
Más allá de las vacaciones, de la playa, del olor a salitre o de la crema de sol, podemos definir el verano por los alimentos que comemos. La fruta ocupa un lugar importantísimo en nuestra alimentación durante estos meses, ya que suelen ser piezas ligeras y refrescantes. Y si hablamos de fruta de temporada, entonces dos de las grandes favoritas son las cerezas y las picotas.
Ahora bien, aunque su apariencia pueda llegar a confundirnos no son lo mismo, y todavía hay quienes cometen el error de referirse a ellas con cualquiera de los dos nombres sin saber realmente ante cuál está.
Diferencias clave entre las cerezas y picotas
El primer punto, y el más básico, es tener claro que las cerezas y las picotas son dos cosas totalmente distintas. José Antonio Tierno, presidente del Consejo Regulador de la DOP Cereza del Jerte, ha querido hacer hincapié en este tema para explicar cuáles son las principales diferencias, pues "no todas las cerezas son picotas". Esta última en realidad es una variedad del Valle del Jerte, que presenta unas características propias que la convierten en un "producto único y un alimento gourmet muy valorado", explica.
Si hablamos de diferencias notorias, la más visible y clara a la hora de distinguirlas en el supermercado es fijarnos si esta "tiene rabito". Si la respuesta es sí, estaremos ante cerezas, mientras que al contrario son picotas. Tierno aclara que cuando estas alcanzar el grado óptimo de maduración, se desprenden del mismo de forma natural.

Ahora bien, aunque es posible que en el supermercado encuentren las cerezas sin el pedúnculo, todavía sigue siendo posible diferenciarlas si te fijas en la carne. Las picotas siempre son de carne dura, por lo que están más secas, mientras que si te quitas el rabo a una cereza esta podría romperse o rajarse ligeramente.
No obstante, esta no es la única diferencia. "La picota es más pequeña en calibre, pero más grande en sabor. Destaca por su dulzor y textura crujiente en boca", añade el presidente. Otro factor a tener en cuenta, y que realmente nos es de gran utilidad a la hora de decantarnos por una u otra es su vida útil. Las picotas pueden alcanzar hasta dos o tres semanas en la nevera, un plazo mayor que las cerezas, por lo que es un producto realmente muy valorado.