
El fracaso no es una opción. Y optar por no cumplir con los españoles, y también, con Europa es optar por el fracaso. Eso es lo que están haciendo los populistas de derecha e izquierda, proponiendo rebajas irresponsables de impuestos, sin especificar de dónde va a salir el dinero, o proponiendo incrementos del gasto público superiores a 60.000 millones de euros, como ahora propone Podemos. Cualquier rebaja de impuestos o incremento de gasto que no pueda ser financiado, no sólo es un brindis al sol, es algo peor. A corto plazo, nos arriesgamos a una multa que puede llegar a 4.000 millones de euros.
Sin embargo, lo más preocupante, como ha señalado hasta el ministro de Economía en funciones, es que podemos perder la credibilidad en Europa y en los mercados. Esto puede terminar, en un país tan endeudado como España, al estilo griego o al venezolano. El estilo griego es el del giro de 180 grados, con recortes de gasto y de pensiones. El estilo venezolano, es el que propone Izquierda Unida, en coalición con Podemos pero con un programa distinto, y también partidos separatistas,"recuperar la soberanía monetaria", es decir salirnos del euro, para poder gastar más. El coste de cualquiera de estas alternativas sería muy elevado y destructivo, recayendo fundamentalmente sobre los más débiles.
Para evitarnos todo esto, en Ciudadanos hemos cuadrado las cuentas partiendo de la realidad, de una realidad muy preocupante. Por una parte, en 2015 pese a los reiterados engaños de Montoro y Rajoy de que íbamos a cumplir, el déficit se situó por encima del 5%. Esta es una tasa insostenible porque está muy por encima del crecimiento de la economía. Además, el déficit se ha incrementado en los cuatro primeros meses de 2016. Este incremento se debe tanto a la falta de control del gasto, como especialmente al derrumbamiento de los ingresos del impuesto de sociedades.
España no se puede permitir recaudar 10.000 millones de euros del impuesto de sociedades, y ésa es una previsión realista. Tengamos en cuenta que en 2015 se recaudaron 20.000, que la media de la OCDE está en un 2,5% del PIB aproximadamente, unos 25.000 millones, y que en 2007 recaudamos 45.000. Para recuperar un mínimo de recaudación en este impuesto, hay que perseguir el fraude y cerrar los agujeros.
Así, por ejemplo, si dejamos totalmente exentas todas las plusvalías de las grandes empresas, en el nuevo artículo 21 de la ley, no nos podemos quejar de que no recaudamos. Tampoco fue una buena idea establecer deducciones de compensación a las empresas por el "coste contable" de rebajar los impuestos, y eso también está en la nueva ley. Además, hay que mejorar y extender el control del impuesto, con una normativa simplificada y clara para las pymes, aumentando los medios de control de la Agencia Tributaria. Con todas las medidas de reforma del impuesto, en Ciudadanos aspiramos a una recaudación estable de unos 25.000 millones de euros, parecida a la de nuestros vecinos europeos.
La lucha contra el fraude puede ser una fuente de ingresos relevante, y mucho más justa que las subidas indiscriminadas de impuestos que hicieron Montoro y Rajoy, y que ahora proponen tanto el PSOE, como también Iglesias y Garzón. Así, si incrementamos no sólo los medios, sino también la información, y especialmente su utilización por la Agencia Tributaria, podemos obtener unos 6.000 millones de euros al final de la legislatura. Comenzaríamos por exigir los 2.800 millones perdonados ilegalmente en la amnistía fiscal. También proponemos medidas más duras y efectivas para luchar contra los paraísos fiscales, como prohibir a los bancos que operen en España que tengan filiales o sucursales en estos refugios del delito.
Por otra parte, la medida antifraude más importante de todas es convencer a los españoles de que deben pagar sus impuestos. Aunque sólo sea porque no podemos poner un inspector de Hacienda detrás de cada español. Para eso, lo primero es eliminar gasto superfluo y duplicidades, así como mejorar el control del gasto público. Esto pasa, por ejemplo, por despolitizar la Administración, y fortalecer la posición de los funcionarios de control, como los interventores, para evitar que puedan ser cesados por los políticos cuya gestión económica tienen que fiscalizar. Además, tenemos que eliminar un nivel redundante de gobierno, como son las diputaciones, que gastan en su propio funcionamiento la mitad del dinero que reciben. Calculamos que el ahorro derivado de todas nuestras medidas de eliminación de gasto superfluo ascenderá a final de legislatura a unos 5.000 millones de euros.
Con estas medidas, y otras que recogemos en nuestra memoria económica, que generarán más y mejor crecimiento, creemos que en 2018 podremos empezar a devolver a la clase media española una pequeña parte de los sacrificios que ha hecho durante esta interminable crisis, mediante una rebaja del IRPF. Frente a los populistas de izquierda y derecha, nosotros proponemos nuestras cuentas, plasmadas en la memoria económica, que pueden consultar en nuestra web. En política económica, lo que no son cuentas, son cuentos, y suelen acabar en pesadilla. Es hora de despertar.