
Los mejores recursos de sol y viento de Europa, profesionales altamente cualificados y capacidad tecnológica e industrial necesaria para acelerar el proceso de transición energética.

Estas son las razones por las que nuestro país está preparado para liderar la transformación del modelo económico que plantea la Unión Europea en el marco del European Green Deal. Asimismo, España cuenta con referentes globales como Iberdrola, que recientemente ha decidido dar un paso al frente para activar la recuperación económica y el empleo, y ha presentado un plan de inversiones de 75.000 millones de euros con el que se anticipa a las oportunidades del futuro.
En este contexto se enmarcan la eficiencia y competitividad de las tecnologías de energía renovable, claves para la recuperación. Según las estimaciones presentadas por la compañía liderada por Ignacio Galán en su Capital Markets Day 2020, las mejoras tecnológicas incrementarán la eficiencia de los paneles solares en un 25 por ciento hasta 2030, mientras que el mayor tamaño, la digitalización y el desarrollo de nuevos materiales más ligeros permitirán incrementar el factor de carga de los aerogeneradores en una década hasta el 40 por ciento en los equipos terrestres y hasta el 50 por ciento en el caso de los marinos. En otras palabras, los aerogeneradores que aprovechan la energía del viento para generar electricidad mejorarán todavía más su eficiencia en los próximos años.
Los aerogeneradores mejorarán su eficiencia entre un 40% y un 50% en los próximos años
Junto con las energías renovables, a las que Iberdrola destinará la mayor parte de estos 75.000 millones de euros, las inversiones en redes eléctricas y almacenamiento serán otro de los pilares para la recuperación. En este sentido, las redes inteligentes, más digitales y flexibles, son fundamentales para el desarrollo de un nuevo modelo energético con mayor integración de renovables y nuevas formas de consumo, como es el caso de la movilidad eléctrica y el autoconsumo. En almacenamiento, la tecnología actual más eficiente se encuentra en el bombeo, que sigue teniendo recorrido en España, un ámbito liderado por Iberdrola, con más de 4.000 MW de capacidad . Por otro lado, el coste de las baterías se reducirá en más de un 50 por ciento hasta el año 2050, al igual que ocurrirá con la producción de hidrógeno verde, una tecnología que será clave en los próximos años y en la que Iberdrola ha vuelto a ser pionera.
En línea con los planes de recuperación económica y el empleo que marca la agenda europea, Iberdrola prevé contar con 600 MW instalados en 2025, que irán destinados a la descarbonización de la producción de fertilizantes de Fertiberia, un proyecto que alcanzaría los 800 MW a 2027. La iniciativa representa una inversión de 1.800 millones de euros en estos ocho años y podría convertir a nuestro país en el primero que cuenta con el 100 por ciento de producción verde de amoniaco para fertilizantes.
Los proyectos que se llevarán a cabo inicialmente en España, que arrancarán en 2021 con la instalación de los primeros MW, se completarán con iniciativas en otros países, mientras se lidera el desarrollo de la cadena de valor y las alianzas con más grupos industriales.
Otro de los pilares sobre los que Iberdrola asienta su trabajo es la anticipación a los empleos del futuro. En este sentido, la compañía está apostando internamente por ofrecer formación a sus profesionales y a los posibles futuros empleados, para que puedan aprovechar las oportunidades que ofrece la transición energética impulsada por la Unión Europea. Gracias a este esfuerzo, Iberdrola ha logrado cuadruplicar la media europea de formación a sus empleados.
En este contexto, su campus corporativo de San Agustín del Guadalix, en la Comunidad de Madrid, juega un papel clave, ya que ofrece a los profesionales que reciben formación las últimas tecnologías, como el uso de sistemas de información geográfica (SIG) virtuales y en 3D, gafas de inmersión real y hologramas.
Este modelo de crecimiento sostenible permitirá el mantenimiento de alrededor de medio millón de puestos de trabajo en todo el mundo en 2025
El plan de inversión de Iberdrola tendrá también su impacto en términos de empleo, ya que este modelo de crecimiento sostenible permitirá el mantenimiento de alrededor de medio millón de puestos de trabajo en todo el mundo en 2025, a través de su cadena de proveedores.
Empleos en transformación
Pero además, la transición hacia un modelo económico sin carbono conlleva la transformación de sectores y empleos. Un ejemplo es el de los astilleros, los cuales están siendo capaces de completar o reconvertir su actividad profesional apoyados en la apuesta de Iberdrola por la energía eólica marina.
Y en este sentido, el pasado mes de julio, Iberdrola adjudicaba a un consorcio formado por las españolas Navantia y Windar, el mayor contrato de eólica marina de su historia, por valor de 350 millones de euros. Con esta adjudicación se afianza una relación de más de seis años entre las firmas, que suman actualmente contratos por un valor cercano a los 1.000 millones de euros, incluyendo los encargos ya culminados para los parques eólicos marinos Wikinger, en aguas alemanas del mar Báltico, e East Anglia ONE, instalación ubicada en aguas del Reino Unido.
La innovación, en su ADN
Iberdrola es la tercera utility más innovadora a nivel mundial, la segunda en Europa y la primera en España, por recursos destinados a I+D+i. Además, se encuentra entre las compañías que más apoyan a las start-ups en todo el continente europeo. Para el grupo, la innovación es una variable estratégica, ya que a través de ella garantiza su sostenibilidad, eficiencia y competitividad.
Asimismo, el grupo se sitúa a la cabeza del uso de tecnologías digitales y se prepara para afrontar una nueva era en la que las herramientas disruptivas serán clave en todas las áreas. Iberdrola, que elevará su inversión en investigación y desarrollo hasta los 400 millones de euros anuales en 2025, maximiza el uso de la tecnología en aquellos ámbitos de negocio que aportan valor, bien mejorando los procesos y la productividad de sus activos o logrando más eficiencia en sus actividades.
Entre las aplicaciones innovadoras de la compañía se encuentran el internet de las cosas para los Centros de Operación de Renovables (CORE), plataformas desde la que el grupo opera y controla de manera centralizada sus instalaciones de generación de renovables. También el blockchain, para sus operaciones de comercialización de energía al por mayor, autenticación y certificación de documentos y desarrollo de transacciones financieras en escenarios de tesorería, entre otras aplicaciones. Asimismo, la inteligencia artificial y el machine learning se aplican a la detección precoz de anomalías e identificación automática de fallos en plantas fotovoltaicas y al pronóstico de flujo diario y predicción de la producción de centrales hidroeléctricas.
Iberdrola es consciente de cuáles son los dos motores que impulsan la recuperación: la transición energética y la digitalización. Por ello, la compañía apuesta por la innovación y la tecnología como pilares de transformación del nuevo modelo económico.