Firmas

Los mercados deben entender de política: los sondeos ya no son fiables

La libra está navegando a toda vela por encima de los 1,60 dólares. El índice FTSE-100 supera como si nada los 7.000. El euro se está fortaleciendo, y la confianza empresarial está ganando terreno a lo largo del continente.

Se van descubriendo una pila de fusiones y adquisiciones, y algunas OPV de gran tamaño, a medida que los banqueros de inversión siguen adelante con acuerdos que se han mantenido suspendidos hasta que se resolvió la incertidumbre. Y al primer ministro británico, David Cameron, se le imagina desapareciendo en el Mediterráneo para disfrutar de un bien merecido descanso. Muchos inversores deben estar deseando que de algún modo puedan despertarse de un muy mal sueño y seguir con sus vidas en un mundo en el que el Reino Unido hubiera decidido quedarse en la Unión Europea.

Eso, como sabemos ahora, no es lo que pasó. En lugar de eso, mientras el FTSE ha estado sorprendentemente boyante, la libra se ha hundido, y ya hay abundantes indicios de que se han deshecho acuerdos, y de que se ha dado un golpe dañino a la confianza empresarial. El punto preocupante para los inversores, sin embargo, no es solo que no obtuvieran el resultado que deseaban. Es que interpretaron el referéndum británico de forma tan completamente incorrecta, y se autoconvencieron de que el lado del Remain acabaría ganando. Esa no es ni de lejos la primera vez que ocurre. Los mercados entendieron también al revés las elecciones británicas de 2015. No pensaban que Donald Trump fuera a ser alguna vez el candidato republicano. Interpretaron las elecciones españolas del mes pasado incorrectamente, y también las elecciones austríacas.

¿Un accidente?: quizás. Después de todo, estas cosas son intrínsecamente difíciles de predecir. Pero también es posible que esté pasando algo más importante: que los inversores se han vuelto completamente incapaces de predecir cambios políticos. Hay dos razones acuciantes por las que puede que sea así. Una es que los sondeos se han vuelto mucho menos fiables de lo que eran en el pasado. La segunda es que los traders y los gestores de fondos viven dentro de una burbuja privilegiada, y que tienen poco contacto con los votantes enfadados que están impulsando las insurgencias populistas a lo largo del mundo. Si cualquiera de las dos es cierta, deben arreglarlo -y rápido- o van a seguir perdiendo enormes cantidades de dinero.

Si rebobinamos un par de semanas, los mercados estaban en gran medida convencidos de que el Reino Unido, después de una campaña luchada duramente, votaría quedarse en la UE. A lo largo de toda la semana anterior a la votación, la libra se fortaleció ininterrumpidamente frene al dólar. En la propia noche de la votación, cuando se publicaban las últimas encuestas, y las encuestas privadas eran asimiladas por los corredores de divisas, la libra dio un salto hasta los 1,50 dólares. Y aun así, cuando se contaron las papeletas de voto reales, y el resultado salió muy diferente, la moneda de repente entró en caída libre, y ha permanecido bajo presión desde entonces.

Puede que algunas personas muy rápidas hayan hecho dinero gracias a la enorme volatilidad: se ha publicado que Winton Capital, dirigida irónicamente por un partidario destacado del Remain, ha hecho 1.000 millones de dólares negociando con el resultado de la votación. Pero la mayoría de inversores habrán salido perdiendo, y algunos gravemente. Siempre va a haber decepciones, pero también hay cada vez más indicios de que se está volviendo más y más difícil para los mercados tener una idea real sobre las tendencias políticas. Si tuviera una libra por cada comentario de instituto de investigación garantizando a todo el mundo que Donald Trump era sólo flor de un día, y que los adultos recuperarían pronto el mando del Partido Republicano, me sentiría mucho más rico. Muy pocos "expertos" previeron que conseguiría la nominación. El año pasado, la visión dominante era que Gran Bretaña tendría un Parlamento sin mayoría absoluta, y que la coalición perduraría, lo cual habría significado que no habría habido referéndum. Los inversores pensaban que la extrema izquierda de Podemos haría progresos en España el mes pasado, pero eso resultó ser un error, y también lo han sido las predicciones de las elecciones en Austria y Polonia. Realmente la política se ha vuelto mucho menos predecible.

Los motivos

Una razón es que los sondeos de opinión se han vuelto menos fiables. Sólo se equivocaron por unos puntos en el resultado del referéndum del Reino Unido. Pero eso fue suficiente para marcar la diferencia. Hay cada vez más indicios de que hacer sondeos se ha vuelto menos útiles. Eso puede ser debido a que la desaparición de los teléfonos fijos ha vuelto más difícil contactar con la gente. Puede ser que los votantes sean más expertos en medios y mientan con más frecuencia. Puede que sea alguna otra cosa. Sea cual sea la razón parece que es así. Los mercados deben empezar a tenerlo en cuenta. A menos que un lado tenga una clara ventaja de diez puntos en las encuestas, no se puede dar nada por sentado-y quizás ni siquiera entonces.

La segunda razón es más seria. La gente que de hecho forma los mercados son banqueros, brokers, gestores de fondos, periodistas, y pudientes inversores privados. Todos están dentro de una burbuja de prosperidad. La gente que se ha quedado atrás está en otro lugar. No tienen voz en los mercados porque no tienen dinero para invertir (lo cual es, por supuesto, parte del problema). A medida que las batallas políticas a lo largo del mundo desarrollado se vuelven cada vez más una competición entre los ganadores y los perdedores de la globalización, los mercados se han quedado más y más desorientados. Una razón por la que la mayoría de la gente pensaba que ganaría el Remain era que en la City, y en la mayoría de Londres, no se encontraba con ningún Leaver. Asimismo, no te encuentras con ningún partidario de Trump en Wall Street o en Washington. La gente que está en una burbuja de prosperidad no puede interpretar el ambiente político en absoluto, porque no tienen ni idea de cómo se siente la gente que está fuera de ese mundo.

A medida que el populismo se vuelve más y más fuerte, y que las revueltas contra las élites crecen en fuerza, los mercados deben conocerlas mejor. Deben entender que muchos de sus compatriotas no viven tan confortablemente como ellos, y no tienen la misma clase de oportunidades. Muchos están luchando por salir adelante con el salario mínimo y se enfrentan a una intensa competencia por el trabajo con migrantes dispuestos a trabajar por menos. Si no empiezan a entenderlo, seguirán teniendo un punto ciego -y acabarán perdiendo fortunas en el proceso.

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