España necesita un programa de consolidación fiscal, algo que Europa nos reclama.
No ha sido ninguna sorpresa, la subida de impuestos especiales de alcohol y tabaco estaba anunciada desde hace mucho tiempo; además, después de la historia de Montoro en esta etapa Rajoy no se podía esperar otra cosa. Aparentemente puede que sea la subida que menos impacto haga económicamente, pero es aparente. El sector de la hostelería, duramente castigada en esta crisis, lo acusará, al menos podía haber esperado a que se acabase la campaña de verano y amortiguar o dulcificar la subida para este sector. Ahora comenzará el dilema de los empresarios hosteleros, trasladar el aumento a los precios o por el contrario lo llevarlo contra su resultados. Más trabas a la recuperación.
Laffer volverá a tener razón
Después de la subida número 31 es necesario hacer un balance. Probablemente a nuestro ministro de Hacienda habría que recordarle aquellos tiempos en que defendía y era estandarte del efecto conocido como la curva de Laffer y que ya todos los medios de comunicación han popularizado. Cada vez que se suben impuestos es muy probable, por no decir certero, que la recaudación baje. Por desgracia, cuando cerremos el año y el ministerio nos ofrezca los datos de recaudación veremos que Laffer volverá a tener razón. Parece que el cargo público obliga a abandonar los principios económicos y llevar la contraria a la teoría. La subida de impuestos no conlleva una recaudación mayor sino que las bases imponibles caen y la recaudación es menor. Pero encima la subida de impuestos y más en el contexto regresivo actual es una poderosa cortapisa a la recuperación. Un aumento de los impuestos tiene un efecto de caída del consumo y eso en estos momentos, más cuando desde España se demandan medidas de crecimiento, conlleva una caída de la actividad. Gracias nuevamente por poner más palos en la rueda que apuntala el crecimiento.
Menos gasto público
España necesita un programa de consolidación fiscal, algo que Europa nos reclama una y otra vez. No vale poner a los alemanes como los culpables de las subidas. Alemania reclama consolidación. Consolidar es disminuir el gasto público, ahí es donde más se puede hacer, máxime cuando hemos visto que en la actual reforma de la Administración surgen un número de duplicidades impresionantes. Pero primero se ha ido a lo fácil, a machacar a las rentas del trabajo mediante subidas del IRPF, dejando para después y en un cierto limbo la disminución del gasto público. Está por ver cómo se acomete esta racionalización de la Administración. El sistema tributario español debía haber sido modificado hace mucho tiempo, no es posible lo que ocurre con los impuestos directos del IRPF y del IS. El impuesto sobre la renta tal y como lo tenemos actualmente propicia que los que tienen una nómina sean castigados fiscalmente con unos tipos altísimos. El impuesto de sociedades daría para una programa televisivo de esperpento puro, el tipo de gravamen es del 35 por ciento, pero dada la multitud de desgravaciones e incentivos, realmente se queda en un 20-25 por ciento, y muchas grandes empresas tan solo pagan el 15 por ciento. He hablado con diferentes instituciones alemanas, he leído sus comentarios y pensamiento, y no dan crédito a estos dos aspectos. Si hablamos del IVA resulta que como es un impuesto donde se sabe que se recauda por debajo de lo posible, debido a la economía sumergida, la decisión es subir el gravamen para así recaudar más.
Seamos serios España necesita una reforma en profundidad de las cuentas públicas. Se comienza primero por parte de los gastos; como todo el mundo sabe cuando hay crisis lo primero es disminuir gastos, apretarse el cinturón. En segundo lugar hay que ver el lado de los ingresos, en materia de impuestos y relacionando con la macroeconomía tiene una transcendencia enorme. Se debe acometer una profunda reestructuración de nuestro esquema impositivo, pero eso no se debe iniciar ahora, se debía haber iniciado nada más llegar el Partido Popular al Gobierno, especialmente con una mayoría absoluta impresionante. No se van a bajar impuestos, la verdad es que cuando se pueda se van a llevar a donde estaban antes de que se iniciara una subida de los mismos que coincidirá con la convocatoria a las elecciones generales, sino el tiempo. Parece que en este país los partidos que llegan al gobierno, nada más formar el gabinete, miran su programa electoral para hacer lo contrario.
Bajar impuestos no es de derechas ni de izquierdas, es de gobernantes responsables. Aquellos gobiernos, los responsables, que lo que hacen es hacer eficiente a la Administración; saber que el Estado, un ente monopolístico, tiene que tener la intención de que los impuestos que pagan sus ciudadanos sean empleados de forma lo más eficaz posible, que además entiendan que en momentos como los actuales una rebaja de los mismos es una medida de crecimiento económico, precisamente lo que ahora mismo reclama el Gobierno a Europa: medidas de crecimiento. Sería bueno que los responsables económicos no olvidaran algo que mi hija, Gemma, en su primer año en la universidad ya ha aprendido y que además me comenta una y otra vez: pero papá si económicamente subir impuestos es contraproducente. Me temo que mi hija dentro de poco contemplará la subida 32, pues como Esperanza Aguirre comentó al señor Montoro le gusta subir impuestos. Por cierto, podría desviar su esfuerzo a combatir el fraude y la economía sumergida, a lo mejor así aumentaba la recaudación.