
Periódicamente las entidades financieras parecen ponerse de acuerdo en el segmento de negocio que más va a aportar a sus cuentas de resultados en un período determinado. Depósitos, cuentas remuneradas, hipotecas, etc. se hacen visibles simultáneamente en las diferentes comunicaciones informativas y comerciales de la banca. Para este año, los principales actores del sector ya han trazado cuál va a ser su baza de negocio, y no es otra que el crédito al consumo.
En los últimos meses, las principales entidades del país han anunciado que están invirtiendo en sus filiales o áreas de crédito al consumo. Están poniendo en marcha planes estratégicos específicos que permitan un crecimiento de la financiación a particulares de dos dígitos en tan solo un año.
Hace meses que se veía venir que algo estaba fraguándose en el entorno de la financiación al consumo. Lo hemos visto en diferentes operaciones llevadas a cabo desde las entidades: lanzamiento de nuevas filiales de financiación al consumo, alianzas estratégicas entre bancos y financieras, compra de participaciones en otras financieras...
El pulso de la financiación a particulares también ha llegado a los establecimientos y e-commerce: muchas tiendas ofrecen financiación al 0% a sus clientes. Una práctica que no es nueva, pero que ahora es claramente más visible. No es que los comercios estén obteniendo financiación al 0% (pese al bajo nivel del precio oficial del dinero, que ha hecho que el euribor se encuentre en negativo), sino que estas ofertas son habitualmente fruto de acuerdos entre los establecimientos y las financieras: la tienda asume temporalmente esa carga de intereses para facilitarle la decisión de compra a su cliente. La financiación en el punto de venta beneficia a todos: a las financieras, que abren una nueva vía de negocio, y al establecimiento, que aumenta sus ventas.
¿Qué es lo que hace tan interesante el mercado del crédito al consumo para las entidades financieras? Primero, que es un segmento en el que las rentabilidades pueden ser altas, ya que el interés medio que se cobra en este tipo de préstamos, según el Banco de España, está entre el 9 y el 10,5% TAE para préstamos personales de hasta 30.000. Segundo, que son créditos que tienen periodos de amortización más cortos de alrededor de tres años, con lo cual su gestión es a priori más sencilla.
Y tercero, que la situación económica hace pensar que hay potencial en este mercado: tanto por el aumento de las matriculaciones (la financiación de vehículos supone aproximadamente el 35% de los préstamos al consumo, según Asnef), como por el incremento del gasto de las familias en bienes de consumo, alentados por el cambio de tendencia de la economía.
Y según lo que indican los últimos datos de concesión de financiación, efectivamente el cambio de tendencia en la economía es una realidad. Los expertos consideran que el segmento del crédito al consumo es un termómetro fiel de la economía real, al ser estos préstamos los primeros que se dejan de pagar en tiempos de dificultades y los primeros que se reactivan cuando se recupera la actividad.
Pues bien, según esto, 2015 fue el año de la consolidación de la recuperación, ya que el crédito al consumo creció un 13% y aceleró su subida desde el 8,25% de 2014, según los datos de la patronal Asnef. Las entidades financieras de crédito otorgamos el año pasado 23.617 millones de euros en nueva financiación, y aunque el segmento que más crece es el de financiación de automóviles (25%), el resto de productos continúan acumulando la mayor parte de financiación (12.126 millones de euros) y también se incrementan.
Los próximos meses serán claves para ver en qué se traduce toda esta apuesta. Que el mercado está en auge es un hecho indudable, así que probablemente veremos más movimientos, aparte de otros actores del sector.