
Si de algo podemos presumir en España es que nuestras playas no tienen que envidiarle nada a las idealizadas del Caribe. Es más, aquí se encuentran unas cuantas que parecieran sacadas de un catálogo de viajes. Con aguas cristalinas, un profundo color turquesa y arena fina y suave, poco más se puede pedir. La costa alicantina destaca por albergar algunas de las postales más bonitas. Ahora bien, aunque casi todas las miradas se dirijan hacia localidades como Altea, Denia o Jávea, alberga algún que otro codificado secreto que pocos conocen.
La combinación perfecta de naturaleza, playa, buena vida y tranquilidad se encuentra en Moraira, un pequeño pueblecito costero que todavía mantiene intacta su alma y esencia marinera. Las casas de color blanco se amontonan frente a la costa y con una población que no supera los 1700 habitantes, se entiende que tenga un ambiente tan especial. Aquí la vida pasa lento y sus paisajes parecen dignos de algún pintor enamorado del Mediterráneo.
Ocho kilómetros de costa
De lo que puede presumir Moraira con todas las letras es de sus preciosas calas escondidas entre acantilados, de sus playas de bandera azul y de sus rutas que roban el corazón de cualquier amante del senderismo, como la que llega hasta su Torreo Vigía del Cap d`Or.
Una de las playas más emblemáticas de la zona y que, sin duda conquista a todo el mundo que la conoce, es la de Portet. Su forma de concha y sus aguas tranquilas y poco profundas la convierten en una de las más bonitas y deseadas. No obstante, es cierto que durante la temporada alta de verano es una de las más concurridas. Si lo que te gustan son esos tesoros que pocos conocen, entonces la Cala Llebeig es para ti. Solo se puede acceder a pie o en kayak, por lo que la convierte en una auténtica joya.

Ahora bien, en Moraira no todo es agua y sal, también es posible disfrutar de otros múltiples encantos. Entre sus calles podemos encontrar una pequeña fortificación. Este lugar, además de ahora dotar al pueblo de una esencia única, su función principal fue defender las costas de los ataques de los piratas y corsarios. En la actualidad, por suerte eso ya no es un problema, pero sí sigue vigilando la bahía.