En el corazón de la meseta de la Anatolia, se encuentra uno de los paisajes más especiales del mundo. La Capadocia de Turquía es uno de esos lugares que parecen sacados de un cuento, donde la naturaleza se convierte en la auténtica protagonista y nosotros solo podemos admirar la belleza de sus formas. Quien haya estado, sabe de que estoy hablando, sus formaciones rocosas son más propias de la Luna y los globos aerostáticos de colores terminan por darle el toque perfecto.
Ahora bien, no te vayas a pensar que para disfrutar de algo así hay que coger un vuelo a más de 4000 kilómetros, afortunadamente, en España podemos presumir de lugares encantadores. Para ello, deberemos trasladarnos hasta la provincia de Guadalajara. Pese a ser considerada una de las más infravaloradas, hay que saber valorar el ambiente especial que hay en algunos de sus pueblos. Concretamente, entre Brihuega y Masegoso de Tajuña se encuentra Cívica, una aldea con una atmósfera única.
La Capadocia española
Hay quienes se refieren a Cívica como la Capadocia española, otros como la aldea tibetana de la Alcarria, pero, sin lugar a dudas, por lo que destaca esta pequeña aldea es por su ambiente y por la historia que envuelve el lugar. Aunque el paisaje parece digno de la época prehistórica, realmente esta especie de poblado excavado en la roca comenzó a construirse en la década de 1950.
Conformada por un sinfín de arcos, grutas y escaleras, Camilo José Cela fue uno de los primeros en relatar la espectacularidad de este lugar en su libro Viaje a la Alcarria: "El viajero nunca estuvo en el Tíbet, pero se imagina que sus aldeas deben ser así, solemnes, miserables, casi vacías, llenas de escaleras y balaustradas". Desde entonces, han sido miles los viajeros y turistas que ha cautivado a lo largo de los años. Aunque se puede visitar de forma libre, es más que recomendable tener cuidado con la llegada a la zona de viviendas.
Llegar hasta aquí no es una tarea difícil, sino que es posible disfrutar de ella durante una excursión de un día, ya que se encuentra a unos 100 kilómetros de Madrid y 45 de Guadalajara. Tan solo hay que llegar hasta Brihuega y desde allí poner rumbo a Masegoso de Tajuña. Esta construcción se encuentra en la CM-2011, carretera que conecta ambas localidades.
