Evasión

La forma correcta de guardar un vino abierto para que dure mucho más tiempo en la nevera

La forma correcta de guardar un vino. / Foto: Getty.

Cuando se descorcha un vino empieza la cuenta atrás antes de se ponga malo, ya que simplemente con el contacto con el aire, comienza ese proceso de oxidación que provoca que se avinagre (especialmente cuando hablamos de vino tinto), pero podemos tomar algunas medidas para retrasar lo máximo posible este proceso, alargando la vida de nuestro vino en la nevera, para poder beberlo aunque hayan pasado unos días desde que lo abrimos. El objetivo es precisamente eliminar ese contacto con el aire, y para ello existen algunas medidas sencillas que ayudan con ese proceso.

Desde el momento en el que se retira el corcho, hay que tener en cuenta los demás factores que pueden provocar que se avinagre, como la luz o el calor, así que siempre que se abra un vino y no se vaya a acabar en el mismo día, lo más recomendable es servir las copas correspondientes y guardarlo en la nevera rápidamente.

Pero sin duda, el aire es lo que determinará todo, por lo que lo esencial es eliminarlo. Además, hay que saber que cuanto más vino hayamos bebido (y por tanto, más proporción de aire haya en la botella), más rápidamente se pondrá malo.

Métodos de conservación

Para ello existen varias alternativas, como por ejemplo tapones de vacío, que son reutilizables y cuyo precio ronda entre los 5 y los 15 euros, con el fin de sustituir el corcho y eliminar el aire de la botella. Esta opción es muy interesante ya que no supone una gran inversión y permite conservar el vino en su propio envase.

En caso de no querer gastar dinero en estos tapones, existe otra opción: cambiar el vino de recipiente. Tan solo hay que ver cuánto nos queda y traspasarlo a un bote (con tapa, para poder cerrarlo) que tengamos por casa en el que entre a la perfección.

El objetivo siempre es que haya el menor aire posible, por lo que es muy importante que se adecúe a la cantidad de líquido que nos queda, para que al poner la tapa la cantidad de aire que quede dentro sea la menor posible. Después, guardaremos en la nevera con normalidad hasta el momento en el que queramos volver a consumirlo.

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