Firmas

Draghi saca pecho y se cuelga la medalla de la recuperación

Imagen: Mario Draghi

En una isla bañada por el mismo Mediterráneo que le vio nacer, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) pudo ayer levantar la cabeza con orgullo.

El romano ha pasado de vivir una de sus etapas más complicadas al frente de la entidad a ser objeto de alabanzas. Lo sabe, y ayer quiso reclamar sus honores en Nicosia, la capital de Chipre. "Nuestras políticas monetarias han funcionado", explicó.

La cautela de su discurso se esfumó ayer de golpe. Ni siquiera ha comenzado su programa de compra de deuda y Draghi ya percibe los efectos positivos en la economía de las políticas que él lidera. La revisión del cuadro de previsiones económicas es el mejor ejemplo: la entidad elevó sus estimaciones de crecimiento del 1 al 1,5% para este año y hasta el 1,9% en 2016, eso sí "condicionadas a los estímulos monetarios de la entidad". En otras palabras: sin Super Mario, no hay crecimiento. Se siente con fuerzas incluso para leer la cartilla a los políticos.

Draghi se tomó la licencia de levantar la cabeza cuando sabe que, en el BCE, lo más normal es que una mano alemana aproveche para dar una colleja. Sin embargo, el momento era el apropiado. Los estímulos de la entidad han animado la confianza y una parte de esta mejora cae sobre los hombros del romano.

Fue él quién tensó la cuerda contra el ala más conservadora, liderada por Alemania, que se oponía a los estímulos. En octubre y noviembre se dispararon los rumores sobre una salida de Draghi de la entidad, mientras las discusiones en cada reunión alcanzaban cotas no esperadas.

El presidente utilizaba sus apariciones ante la prensa para generar expectativas en el mercado y así presionar al Bundesbank para que cediese en su negativa y aceptase el programa de compra de deuda. Mientras tanto, en privado, Berlín exigía que se ciñese al guión acordado. Hoy, bien entrado 2015, nadie se plantea que el BCE no hubiese adoptado estos estímulos, y Draghi se siente responsable. Levanta la cabeza y aprovecha para adelantar la recuperación, a sabiendas de que, si no consigue lo prometido, le caerán más collejas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky