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¿Es momento para invertir en emergentes?

Hay una reversión total en los mercados de renta variable emergente en 2016: los valores muy apalancados, cíclicos y de riesgo que se desplomaron en 2015 han protagonizado un ascenso. ¿En qué dirección debemos mirar? En 2015, los mercados emergentes vivieron momentos complicados.

Una devaluación inesperada del yuan, el desplome de numerosas divisas emergentes y la implosión del mercado local chino fueron sólo algunos de los obstáculos hallados por el camino. En 2016, este universo volvió a situarse en terreno positivo. El efecto conjunto del repunte en los precios de las materias primas, la debilidad del dólar, una postura más acomodaticia por parte de la Fed, la constante flexibilización de las políticas monetarias y la estabilización de los indicadores clave en China aportó un nuevo impulso. La combinación de todos estos elementos derivó en una revalorización de los activos de riesgo y en una reversión de los mercados.

Se produce así una mejora del perfil de riesgo/rentabilidad del universo emergente y, lo que es más importante, desde el punto de vista de los inversores, se ha registrado una mejora del perfil de riesgo/rentabilidad de los mercados emergentes: se obtiene una retribución más interesante. De hecho, el riesgo, definido como la suma del déficit por cuenta corriente y los niveles de deuda externa a corto plazo, ha disminuido, mientras que, por otro lado, la prima de riesgo (expresada como la diferencia entre los tipos reales de los mercados emergentes y los desarrollados) se sitúa actualmente en máximos históricos.

Mientras las autoridades monetarias de los mercados desarrollados siguen aplicando sin descanso sus políticas ultraexpansivas, los bancos centrales del universo emergente, por su parte, están implantado políticas ortodoxas que dan sus frutos. La inflación se relaja cuando los bancos centrales mantienen los tipos en niveles elevados, brindando así unas rentabilidades reales altas, sobre todo en Brasil, Rusia o Indonesia.En cuanto a las oportunidades de inversión siempre será complicado elegir el momento para invertir en este universo, y ello podría depender más de la suerte.

Sin embargo, con la mejora actual de las perspectivas de riesgo/rentabilidad, podría no ser el peor momento para regresar a la renta variable emergente si es que aún alberga dudas. Es importante tener en cuenta que, en este contexto tranquilizador, siempre parece faltar un elemento: el crecimiento. De hecho, muchos de los problemas estructurales siguen estando: debilidad del comercio internacional, un crecimiento nada reconfortante en los mercados desarrollados, apalancamiento elevado y preocupaciones acerca del exceso de capacidad. Por este motivo, es importante centrarse en el crecimiento a largo plazo.

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