Firmas

El debate salarial o la insoportable levedad del ser o el estar en CEOE

Juan Rosell, presidente de la CEOE.

Las dudas existenciales de un hombre en torno a la vida en pareja que nos relata Milan Kundera en su Insoportable levedad del ser parecen estar representándose ahora en un escenario muy distante y distinto del que refleja la obra cumbre del escritor checo, como es nuestra CEOE y con el debate sobre el acuerdo salarial como telón de fondo.

Ocurre, según cuentan algunos de los que están en el meollo del asunto, que el presidente Juan Rosell estaría dispuesto a firmar ese 1% de subida salarial para este año que es el mínimo aceptable para los sindicatos y que apenas supera en una décima la oferta de la patrona.

Pero resulta, me dicen, que el presidente se encuentra atado de pies y manos por la presión, entre otros, de Cepyme, de Confemetal, de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) y de la patronal madrileña CEIM; siendo las tres primeras las aglutinantes de la candidatura alternativa de Antonio Garamendi en las elecciones que Rosell ganó en diciembre por la mínima y casi en el tiempo de descuento.

Un núcleo duro que se opone a pasar del 0,9% y que, además, ocupa altos cargos de representación en la cúpula de la organización empresarial, donde llama poderosamente la atención que Rosell haya situado a dos de sus más enconados enemigos, Juan Lazcano de la CNC, y Javier Ferrer de Confemetal, como presidentes de las comisiones de Infraestructuras y de Industria, mientras sigue vacante la presidencia de Relaciones Internacionales a la que aspira su amigo y principal valedor, el presidente de Foment del Treball, Joaquim Gay de Montellá.

Si a esto se añaden los recientes cambios en el equipo del presidente y la importancia del papel de Garamendi en la interlocución con el Gobierno y los interlocutores sociales, no es de extrañar que más de uno de los que son y están en CEOE empiece a difundir que en la patronal "parece que mandan los que perdieron en las urnas". Lo cuento como lo he oído y sin entrar en consideraciones. Pero sea como sea, si parece que en CEOE las heridas no han cicatrizado mientras crece el desconcierto.

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