Evasión

El café frío que arrasa en verano: cómo preparar cold brew en casa con solo dos ingredientes

Cold Brew. / Foto: Getty.

Con el calor, una de las bebidas que más apetecen es sin duda un refrescante café con hielo, pero no siempre hay que beberlo de la misma forma, sino que existen múltiples formas de prepararlo, para poder disfrutar de sus notas en diferentes versiones. Así nace el cold brew, una forma muy sencilla pero diferente de preparar el café, que se encuentra a medio camino entre un café normal y un té, y aporta un sabor suave y más dulce de lo que solemos estar acostumbrados.

Para ello solo necesitamos café molido (se puede moler en casa o comprarlo ya molido) y agua. Esta bebida tendrá mejor sabor si el café es de gran calidad, ya que al tratarse de un proceso tan sencillo, el tipo de café determinará cómo sabrá y la experiencia en sí misma.

En un bote o jarra se mezcla el café molido con agua fría, unos 100 gramos de café por cada litro de agua aproximadamente, se mezcla y se introduce a la nevera de 12 a 24 horas, con el fin de que extraiga todo el sabor y cafeína posibles.

Si se hace una jarra grande no hay ningún problema, ya que este café aguanta en la nevera varios días, por lo que es ideal para preparar en un momento libre y servirnos los vasos que queramos en días posteriores.

Pasadas las horas recomendadas, se vuelve a remover la mezcla y posteriormente se pasa por un colador o un filtro de papel, con el fin de eliminar los posos que hayan podido quedar y ya estaría listo para beber con un par de hielos.

Una vez servido en el vaso, se le puede añadir cualquier ingrediente que se desee, como leche o esencia de vainilla, pero de por sí se trata de una bebida bastante más dulce que el café normal, así que tomarlo solo también es un auténtico placer.

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