Quienes veranean en el norte lo saben, aquí la atmósfera es diferente, el olor a salitre mucho más intenso y los paisajes verdes contrastan a la perfección con el azul intenso del mar. De entre todas las zonas, Asturias se caracteriza por ser uno de esos lugares. Repleto de pueblos y aldeas, muchas de ellas destacan por su belleza, aún desconocida para muchos, y su carácter único. Esto es precisamente lo que ocurre con Lastres, un pequeño pueblecito con alma de marinero que ha sido considerado en más de una ocasión el más bonito del Principado.
Un paisaje "de película"
Encajado entre las verdes montañas asturianas y el bravo mar Cantábrico, Lastres se alza como uno de esos lugares en el mundo que roban el alimento y que se quedan grabados en nuestra memoria. Y es que, más allá de decorar cualquier postal con sus casitas blancas enfiladas en los acantilados y sus callejuelas empedradas, esconde una historia y tradición digna de conocer.
Para conocer las raíces de este pueblecito debemos remontarnos a la época romana, momento en el que su puerto ya era el eje central de su actividad. Ya en la Edad Moderna, comenzó a conocerse por la pesca de ballena y sardinas y durante los siglos XIX y XX se consolidó como puerto pesquero y refugio de marineros. Precisamente, esa alma sigue estando presente a día de hoy y es el principal atractivo del turismo de la localidad.
Ahora bien, que apenas se encuentren turistas paseando entre sus callejuelas no significa que nadie haya posado la mirada en este bonito pueblecito. Más bien todo lo contrario, Lastres ha servido como el escenario principal de varias películas y series a lo largo de los años, hasta el punto que podemos encontrar una ruta turística que recorre los lugares más emblemáticos de la televisiva serie 'Doctor Mateo'.
Qué ver en Lastres
Sin duda alguna, lo que diferencia a Lastres de cualquier otro pueblo de Asturias es que este ha sabido preservar su esencia y su alma marinera, frente al turismo. Al no ser un destino tan masificado como algunos de sus vecinos, Cudillero o Llanes, es posible desconectar y, si uno se atreve, bañarse en alguna de sus playas.
Pasear entre su laberinto de callejuelas empedradas es la mejor forma de conocer Lastres y aquellos lugares que no puedes perderte si visitas el pueblo, como la Iglesia de Santa María de Sábada, la capilla de San Roque situada en lo alto, la Torre del Reloj o su puerto, el auténtico corazón de la localidad.
Para otros muchos, una de las mejores formas de conocer un lugar es a través de su gastronomía y déjame decirte que en ese sentido Lastres tampoco defrauda. Platos como su caldereta de pescado, sus típicas sardinas a la brasa, el pulpo o la sidra asturiana se conciben como la insignia de su cocina.