o la UE, ella sigue erre que erre. Un político francés me explica que Le Pen es joven y juega a largo plazo. Que piensa que su momento llegará cuando los franceses estén tan hartos de Bruselas y del euro como lo están ahora del islamismo, de la inmigración o del terrorismo, momento que coincidirá con un empeoramiento de la convivencia, por el aumento del peso de la población musulmana en Francia.

Sea por lo que sea, para los inversores es un alivio que la señora Le Pen, bien por estrategia, bien por cabezonería, se haya disparado ella solita en el pie, decidiendo convertir su candidatura en un plebiscito sobre el euro.

Esto, unido al resultado de las elecciones holandesas, podría cambiar, al menos temporalmente, el equilibrio de fuerzas entre la bolsa norteamericana y la europea, claramente favorable hasta ahora a la primera.

Porque, despejado el tema político (hasta las elecciones italianas) los inversores podrían volver a fijarse en la economía y en los datos fundamentales. En que Europa está más barata que EEUU y en que parece que la recuperación de la economía va en serio. Esto se produciría en paralelo a una cierta vuelta a la realidad en EEUU, en el sentido de que el programa económico del presidente Donald Trump es sin duda muy positivo para la bolsa, pero aplicarlo va a llevar tiempo, esfuerzo y una dura negociación política. Y no solo porque es un programa radical, sino porque a Trump le odia medio país, casi toda la prensa, el stablishment y gran parte de los senadores de su propio partido.

Personalmente, pienso que a largo plazo Trump se saldrá con la suya y aplicará gran parte de su programa. Está en sus genes conseguir lo que se propone. Y lo ha demostrado ganando las elecciones, contra todo y contra todos. En consecuencia, a largo plazo sigo dando más peso a EEUU que a Europa en mi estrategia. Pero a corto podríamos tener un periodo en el que, por una vez y sin que sirva de precedente, las bolsas europeas vayan por delante.

No debemos olvidar que la historia nos dice que en la eurozona, en cuanto se animan las cosas, pasa algo.

El primer candidato a cargarse la toma del testigo bursátil sería el BCE, mandando un mensaje de restricción monetaria prematuro. Pero en medio de una recuperación frágil, con la inflación subyacente estancada y el precio del petróleo perdiendo fuerza, no parece que debiera tener mucha prisa. Grecia también asoma por la puerta, pero el mercado sabe que la decisión política de mantener a Grecia en la Unión, a cargo del contribuyente, se tomó hace tiempo.

El otro gran afectado por este cambio de tercio sería el dólar. Si se pierde confianza en Trump y se gana en la Unión Europea, el beneficiario inmediato sería el euro.

Pero puede ser un camino de ida y vuelta, porque acabaría chocando con la realidad económica: en EEUU los tipos de interés son más altos y podrían seguir subiendo, mientras que en Europa seguirán a cero una buena temporada. Al final, el dinero va donde mejor le pagan y el tipo de interés es, por definición, el precio del dinero.

Finalmente, hay un grupo de inversores que tiene que tomar una decisión. Son los que se han perdido la subida de la bolsa norteamericana, porque se fijaron más en Trump que en su programa económico ¿Están ante una oportunidad de compra o entran cuando empieza el declive?

En mi opinión, hay Trump para rato y, aunque solo consiguiera implementar la mitad de su programa justificaría el recorrido alcista de Wall Street. Esta corrección representa una segunda oportunidad de entrar en un mercado que sigue siendo alcista.

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