Evasión

Ni frito ni revuelto: esta es la mejor forma de cocinar el huevo para aprovechar todos sus nutrientes

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El huevo es uno de esos alimentos imprescindibles y que no pueden faltar en nuestra cocina. Además de su gran versatilidad y de poder hacer prácticamente todo tipo de recetas, no es de extrañar que lo definan como la 'proteína perfecta'. Además, otra de las grandes ventajas que presenta este ingrediente básico es que es ideal para conseguir completar una dieta equilibrada repleta de grasas, vitamina D carbohidratos y, por supuesto, proteínas. No obstante, la forma de cocinarlos puede influir de forma directa en los nutrientes que se conservan.

La forma perfecta de cocinar huevos

Revueltos, fritos, duros, en tortilla, escalfados... A pesar de su versatilidad, aunque todas estas formas estén deliciosas, es importante recalcar que hay algunas de ellas que no conservan todos los nutrientes al hacerlos. Y se trata de una pena, sobre todo porque son ideales para consumirse durante el desayuno, la comida o la cena.

Si lo que queremos es mantener todas sus buenas propiedades, la mejor versión es el huevo duro. Al cocerlos en agua, lo primero no estamos agregando ningún tipo de grasa adicional, como podría ocurrir con los huevos revueltos o fritos. Además, al exponerlos a la alta temperatura del agua y con la cáscara, nos aseguramos que las proteínas se coagulen pero sin desnaturalizarse.

huevo duro
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El paso a paso para conseguir el mejor huevo duro

Lo primero que hay que tener en cuenta para hacerlo perfecto es que se deben usar huevos frescos, pues, por lo general, cuando ya llevan tiempo en casa se deshidratan. Además, si se pueden tener a temperatura ambiente, mucho mejor.

Ahora bien, existen dos posibilidades, una de ellas es introducir los huevos en la olla cuando todavía el agua está fría, y otra hacerlo cuando esté hirviendo. Si nos decantamos por esta segunda, habría que dejarlos dos minutos más. El tiempo medio son unos 11-12 minutos, aunque esto dependerá del tamaño de los huevos y del número que se estén haciendo. En el caso de dejarlos más tiempo del recomendado, la textura será un poco gomosa y la yema tendrá un color grisáceo.

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