Firmas

El largo camino que aún espera al yuan

  • Su inclusión en la cesta del FMI ofrece credibilidad a las reformas chinas

El 30 de noviembre el FMI decidió incluir el yuan chino (también conocido como renminbi) en la prestigiosa cesta de derechos especiales de giro (DEG), junto con el dólar, euro, libra esterlina y yen. La nueva composición será 41,73% dólar (previamente 41,9); el euro 30,93% (antes 37,4); el yuan 10,92%, el yen 8,33% (antes 9,4) y la libra esterlina 8,09% (antes 11,3). El cambio tendrá lugar el 1 de octubre de 2016. El 50% de la ponderación vendrá determinada por el grado de participación del país en las exportaciones y otro 50% por variables financieras, como ser moneda oficial de reserva. Las ponderaciones anteriores eran 60/40.

La participación de los DEG en las reservas del FMI es alrededor del 3%. Por tanto, su principal papel ha sido hasta ahora de unidad de cuenta del propio FMI y de otras organizaciones internacionales.

Los criterios actuales para entrar en la cesta son que la moneda se emita por miembros o uniones monetarias que sean los mayores exportadores de bienes y servicios en periodos de cinco años, y que sea considerada por el FMI de "libre uso". Ello no significa que flote libremente o sea totalmente convertible. Mientras sea ampliamente utilizada para pagos en transacciones internacionales y negociada en los mercados de divisas principales, puede considerarse de "libre uso". Sin embargo, el peso de una moneda en los DEG no tiene un impacto directo en la tenencia de reservas. Así, las ponderaciones de la libra esterlina y el yen japonés, antes de la inclusión del yuan, representan 4,7% y 3,8% de las reservas globales. Además, los bancos centrales, en la práctica, consideran que una moneda es un activo de reserva sobre todo si cuenta con profundidad de mercado y liquidez, así como hasta qué punto es completamente convertible.

Aunque el yuan tenga un peso del 10,92% en la nueva cesta, probablemente su peso en las reservas mundiales sea inferior. Si el yuan llega a suponer el 5% de las reservas globales en cinco años -las cuales sin China suman alrededor de ocho billones de dólares- la demanda del yuan sería de 80.000 millones por año, comparable a la cantidad mensual de yuan que venden los importadores chinos -los cuales pagan a sus socios comerciales en dólares- o que compran los exportadores chinos -que también pagan en dólares-.

De hecho, a corto plazo es poco probable que la inclusión del yuan tenga implicaciones significativas en su valor los próximos dos o tres años. Para que el yuan chino sea creíble como moneda de reserva y gane altura, es necesario un mayor desarrollo de sus mercados financieros y una moneda más flexible y basada en el mercado. Mientras, las persistentes presiones deflacionistas en China y la divergencia de su política monetaria respecto a la Reserva Federal de EEUU favorecen la depreciación gradual contra el dólar, así que el tipo de cambio puede situarse en 6,7 yuanes/dólares en 2016.

Ahora bien, en cualquier caso, la inclusión del yuan proporciona credibilidad a las reformas de China e impulsa la liberalización de sus mercados financieros. A este respecto es poco probable que el Banco Popular de China permita una depreciación significativa del tipo de cambio ponderado de su moneda, lo que iría contra su deseo de atraer flujos de capital extranjeros hacia sus mercados. Así que la inclusión del yuan es un hito más en un largo camino. De hecho el objetivo principal de China es continuar con las reformas financieras y abrir más sus mercados a flujos extranjeros. De momento China ha eliminado los límites para las inversiones a largo plazo de los bancos centrales extranjeros, instituciones financieras y fondos soberanos (otros inversores extranjeros están todavía sujetos a cuotas). En agosto el Banco de China, tras las observaciones del FMI, eliminó la persistente brecha de tipo de cambio del yuan con el dólar y su forma de fijación diaria. Finalmente en septiembre su ministro de Hacienda anunció un plan para emitir, por primera vez, bonos con descuento de interés a tres meses, necesario, pues el tipo interés de los DEG está basado en instrumentos a tres meses.

De momento el resto del mundo infrapondera significativamente los activos chinos y los chinos infraponderan significativamente los activos extranjeros, pero a medida que China liberaliza su cuenta pueden cambiar los flujos netos de capital. A largo plazo la inclusión en los DEG puede aumentar la demanda de la moneda china, pues a medida que se mueve hacia una liberalización completa de su cuenta de capital el yuan se convertirá en importante moneda de reserva. Pero es probable que China camine lentamente y sobre seguro en este proceso.

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Comentarios 2

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PAPI
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0ara que tenga credibilidad, debería empezar por ser una moneda de cambio libre;vete ahora con yuanes al banco a ver que te dice... Que vayas a China y los cambies.

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#1
paco velasco
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muy peculiares estos chinos.... un comunismo cada vez más capitalista.

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#2