Firmas

Debilidades del crecimiento español

Nuestro comercio exterior puede verse complicado si Europa entra en una tercera recesión.

Una vez más hay que volver a tener presente el mantra que desde hace ya mucho tiempo vengo repitiendo cuando me preguntan por las perspectivas económicas: esta crisis va a ser larga, muy larga, y su recuperación estará llena de peligros y debilidades. Comento esto porque cuando intentamos ver los posibles escenarios económicos para el 2015 en los mismos aparecen debilidades y por supuesto peligros. Encima ahora tenemos una certeza.

Las debilidades, aludidas anteriormente, las podemos encontrar en el sector exterior. Sobre el entorno internacional las noticias que nos están llegando estos días no son buenas. El FMI ha rebajado la tasa de crecimiento a nivel mundial y alerta de debilidad en el consumo. Si enfocamos esta visión al caso español, debemos tener presente que socios comerciales de mucha importancia para nuestras ventas al exterior, dentro del área euro que es nuestro primer mercado de exportación, como pueden ser Alemania, Italia y Francia, presentan un panorama muy complicado, lo que nos resta potencial de ventas.

Pero es que si ahondamos aún más en la situación europea, resulta que indicadores como los pedidos industriales, los nuevos pedidos, los indicadores de confianza empresarial, la tasa de desempleo o los precios llevan a pensar que Europa puede entrar próximamente en una tercera recesión y ello complicaría aún más el entorno y nuestras exportaciones. Podría pensarse que esa debilidad podría verse compensada con una mayor demanda del otro gran área de nuestro interés, Iberoamérica; sin embargo, allí también las perspectivas son de una retraimiento del consumo. En definitiva, el sector exterior, el que hasta hace poco había sido nuestro motor de crecimiento más o menos hasta mediados del año 2013, no parece que para 2015 pueda darnos muchas alegrías. Como se dice coloquialmente: "Madrecita, que me quede como estoy".

Sin embargo, con ser el sector exterior una debilidad, en mi opinión, no es un peligro. Mi sensación es que es en el crédito y en el comportamiento de la demanda privada donde radican realmente los peligros.

Empecemos por la demanda privada. El cuadro macroeconómico que nos ha trasladado el Gobierno es que nuestro crecimiento va a estar principalmente centrado en la demanda de familias y empresas. Es cierto que en este último año o año y medio ha sido esta variable una fuente de alegría. Sin embargo, puede ser que se estanque y esperemos que no se reduzca porque entonces podríamos tener hasta recesión. Desde luego, la idea de frenarse debe ser tenida muy en cuenta pues indicadores de ventas, tanto de pequeñas como grandes superficies, comienzan a mostrar ya que el consumo interno pierde fuerza. Desde luego, la situación del mercado laboral, con el paro y la precariedad que ha traído la crisis, no va a estimular la confianza de los consumidores y mucho menos les va a llevar a incrementar el gasto destinado a la compra. Ya que nos referimos a un incremento en el consumo, pues habrá que verlo.

En el año 2015 los salarios no van a crecer y esperemos que no se siga reduciendo. El incremento del dinero para el gasto viene principalmente basado -el Gobierno lo repite sin parar- en la baja impositiva y su consiguiente elevación de la renta disponible. Sin embargo sobre la reforma fiscal existen grandes incertidumbres y desde el punto de vista macroeconómico problemas. Los expertos fiscales alertan ya de que la supuesta caída de las cuotas de gravamen pueden ser neutralizadas por la eliminación de deducciones y gastos. En román paladino, que nos podemos quedar como estamos, pero es que incluso creyéndome que sí, que vamos a pagar menos impuestos, la rebaja se hace en dos años, lo que diluye por tanto el efecto del incremento de la renta disponible.

Pero si la demanda interna presenta claroscuros, qué pensar del crédito. Hay falta de crédito a pymes y familias, algo que una vez más conviene repetir que dificulta la salida. Vuelvo al FMI, institución que nos ha alertado de que los bancos no tienen "músculo financiero suficiente". Además especialmente en el área euro, la situación es todavía más llamativa. El crédito no va a aumentar, se contraerá y además se va a encarecer, todo ello tocando madera para que los test de estrés no nos deparen alguna sorpresa, la cual me atrevería a descartar para la banca española, pero no para el resto.

Pero si he intentado destacar aquellas debilidades y peligros que más pueden aparecer en los diferentes escenarios, hay una certeza que va a retrasar la recuperación: el déficit público o, si prefieren, la acumulación del mismo, que es la deuda pública. Sí, señores, esto es una certeza y no es otra que cuando el Estado gasta más de lo que ingresa, y encima las desviaciones del déficit las cubre con subida de impuestos, no hace más que cercenar y lastrar el crecimiento. De hecho, existen múltiples estudios y evidencias de ello. Espero que las previsiones de recaudación se cumplan porque, como estén por debajo, tenemos un serio problema ya que se cercena el aumento del gasto público o se suben impuestos.

No he querido ni referirme al ébola, pues el escenario podría ser catastrófico. Por cierto, atención al tema catalán y posibles episodios de desobediencia civil, ya que esto complicaría sobremanera el crecimiento y la estabilidad. Sí, continuamos con hechos improbables, pero que están ahí: conflicto ucraniano, estado islámico, guerra de divisas. Perdonen pero me paro, lo dejo. Feliz fin de semana.

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