Evasión

El sencillo truco para recalentar fritos y que queden como recién hechos

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Un plato de fritos puede ser un buen comodín, ya sea para un pequeño aperitivo o para acompañar a un primer primero. Muchos son los que emplean este recurso, sobre todo en fines de semana cuando no tienes mucho tiempo para cocinar o no tienes muchas ganas de ponerte un buen rato con los fogones. Es normal que en temas de frituras, ya sean aritos de cebolla, pollo empanado, croquetas caseras, patatas fritas... haya alimentos que no se lleguen a consumir y se guarden para otro día, pero ¿cuál es la mejor manera para volver a calentarlos y que queden como recién hechos?

No es difícil conservar la textura crujiente y el sabor si se sabe recalentar como es debido. Para ello hay que evitar sobre todo el uso del microondas porque, aunque es muy socorrido y se emplea mucho para calentar los platos ya cocinados, este fácilmente hará que se queden blandos debido a la humedad que se genera al calentar. Si es tu única opción, coloca una servilleta debajo de los fritos para absorber el exceso de humedad, aunque el resultado no será tan bueno.

Muchos son los que optan por hacer uso del horno y es cierto que se consigue unos fritos otra vez crujientes, pero no es el mejor de los métodos. El horno consume mucha energía y hay que precalentarlo y luego cocinar los pocos fritos que sobraron, por lo que si son pocos podría haber opciones más prácticas y económicas como las freidoras de aire.

Sin embargo, si no dispones de una freidora de aire y no te quieres complicar bastará con hacer uso de una sartén (muy importante que sea antiadherente) y un poquito de aceite de oliva para conseguir el mejor resultado.

El truco consiste en ponerlas a fuego suave para evitar que se sobrecalienten muy rápido y se ablanden. Para ello deberán superar los 70ºC para recuperar su estado crujiente. Este método es especialmente eficaz para pequeñas frituras como las croquetas o empanadillas.

Consejos para precalentar la comida

  • Elige el método adecuado según el tipo.
    • No todos los alimentos se recalientan bien de la misma manera. Por ejemplo, los fritos recuperan su textura crujiente mejor en horno o sartén, mientras que guisos o sopas son ideales para recalentar en cacerola. El microondas es práctico, pero no siempre preserva la textura original de los alimentos.
  • Recalienta a la temperatura correcta.
    • Es esencial que la comida alcance una temperatura mínima de 75 °C para garantizar que sea segura para consumir. Esto elimina posibles bacterias. Si usas el microondas, asegúrate de revolver los alimentos a mitad del tiempo para distribuir el calor uniformemente.
  • Evita recalentar más de una vez.
    • Recalentar los alimentos varias veces puede aumentar el riesgo de proliferación bacteriana y también afecta el sabor y la calidad de la comida. Lo ideal es calentar solo la porción que se vaya a consumir.
  • Añade un poco de líquido cuando sea necesario.
    • Si recalientas platos como arroz, pasta o carnes al horno, agrega un poco de agua, caldo o aceite para evitar que se resequen.
  • Utiliza recipientes adecuados.
    • Asegúrate de usar recipientes aptos para el método de recalentamiento elegido, especialmente en el microondas. Evita los plásticos no aptos para altas temperaturas y utiliza vidrio o cerámica.
  • Cuidado con alimentos sensibles.
    • Algunos alimentos, como el arroz o las espinacas, pueden desarrollar bacterias o compuestos perjudiciales si no se almacenan y recalientan correctamente. Asegúrate de refrigerarlos rápidamente después de cocinarlos y calentarlos de manera uniforme.
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