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¿Qué podemos hacer para que la igualdad de sexos llegue antes de 2096?

¿Cómo será el mundo en el año 2096? Ésta es de esas preguntas de las que sólo podemos adivinar la respuesta. ¿Podrán volar los coches? ¿Serán los viajes a Marte el destino de vacaciones de los ultra-ricos? Quizá, ¿habrá tomado África el relevo de China como la región con más potencia del mundo? Sin duda, el entorno habrá cambiado. Sin embargo, podemos decir que uno de los hitos más importantes es que 2096, solo cuatro años antes del comienzo de un nuevo siglo, podría ser el momento en el que se alcanzase la igualdad de sexos por primera vez.

Esta interesante predicción fue hecha en enero por Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, dentro del marco del Forum Económico Mundial y con motivo el lanzamiento de la campaña de ONU Mujeres Él para Ella, que busca alentar a los hombres a apoyar los derechos de las mujeres. En concreto Phumzile anotó: "Una niña nacida en Davos en 2015 tendrá que esperar hasta tener 89 años para ver la paridad de sexos".

¿Podemos acelerar el cambio?

Esperemos que la predicción de Mlambo-Ngcuka sea quizá exagerada y que la igualdad de sexos pueda ser conseguida mucho antes. No obstante, para que el cambio sea posible es necesario pasar a la acción y no quedarse sólo en las palabras. Por eso debemos prestar aún más atención al tema del Día Internacional de la Mujer que celebrábamos recientemente: Hazlo posible.

El logro de la igualdad de sexos, la igualdad étnica y la no discriminación por orientación sexual o por razones socio-económicos no debería ser sólo una cuestión que atrajese la atención de algunos grupos, sino que debería ser un asunto tenido en cuenta por la sociedad en su conjunto, incluyendo tanto a gobiernos como empresas.

El aumento del número de personas que participan en una economía hace que esta sea más productiva. Alcanzar la igualdad de oportunidades entre personas de diferente sexo, etnia o condición socioeconómica permitirá mejorar el nivel de producción que una economía es capaz de conseguir.

Indudablemente, el aumento del número de personas que trabajan debería tener un impacto positivo tanto en las tasas de ahorro para la jubilación de los hogares como en las facturas fiscales del país. Sin embargo, según datos recientes de la OCDE la brecha de empleo entre ambos sexos es del 10% o incluso superior en 15 de los países que conforman el G20. Debemos hacer más que simplemente reducir y acabar con la brecha.

En el pasado, las mujeres han tendido a ocupar puestos menos productivos que los hombres en sectores como el sanitario o el de la formación y con un sesgo hacia trabajos de oficina y con menor carga horaria. Conscientes o inconscientes, estos sesgos han de ser superados dando lugar a un acceso igualitario al empleo y a las promoción laboral. Dicho en pocas palabras, dar trabajo a más personas y más cualificadas será bueno para la economía en su conjunto.

Los beneficios de los equipos mixtos

Desde el punto de vista de las empresas, se han publicado numerosos estudios que demuestran que los equipos mixtos toman decisiones más acertadas. Los equipos mixtos analizan las cuestiones desde diferentes perspectivas y, como resultado, ponen en práctica mejores soluciones. Si la cultura imperante dentro de una empresa es la de ignorar o minusvalorar la contribución de una de las mitades de la población, es poco probable que la entidad adopte las decisiones correctas que le permitan crecer y tener éxito. La diversidad en todas y cada una de sus formas debe ser vista como una ventaja competitiva más que un simple ejercicio de marketing corporativo.

Sin embargo, aumentar la conciencia sobre el tema es una cosa y hacer que el cambio sea posible otra. Los comportamientos políticamente incorrectos no deberían limitarse simplemente a estar mal vistos, si no que deberían ser considerados como una infracción grave. Es necesario comprender que el coste para las empresas de este tipo de prácticas es elevado y que resulta imprescindible una respuesta. Además, se han de comunicar de forma activa los beneficios de la diversidad. De igual modo, el comportamiento de aquellos que frenan la creación de equipos de trabajo basados en la diversidad debe ser visto como un intento de menoscabar la ventaja competitiva de la empresa. Y, por tanto, ha ser tratado de la misma forma que otras prácticas incorrectas.

Queda todavía mucho por hacer, pero vamos a "hacer que sea posible" décadas antes del cambio de siglo.

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