La única playa termal de España está en Murcia: un paraíso veraniego que vio debutar a 'la chica yeyé'

En España hay una larga lista de playas perfectas para todos los gustos, pero no todas ellas están bañadas por el mar o el océano. En varios puntos de nuestro país se pueden encontrar playas fluviales formadas por ríos, lagos o hasta por los bordes artificiales de los embalses. Todas ellas son impresionantes, pero en la Región de Murcia hay una única en toda Europa.

Se trata de la playa termal de Fortuna, escondida en un paisaje semidesértico en Mahoya. Aquí está el Balneario de Leana, uno de los más antiguos de todo el continente y de orígenes romanos. Fue aquí donde se encontraron los yacimientos de Fortuna Balnearis, entre sierras y desiertos.

Y es que en el territorio de Fortuna no hay mar por ninguna parte, pero sí que cuenta con una playa muy curiosa donde no oirás las olas romper en la costa, pero si los pequeños manantiales

En un entorno casi desértico, este lugar adquirió su fama gracias a las propiedades de sus aguas medicinales (cuentan con cloruros, sodio, flúor y sulfatos). Como muchas otras termas repartidas a lo largo de nuestro país, que han ganado popularidad con los años, destacan por ser ideales para tratar enfermedades respiratorias o dolencias reumatológicas y afecciones de la piel.

Puede que esta no sea la única de Europa con estas características, ya que Luka Beach, en la isla croata de Losinj (archipiélago de Kvarner en el mar Adriático), es otra de las playas termales. Esta en concreto cuenta con la peculiaridad que sus aguas termales desembocan en el mar.

Sin embargo, la de Fortuna conserva la temperatura entre 30 y 35 grados en un desierto junto a la Sierra de los Baños. Sin duda es un oasis único rodeado de barrancos y un paisaje lunar.

Como dato curioso, en este lugar se grabó buena parte de la película Historias de la televisión en 1965, en la que Concha Velasco interpretó por primera vez la mítica canción de "La chica yeyé". Pero no es la única.

El Balneario murciano tiene un vínculo directo con el Titanic. En 1910, Juan Talavero, tío bisabuelo del actual propietario, fue uno de los representantes de la naviera White Star Line en los astilleros de Harland & Wolff en Belfast, aquellos que se encargaron de construir el barco que terminaría hundido bajo el mar.

En su viaje terminó prendado del famoso transatlántico y se planteó el balneario con ese comedor de primera clase, esa majestuosa escalera principal y su impresionante columna. De este modo, molduras estilo art nouveau, columnas y vidrieras fueron llevadas a Fortuna.

Actualmente, este se ha convertido en parte museo con objetos relacionados con el Titanic: el menú de aquella noche, fotos, réplicas de la vajilla... A todo esto hay que sumar una cena temática que se organiza en torno a mediados de abril.

La playa termal

Se puede visitar la playa, aunque otra opción es dormir en el balneario con paquetes personalizados.

Estos meses de verano, junio y julio, se hace además la cura antiinflamatoria con una dieta personalizada, tratamientos termales y control médico. Todo esto con alojamiento de una semana tiene un precio de 950 euros.