Evasión

Ni La Toscana ni Brujas: éste es el pueblo medieval mejor conservado y está en Navarra

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Los pueblos medievales son parte de la esencia que hay en la zona interior de España. Pensar en uno de los mejor conservados es inevitable que se venga a la cabeza el nombre de Sigüenza, pero en el corazón de Navarra, a poco más de 40 kilómetros al sur de Pamplona, existe una villa histórica que todavía tiene esa atmósfera que evoca a los antiguos reyes.

Estamos hablando de Olite en el Reino de Navarra, un lugar que atesora un legado arquitectónico y cultural por el que se ha convertido en uno de los lugares de referencia del norte de España.

La llegada lo deja todo claro: vas a un pueblo de la Edad Media con un majestuoso Palacio Real. Es lo primero que se ve y lo que más despierta el interés. De hecho, esta fortaleza-palacio fue considerada durante mucho tiempo una de las más lujosas de toda Europa. Su historia es anterior, pero si se ve así es gracias a que Carlos III, entre los siglos XIV y XV comenzó su transformación en residencia palaciega con jardines, aviarios, ventanales decorados y torres que parecen sacados de un cuento.

Este Palacio Real se encuentra dividido en dos: un lado es el Palacio Viejo, actualmente Parador Nacional cerrado por reformas hasta el 2026, y por el otro está el Palacio Nuevo, un lugar perfecto para una visita por un recorrido a través de estancias reformadas, patios y pasadizos

En 1925 esta imponente construcción fue declarada Monumento Nacional, gracias a su cuidadoso trato y restauración para conservar su estilo gótico. Si decides visitar el lugar podrás contar con paneles informativos muy completos, así como audioguías u otras opciones como visitas con guías para contextualizar Olite como capital de la corte navarra.

Más allá del castillo: un casco antiguo con historia

Por las calles de Olite se puede apreciar una rica historia repleta de rincones decorados con escudos nobiliarios y fachadas que te harán sentir en una auténtica villa medieval que se ha conservado hasta nuestros días a la perfección. Llegando al centro de la ciudad, junto al palacio, está su iglesia de Santa María la Real con una portada gótica, aunque la iglesia de San Pedro, que se alza con una de las torres románicas más antiguas de Navarra, merece otra visita.

Estas calles empedradas apenas han cambiado con el paso del tiempo, por lo que todo el casco histórico ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. Un paseo por la historia y la gastronomía con pequeños comercios artesanales, vinotecas especializadas y restaurantes con los platos más tradicionales de la cultura navarra.

La capital del vino en Navarra

Su pasado vitivinícola queda claro paseando por sus recovecos y sus Denominaciones de Origen Navarra dan fe de ello en un entorno lleno de bodegas en esta región.

Si se tiene la suerte de visitar muchas de estas bodegas ofrecen visitas guiadas acompañadas de catas para terminar de culminar la excursión. Entre ellas Bodegas Ochoa, Bodegas Piedemonte o Marco Real son las que más destacan por combinar su tradición con la innovación en vinos de calidad.

Muy posiblemente este verano sea el mejor momento para descubrir Olite, ya que el 30 y 31 de agosto se celebra la Fiesta de la Vendimia de Navarra: exhibición de pisado de uvas, conciertos y mercados con productos típicos.

Cómo llegar a Olite

Desde Pamplona se llega en apenas 40 minutos por la AP-15. Además, cuenta con estación de tren en la línea Castejón-Pamplona. El Parador no está actualmente operativo, pero hay muchas casas rurales y hoteles con un gran encanto para descubrir este rincón al norte de España.

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