
Los resultados de las elecciones parlamentarias turcas, celebradas el 7 de junio, muestran que el partido gobernante, el AKP, ocupa el primer lugar, aunque con una representación insuficiente para formar un Gobierno por mayoría. Los datos sugieren un Ejecutivo de coalición.
Según la matemática parlamentaria, existen muchas opciones y, antes de que se celebren las conversaciones para posibles coaliciones en las próximas semanas, es muy difícil predecir los partidos que formarán Gobierno.
¿Mejor con mayoría?
Desde el punto de vista económico, es probable que la reacción inicial sea negativa debido a la experiencia en el pasado: Turquía registró un crecimiento económico muy volátil, con subidas y bajadas, en el periodo 1991-2002, cuando el país estuvo gobernado por una coalición de partidos. El crecimiento económico fue superior durante los gobiernos por mayoría, por lo que cabe pensar que los mercados consideran negativos los gobiernos de coalición, en términos de perspectivas económicas.
Esto, unido a las incertidumbres sobre algunas enmiendas que se deben hacer en el sistema parlamentario y presidencial de Turquía, hace prever una reacción negativa del mercado bursátil en un principio, aunque no excesiva, ya que los mercados comenzaron a descontar la probabilidad de una coalición tras publicarse las encuestas electorales anteriores a las elecciones.
De hecho, esta es la razón principal por la que el índice BIST100 cayó bruscamente de los niveles de 88.652 puntos, el 18 de mayo, a los niveles de 81.943 puntos a inicios de este mes, y por la que el índice MSCI Turkey quedó a la zaga de sus pares en un 2% durante este período. La desaceleración de la economía turca fue una de las principales razones del menor apoyo obtenido en general por el partido gobernante. Por lo tanto, los socios de la coalición lograrán mejores resultados en las próximas elecciones si consiguen impulsar la economía.
Puesto que no están previstos comicios generales en los próximos cuatro años, el Gobierno de coalición podría disponer del tiempo y la gran oportunidad de centrarse en reformas importantes para resolver cuestiones de larga duración, como la problemática inflación y el elevado déficit por cuenta corriente. Todos los partidos tienen candidatos competentes para gestionar la economía, como el exvicepresidente del Banco Mundial, el exgobernador del Banco Central de Turquía o el exdirector general de la Bolsa de Estambul. El nombramiento de un equipo competente para gestionar la economía será percibido positivamente por el mercado.
Una coalición no es perjudicial
Pese a los temores de los mercados, una coalición no es necesariamente perjudicial para la economía. La economía turca registró una tasa de crecimiento anual compuesto del 3,2% durante el periodo de gobiernos de coalición entre 1991 y 2002, y del 4,7% entre 2003 y 2014, durante los períodos de gobiernos por mayoría. Por lo tanto, incluso durante los Gobiernos de coalición, la economía turca mostró un crecimiento decente, aunque volátil.
Además, debe tenerse en cuenta que el comercio internacional total de Turquía como porcentaje del PIB fue de media del 18% durante 1991-2002, y del 50% durante 2003-2014. Por lo tanto, es probable que las perspectivas para la economía mundial tengan un mayor impacto en el rendimiento general de Turquía.
Se ha generado preocupación recientemente por la falta de controles y equilibrios en el país, ya que el partido gobernante AKP controlaba casi todas las instituciones. Por lo tanto, un Gobierno de coalición representa una oportunidad para que existan diferentes puntos de vista en el mismo lugar, lo que será un paso más para que Turquía adopte un régimen político democrático al estilo occidental. Una Turquía más democrática también podría ser un factor positivo a largo plazo para el crecimiento económico.
Desde el punto de vista meramente económico, el equipo de renta variable turca de UBP considera que la dinámica positiva a largo plazo de Turquía no debe cambiar sustancialmente por el cambio de Ejecutivo con una población joven y bajas cifras per cápita para muchos indicadores, el mercado interior turco ofrece oportunidades de alto crecimiento. Además, la geografía de Turquía ofrece un fuerte potencial exportador para impulsar su crecimiento económico global gracias a su ubicación entre Europa y Asia. Mientras, en calidad de gran importador de energía, la dinámica por cuenta corriente de Turquía también debe verse afectada positivamente por la disminución de los precios de la energía a corto plazo.