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¿Ganó la economía en las votaciones?

  • El pueblo español es sensato y no se ha dejado embaucar por las utopías

El resultado de las elecciones debe tranquilizar a los inversores. ¿Por qué? Porque seguro que España no va a deslizarse por la pendiente del radicalismo protagonizado por Podemos. Tampoco se va a deslizar por la ingenuidad de los referéndums autonómicos. No va a haber una ruptura total de la política económica; se reduce la incertidumbre económica, que es el principal enemigo de la inversión.

Además, tampoco va a haber incertidumbre política en la estructura del Estado. Mariano Rajoy no es Camerón. No está dispuesto a jugarse el futuro a cara o cruz, ni preguntando a los ciudadanos sobre la independencia de una parte de España, ni sobre la pertenencia a la Unión Europea. Es un dirigente fiable, previsible y poco dado a las aventuras que se va a sentir reforzado por el resultado de las elecciones.

El Ibex 35 puede estar tranquilo en relación al mercado de trabajo. La reforma laboral se mantendrá. Los convenios colectivos de empresa seguirán primando sobre los sectoriales; prevalecerá el acuerdo del empresario y el sindicato de una determinada empresa, que conocen mejor sus necesidades, sobre los sectoriales de los aparatos de la patronal y el sindicato. No se modificarán sustancialmente las condiciones de contratación y despido, ni el derecho laboral tendrá grandes cambios.

El marco de los impuestos cambiará pero de manera razonable; probablemente variará pero como el PP ha anunciado que bajará los impuestos y el PSOE los quiere subir, lo normal es que se quede en tablas. Además el pacto de investidura obligará a un pacto de legislatura en el que se fijen políticas de Estado y para ello el bloque constitucionalista PP, PSOE y C's tiene suficientes votos. Políticas de Estado como: educación, exterior, europea, estructura territorial, sanidad, jubilaciones, etc.

No hay que olvidar que tanto el PP como el PSOE firmaron la reforma constitucional del artículo 135 por la que se perfila el control del déficit público, buscando una política fiscal ortodoxa. Si se consigue todo ello sería un nuevo pacto constitucional que podría dar estabilidad al país para otros cincuenta años. Un horizonte suficiente para cualquier inversor.

Pero sobre todo los resultados electorales arrojan una conclusión: el pueblo español es en su gran mayoría sensato. No se ha dejado embaucar por las nuevas "antiguas utopías" de los radicales. Cuando llega el momento de la verdad decide por la moderación. La suma de los partidos constitucionalistas (PP + PSOE + C's) es de 245 escaños en un congreso de 350. Por tanto, habrá reformas, pero dentro de los cauces razonables.

Contra la leyenda histórica que califica a España y los españoles de conflictivos, puede decirse que los actuales buscan el pacto. Eso han dicho con sus votos. La estructura del Congreso obliga.

Ahora es a sus dirigentes a los que corresponde cumplir con el mandato parlamentario. Si fuera diciembre de 2015 habría dudas razonables sobre el cumplimiento de ese mandato. Pero los seis meses transcurridos y el resultado de las elecciones han dado legitimidad a Rajoy y al PP. Sería muy difícil que el PSOE le negase esa posibilidad. Máxime cuando España necesita hacer frente a turbulencias internacionales y europeas.

Ciudadanos y su líder ya han anunciado su disposición a negociar a tres bandas con PP, PSOE. Durante la campaña electoral anunció un veto a Rajoy pero ahora esa posición carece de fundamento. Por otra parte algunos interlocutores de Rivera en el mundo económico, que le insinuaron ese veto, van a cambiar de opinión. El poder económico no se pueden enfrentar continuamente al poder político, no le es rentable. Menos aún si ese poder político puede permanecer otros cuatro años. Mariano Rajoy tiene fácil conseguir el apoyo de un Rivera debilitado por sus resultados electorales.

Un Mariano Rajoy que se va a convertir en referente en la UE. Merkel ha perdido a Cameron como aliado, pero su correligionario del sur se refuerza. Si el Brexit se realiza (que aún está por ver) España ganará peso en el concierto europeo y con la afinidad ideológica de los Gobiernos alemán y español aún más.

Todo ello en un momento en que se anuncian 70 millones de turistas, la balanza comercial da positiva y el consumo interno tira del PIB. Los astros han confluido de la mejor manera. Si hay un Gobierno pronto es muy posible que el crecimiento español de 2016 supere el 3,5% y el desempleo baje del 19-18% a final de año.

El PP ganó, la economía ganó, España ganó. ¿Quién da más?

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