
Con el verano ya a la vuelta de la esquina, el calor empieza a apretar y si eres un auténtico amante del senderismo sabrás que eso se traduce en: queda poco tiempo para disfrutar. Es precisamente por ello, por lo que decidir bien qué senderos recorrer se convierte en un momento crucial. Afortunadamente, si de algo podemos presumir en España es de contar con paisajes de ensueño prácticamente en cualquier punto del país.
Una de las rutas más especiales la encontramos en el norte, concretamente en el corazón de Navarra. Y es que, para conocer uno de los escenarios más míticos de nuestra infancia no es necesario viajar hasta la sabana africana, sino que en a Selva de Irati se encuentra la famosa roca de El Rey León. Si has visto alguna vez, o muchas, la película estrenada en el año 1994, reconocerás que las similitudes son más que evidentes y que en cualquier momento podrían aparecer Mufasa o Simba por ahí.
Esta vasta extensión de bosque de más de 17.000 hectáreas es el lugar perfecto, gracias a su impresionante biodiversidad y su paisaje, nunca mejor dicho, de película. Más allá de su evidente belleza, en la Selva de Irati se pueden encontrar rincones mágicos. Uno de ellos es esta ruta, conocida como la del Mirador de Zamariain.

Una terraza con vistas impresionantes
La ruta que lleva hasta es Mirador de Zamariain es perfecta tanto para los más pequeños de la familia, como para quienes ya tienen experiencia. La dificultad es realmente baja, ya que cuenta con apenas unos siete kilómetros de longitud en sentido circular, por lo que se puede recorrer en unas dos horas. Además, otro de los regalos que nos ofrece esta ruta, es que se puede apreciar también la presencia del río Irati durante el recorrido.
El sendero comienza en la localidad de Garairoa y quien quiera sumergirse en la aventura no encontrará ningún problema, ya que se encuentra perfectamente señalizado. A medida que se avanza, es posible conocer cómo el bosque despliega todos sus encantos. Por norma general, llegar hasta el Mirador de Zamariain llevará aproximadamente una hora. Con paisaje digno de postal, no hay quien se resista a inmortalizar el momento.

Ahora bien, aunque es cierto que se trata de una ruta apta para toda la familia, desde la organización recuerdan que es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones, sobre todo con los más pequeños en la zona del mirador. Esta, más allá de ser preciosa, puede resultar peligrosa si no se lleva cuidado a la hora de asomarse.