
Este domingo se celebran elecciones en 13 de las 17 comunidades autónomas y en los más de 8.000 ayuntamientos. Será la segunda fase de un año electoral que culminará con las generales. La primera, independientemente de dificultades coyunturales para formar gobierno, fueron las andaluzas, que confirmaron un cambio político con la incursión de Podemos y Ciudadanos y los consiguientes trasvases de votos entre partidos y virajes a izquierda, centro o derecha.
¿Qué pasará? Quién sabe. Los votantes dan menos importancia a los comicios de ámbito territorial, pese a que se deciden temas con impacto económico directo sobre nuestras vidas, desde políticas de empleo hasta fiscalidad y educación, que se comentarán. Esta vez es diferente. No solo por el creciente ámbito de competencias asumidas desde las entidades territoriales; hay un evidente cambio respecto a la inercia de los últimos 30 años. Pero centrémonos en las propuestas económicas, lo que obliga a una lectura cruzada de programas y declaraciones en medios, a veces contradictorias. Nos limitaremos a propuestas relevantes de las cuatro opciones que obtuvieron representación en la primera fase de este año electoral -las elecciones andaluzas- a saber: Podemos, Ciudadanos, Partido Popular y PSOE. Por supuesto, existen otras plataformas y opciones relevantes ligadas a partidos "emergentes", especialmente a Podemos. Barcelona en Comú y Ahora Madrid son ejemplos.
Podemos incide claramente en lo social (en lo que a estas elecciones se refiere) anunciando medidas específicas en el ámbito territorial. En materia de empleo propone un plan de garantías de rentas para que las mínimas de inserción se aproximen al SMI, mientras en educación es partidario de suprimir el modelo 3+2 de la universidad y de apostar abiertamente por la educación pública frente a la privada. Anuncia, para financiar estas y otras medidas, subidas de impuestos para rentas altas y reducciones para las bajas, dentro de los márgenes de la normativa estatal. Adicionalmente, suprimiría bonificaciones en Sucesiones y reduciría el mínimo exento en Patrimonio. Apoya una subida notable de la presión fiscal basándose en el nivel comparativamente bajo respecto a la eurozona. Ciudadanos quiere representar el cambio "sensato", y por ello anuncia reducciones moderadas del IVA general a costa de la supresión del superreducido. También propone reducir tramos en el IRPF. En materia de empleo establecería un complemento salarial para salarios reducidos. Es la medida social estrella, así como la implantación del contrato único indefinido para nuevos contratos. Al mismo tiempo reduciría cotizaciones sociales para empresas que creen empleos y daría "cheques de formación". Otra medida importante, más propia de las generales, es dedicar el 3 por ciento del PIB a I+D. En definitiva, parece que lo que realmente le interesa son las generales, estrategia que le ha fortalecido frente a opciones alternativas como UPyD.
El Partido Popular apuesta por la continuidad, reconociendo que "aún queda mucho por hacer". Así, en materia fiscal ampliaría el ámbito de la reducción en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre familiares directos y cónyuges (por ejemplo, entre hermanos), y reduciría el IBI (anunciado en varias ciudades). Una de las medidas estrella en empleo es un Plan de Garantía Juvenil, para menores de 25 años que no estudian ni trabajan, con el objetivo de que puedan recibir una oferta de empleo, educación continua y período de prácticas en empresas.
Finalmente el PSOE, que quiere recuperar el liderazgo de la izquierda, anuncia una fuerte reducción del IVA en cultura, así como la implantación sin excepciones del Impuesto sobre el Patrimonio (estaría integrado en un único impuesto con el IRPF). También ha anunciado reducciones del IBI. Aboga por un pacto en educación y en empleo derogaría la reforma laboral. Su programa marco municipal tiene como lema "recuperar la confianza de la ciudadanía" y el autonómico recuperar/consolidad el Estado del Bienestar.
En todos los partidos se observa que el grueso de las propuestas es de competencia estatal, no autonómica ni municipal, y se echan en falta explicaciones claras sobre de dónde sale el dinero para unos gastos que se incrementan junto a reducciones de impuestos (salvo lo señalado respecto a Podemos). También es de notar una estrategia creciente de crispación como método para debilitar al adversario. Era previsible. Lo deseable es que de estas elecciones resultara un país mejor en el futuro que el actual en el ámbito económico, donde, como hemos dicho en ocasiones, el margen de mejora es enormemente amplio.