Evasión

El desgarrador final de la tercera temporada de 'The White Lotus': un baño de sangre para ocultar la suciedad que deja el rastro del dinero

El último capítulos de la tercera temporada de The White Lotus se titula Amor Fati, una locución latina que podríamos traducir como "amor al destino". Este concepto incita a aceptar y amar todo lo que ocurre, eso que sucede tal y como tenía que producirse, porque se aprende de todo, tanto de lo bueno como de lo malo. Y a nosotros no nos queda más remedio que asumir la sacudida que nos ha dado el final de esta serie genial que desde este lunes está en el catálogo de Max.

El desenlace de la tercera temporada de The White Lotus es una "tragedia griega" en toda regla -así lo ha calificado su creador Mike White-, que ha dejado desolada a buena parte de los fans de la ficción. Y por eso es mejor que no sigas leyendo si no quieres enterarte de lo que pasó en el capítulo final, porque esta noticia tiene spoilers.

Cuando la temporada empezó, ya sabíamos que las vacaciones de los ricachones que se hospedaban en el hotel de Tailandia acabaría en un baño de sangre, con tiros de por medio y un cadáver en el agua. Nos faltaba saber quién o quiénes morían y cómo.

Pero lo primero que conocimos en el último capítulo -hora y veinte de duración- fue el destino de la familia Ratliff. Timothy (Jason Isaacs) llevaba toda la temporada coqueteando con el suicidio y, de repente, decide matar a toda su familia para evitar su sufrimiento cuando se enteren de que está arruinado. Intenta hacerlo envenenándolos con la semilla de un fruto del lugar, pero se arrepiente en el último momento. El problema es que Lochlan (Sam Nivola), el único que le dijo que podría vivir sin dinero, decide preparase un batido con los restos del preparado que usó la noche anterior para su familia. Mike White engaña al espectador, porque nos hace creer que el chaval muere, aunque acaba salvándose por los pelos.

La tragedia en el resort de lujo continúa cuando los dueños del hotel, Jim Hollinger (Scott Glenn) y Sritala (Lek Patravadi), vuelven y se topan de nuevo con Rick (Walton Goggins), que había pasado toda la temporada buscando al supuesto asesino de su padre para vengarse. Tras un cara a cara de lo más desagradable con Jim, Rick le quita la pistola y le dispara, pero justo en ese momento Sritala le confiesa que Jim era su verdadero padre. Es ahí cuando comienza un auténtico baño de sangre, porque los guardaespaldas de los propietarios del Lotus abren fuego y se llevan por delante a Chelsea (Aimee Lou Wood). Es, sin duda, la muerte más dolorosa para todos los seguidores de la serie, porque ese personaje ha enamorado a todos.

En ese momento, Gaitok (Tayme Thapthimthong) dispara a Rick para proteger a Sritala. Aunque, eso sí, lo hace después de que ésta le insista más de una vez. De repente se convierte en un héroe y eso le permite conseguir su ansiado puesto como chófer de Sritala. Además, conquista definitivamente a su chica, que en el episodio anterior le había animado a ser ambicioso y a usar la violencia si era necesario. En cuanto a Jaclyn, Kate y Laurie, su amistad sale reforzada tras su experiencia en The White Lotus, a pesar de que era una de las relaciones que parecían más frágiles.

Otro de los puntos más interesantes de la serie es lo que ocurre con Belinda, una mujer de principios que los pierde todos cuando Greg (Jon Gries) le ofrece un trato para ocultar la muerte de Tanya. En principio pone sobre la mesa 100.000 dólares, pero su hijo Zion, un negociante en toda regla, consigue sacarle 5 millones de dólares. Los pobres son los nuevos ricos.

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