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El sector bancario en 2017 no empieza bien

El año que ahora acaba no ha sido fácil para el sector bancario como no lo será 2017, pues arrastra problemas de muy larga digestión. Quizás el principal es el tamaño del mercado, que ha experimentado una reducción drástica que obliga a importantes reducciones de costes y de red.

Desde máximos a finales de 2008, el activo bancario ha disminuido en 600.000 millones de euros y la totalidad de lo perdido es crédito a residentes, es decir, personas físicas y empresas, justo la parte que venía considerándose más estable y rentable del balance. Si a esa reducción de negocio sumamos un escenario de tipos de interés desfavorable, la rentabilidad bancaria se encuentra bajo mínimos.

Además, todavía continúa la depuración de activos dañados y que tiene postradas a algunas entidades que aún tienen que absorber pérdidas millonarias por encima de las provisiones. Si a esto sumamos el impacto de la sentencia del TJUE sobre las cláusulas suelo, 2017 no empieza precisamente bien.

Así, durante el próximo año las entidades seguirán ejecutando sus planes de cierre de sucursales y reducciones de plantilla para ir adecuando sus costes a los nuevos escenarios de mercado. Las entidades seguirán concentrando sus esfuerzo inversor en la tecnología para poder desarrollar cada vez mayores operativas online.

El próximo año traerá un paulatino aumento de los tipos de interés, sobre todo a partir del segundo semestre, que mejorará algo el muy deprimido margen financiero. Las entidades seguirán procurando aumentar su activo en el segmento minorista que es el de mayor rentabilidad, aunque seguirán tropezando con el escollo de una clientela muy dañada por la crisis con escasa propensión o posibilidades de endeudarse.

Es posible que el próximo año veamos nuevamente alguna fusión o adquisición y se redoblarán las presiones para privatizar las entidades en las que el FROB es mayoritario, aunque se puede afirmar que de esas operaciones el Estado apenas podrá recuperar una pequeña parte de todo lo invertido.

En el ámbito internacional, la banca italiana consolidará su proceso de saneamiento y recapitalización tantas veces postergado y que a finales de 2016 ha pasado a ser de la máxima urgencia. Un escenario de tipos más altos en el mundo propiciará la mejora de los resultados bancarios y es muy posible que asistamos a procesos de consolidación transnacionales.

Juan Fernando Robles. Profesor de Banca y Finanzas del Centro de Estudios Financieros

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