El dramaturgo griego Esquilo de Eulesis siempre sostuvo que la mayor parte de las personas prefieren parecer que ser. ¿Cómo diferenciar unas de otras? La primera siempre tendrá un millón de justificaciones y excusas para sus actos. En cambio, la segunda siempre asumirá la responsabilidad de sus decisiones.
A la hora de votar en las próximas elecciones generales, siempre he creído que es crucial no dejarse engañar por las apariencias. Ya hemos visto, en el pasado y en muchos países, que algunos políticos que han caído en la trampa de la ostentación y el despilfarro siempre han causado serios problemas financieros a sus sufridos conciudadanos.
Su voto resultará crucial. Una vez leí que si cambiabas tu forma de pensar lograbas cambiar tus resultados. Ahora bien, también escuché que nadie puede cambiar por cambiar sin saber lo que está haciendo y no ser consecuente con las secuelas que puede producir la decisión que ha tomado.
Cuestión de prioridades
¿Cómo desenmascarar apariencias? Haciéndose las preguntas correctas. Por ejemplo, y estableciendo un símil con sus finanzas personales, pregúntese a la hora de elegir y depositar su confianza en una entidad financiera cuál de estas opciones que le enumero prefiere: ¿Que le regalen un jamón o que le cobren menos comisiones?
¿Que le den un juego de sartenes o más rentabilidad? ¿Que la conozca todo el mundo o que nadie haya oído hablar de ella? ¿Que le respondan de forma ágil y eficiente o que tarden una eternidad? ¿Que sean simpáticos o que comercialicen el producto financiero más adecuado para sus intereses?
Tengo claro que, en este caso, casi todo el mundo elige la opción correcta y satisfactoria para sus intereses financieros? Bueno, al menos todos aquellos que no se dejen llevar por las apariencias de que es mejor un jamón que ganar una buena rentabilidad con su plan de pensiones.
¿Y a la hora de votar?
Ahora bien, ya no tengo tan claro si sabemos hacernos las preguntas adecuadas a la hora de inclinar nuestro voto hacia uno u otro lado. La verdad es que (debido a la trascendencia de nuestra decisión) los campos que tenemos que considerar son varios: educación, justicia, convivencia, sanidad, igualdad; empleo?etc. Igual sí le puedo ayudar, en el ámbito económico, con una serie de reflexiones antes de que meta su papeleta en la urna: ¿Queremos que el ladrillo y poseer un apartamento en una playa rocosa, llena de cangrejos, sea otra vez el motor de nuestra economía?... ¿O preferimos que cambie nuestro modelo productivo hacia otros sectores?
¿Queremos que las comunidades autónomas y el Estado sigan gastando sin ton ni son en proyectos faraónicos que no nos llevan a ningún lado?... ¿O preferimos que se ajusten el cinturón como lo han hecho las familias y las empresas reduciendo su endeudamiento? ¿Queremos seguir asfixiando a los autónomos en este país con trabas administrativas, burocráticas y fiscales?... ¿O queremos que se conviertan en un motor para el empleo y la riqueza?
¿Queremos seguir despellejando y criticando a deportistas de élite que lo han dado todo por este país a nivel deportivo?.. ¿O preferimos aprovechar su "tirón" para crear escuelas de alto rendimiento, en diferentes disciplinas, que atraiga inversores y visitantes extranjeros?
Por último, le sugiero que antes de tomar su decisión y depositar su voto tenga en cuenta una reflexión del presidente americano Thomas Jefferson: "Creo que la ley más importante con diferencia de todo nuestro código es la de la difusión del conocimiento entre el pueblo. No se puede idear otro fundamento seguro para conservar la libertad y la felicidad. Aboga, mi estimado compañero, por una cruzada contra la ignorancia; establece y mejora la ley de educar a la gente"? Tal vez ésta sea la piedra angular que los candidatos deberían de seguir, independientemente de sus colores, para que todos nosotros consigamos distinguir a los que son de los que parecen.
