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El empleado digital: cómo adaptarse a la evolución tecnológica

  • Detectar trabajadores con perfil digital es una prioridad para las empresas
Imagen de Getty

Con la desconcertante parálisis política que ha provocado la convocatoria de nuevas elecciones, con sus consecuencias en forma de incertidumbre económica, los españoles no otean un horizonte laboral demasiado iluminado tras el 26J.

Ningún partido de los que conforman este nefasto tetrapartidismo aporta una solución al principal problema de nuestro mercado laboral, que es de carácter estructural. La reestructuración y mejora de nuestro mercado de trabajo depende de decisiones estríctamente políticas y relacionadas con la actual configuración de nuestro sistema.

Culpa de las CCAA

La insostenible tasa de desempleo es fruto, entre otros factores, de la insoportable presión fiscal y de los altos costes laborales, necesarios para mantener el despilfarrador y corrupto Estado autonómico.

Sirva como referencia de lo anterior que el Estado se apropia, entre impuestos directos y cotizaciones sociales, del 40% del coste laboral de cada asalariado en España. A lo que habría que añadir el coste que suponen los impuestos indirectos, tales como el IVA.

Es factible aventurar que España seguirá contando a corto, medio y largo plazo con un elevadísimo nivel de paro, muy superior al que se registre de media en la UE. Y esta situación podría eternizarse, independientemente de la beneficiosa, aunque incompleta, reforma laboral, y del esperanzador ritmo de creación de empleo impulsado en los últimos años de la anterior legislatura.

Porque ninguna de las cuatro principales formaciones políticas aboga por eliminar las CCAA, o al menos reducir sus competencias y redimensionar las estructuras administrativas y empresariales de las mismas. Máxime, cuando muchas autonomías incumplen el objetivo de déficit, sin ni siquiera valorar las multas que Bruselas impone a los Estados incumplidores.

Así, los demandantes de empleo que no quieran abandonar España en busca de un futuro laboral mejor deberán prepararse para sobrevivir en un mercado de trabajo que seguirá "estructuralmente hundido" durante muchos años.

Talento digital

Al margen de lo anterior, los profesionales que quieran mantener alto su nivel de empleabilidad deberán reinventarse y adaptarse a la evolución tecnológica que está experimentando el entorno laboral. Sobre todo, porque las grandes empresas ya han comenzado sus propios procesos de transformación digital.

En relación a este último aspecto y al objeto de desarrollar sus inversiones tecnológicas, las nuevas empresas digitales están diseñando planes de negocio en los que incluyen políticas de gestión de personas enfocadas en el 'talento digital'.

Por tanto, la detección, selección y contratación de capital humano con perfil digital es una prioridad para estas empresas de última generación, que necesitan plantillas integradas principalmente por 'empleados digitales'.

Esta orientación del mercado de trabajo hacia la economía digital también representa una oportunidad de reinvención para los proveedores, tanto si estos son pymes como si son autónomos o freelancers digitales. Considerando al respecto que la figura laboral del freelance cada vez cobrará un mayor protagonismo en todos los sectores empresariales.

Habilidades del trabajador del S. XXI

Los perfiles que están demandando estas empresas digitales responden al de profesionales capaces de integrarse en sus disruptivas culturas corporativas, identificarse con sus renovados valores, adaptarse a los constantes cambios, etc. Y, además, deberán estar dotados de facultades que les permitan aprender continuamente en un entorno marcado por la innovación tecnológica.

Igualmente y de forma evidente, estos trabajadores del SXXI deberán destacar en aquellas habilidades, conocimientos, competencias etc., relacionadas con la tecnología digital y sus derivaciones...

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