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Especial Recuperación Económica

Profesiones digitales y habilidades 'blandas' guiarán el futuro del empleo

  • En 2030 la demanda de capacitación tecnológica crecerá un 55%, según McKinsey
Imagen: Dreamstime.
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Recuperar los niveles de actividad previos a la crisis tomará tiempo -2022, según el FMI-. Por ello, es clave priorizar la formación, haciendo hincapié en la educación superior y las carreras de matriz tecnológica, así como en las soft skills que permiten trabajar en un entorno de incertidumbre.

La pandemia y, en particular, las medidas de restricción social -que alcanzaron su máxima expresión en España durante la cuarentena decretada entre marzo y junio- han generado una crisis económica casi sin precedentes. En el segundo trimestre del año, nuestro país lideró a nivel mundial la destrucción de actividad, con un retroceso interanual del 22,1%. Según el Banco de España, la economía nacional caerá este año entre un 10,5% y un 12,6%, en función de la gravedad de los rebrotes.

La crisis se ha dejado notar, como es lógico, sobre el empleo, aunque las medidas de protección implementadas por los Gobiernos hayan amortiguado el golpe. La tasa de desempleo de la eurozona aumentó una décima durante agosto con respecto a julio, hasta situarse en el 8,1%; en el conjunto de la Unión Europea (UE) también se incrementó una décima y llegó al 7,4%, según los datos de Eurostat. España presenta uno de los peores registros, con un paro del 16,2%.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) prevé que, a finales de 2020, el desempleo se aproxime al 12% de media en los países que la integran, teniendo en cuenta el impacto de una segunda ola de Covid-19 que ya está aquí. El dato contrasta con el 5,3% registrado a cierre de 2019. La recuperación del empleo, según la organización, no llegará hasta 2021. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, pinta un escenario más sombrío. El desempleo en España se mantendría en el 16,8% durante este año y el siguiente: cualquier recuperación se demorará hasta 2022.

Y todo ello pese a que septiembre fue un mes relativamente positivo: como recoge Randstadt, la afiliación aumentó en 84.000 personas en septiembre, mejorando el registro de años anteriores, por el impulso de Educación y Agricultura. El paro registrado tuvo el mejor septiembre desde 1996, con 26.000 parados menos. La mejora se tradujo en una recuperación del 47% de la afiliación perdida desde febrero, pero con el "dopaje" de los Ertes. Con todo, y he aquí el quid, el mes cerró con 697.000 parados más que hace un año.

En este contexto, la educación aparece más que nunca como un ingrediente clave para mitigar la caída de la ocupación y favorecer un mejor alineamiento entre las capacidades de los demandantes de empleo y los perfiles que buscan las empresas. Un primer obstáculo a la empleabilidad, según los datos, es la falta de formación universitaria.

La brecha 'superior'

Según el informe Empleabilidad de la población cualificada, presentado recientemente por EAE Business School, la tasa de desempleo de la población con estudios primarios o secundarios duplicó la de la población con estudios superiores en el primer semestre del 2020, en los meses más duros de la pandemia. En el segundo trimestre de 2020, la tasa de desempleo de la población con educación primaria era del 26,3%; la de aquellos con educación secundaria, el 20,13%, mientras que la de aquellos con estudios superiores era solo del 10,03% -frente a menos del 9% el año pasado-.

El desempleo sobre la población sin estudios superiores es mucho mayor, apuntan desde EAE Business School. La población que carece de estudios sigue sufriendo una mayor tasa de paro que el resto, situándose a cierre de 2019 en un total de ambos sexos alrededor del 40%, siendo el de las mujeres de un 52,01%. En este sentido, la población no cualificada tiene un 30% más de desempleo que la cualificada con estudios superiores. La cualificación es, pues, determinante.

En este sentido, cabe destacar que la principal asociación de universidades españolas, Crue, presentó el pasado 22 de octubre y ante los ministros de Ciencia e Universidades -Pedro Duque y Manuel Castells- un conjunto de reflexiones y propuestas para encaminar a España "hacia la economía del conocimiento". El plan busca convertir a las universidades "en el motor para la mejora de la competitividad del tejido empresarial español", apostando por la flexibilidad del marco normativo para que "la relación universidad-empresa sea dinámica y fluida y promover la difusión del conocimiento para impulsar la empleabilidad y el emprendimiento de los egresados".

La escasez de talento es una de las mayores dificultades de las empresas para cubrir los puestos del entorno digital. De hecho, la demanda de este tipo de profesionales no deja de aumentar. El 90% de los puestos de trabajo exigirán competencias digitales, según la Unión General de Trabajadores (UGT), pero en España el 32% de la población tiene un nivel muy limitado de estas habilidades o directamente carecen de ellas.

Ahora bien, ¿qué se necesita para mejorar esa empleabilidad? Expertos de The Valley, un hub de conocimiento digital, han analizado los perfiles y las disciplinas más importantes de la llamada revolución 4.0. Las habilidades digitales más populares incluyen computación en la nube, inteligencia artificial, marketing digital, ciencias de datos, desarrollo web, gestión de proyectos, análisis de negocio, gestión de recursos humanos, diseño UX, entre otras.

Y es que, en el año 2030, se estima que la demanda de habilidades tecnológicas aumentará en un 55%, los requisitos para las habilidades sociales y emocionales (liderazgo, gestión, etc.) aumentarán en un 24% y la demanda de habilidades altamente cognitivas (como la creatividad o el procesamiento de información compleja) aumentará en un 8%, según el informe El futuro del lugar de trabajo, de la consultora McKinsey.

El citado informe de EAE Business School señala que la pandemia también ha incrementado el interés por los perfiles del ámbito sanitario. "Médicos internistas, enfermeros y por supuesto, perfiles de soporte digital como desarrolladores, agile o analytics y big data seguirán, de igual manera, liderando el mundo laboral".

Las titulaciones más demandadas

Según el X Informe Infoempleo Adecco sobre titulaciones con más salidas profesionales, dado a conocer en septiembre de 2020 por el centro de estudios y divulgación Adecco Group Institute, señala que contar con una titulación universitaria facilita el acceso a un mayor número de oportunidades. De hecho -apunta el estudio-, las empresas siguen demandando más titulados universitarios dentro del mercado laboral. Durante el último año, el 38,8% de las ofertas ha recogido entre sus requisitos que el candidato cuente, como mínimo, con una titulación universitaria (+0,3 interanual). Esta opción -la educación universitaria- sumada a un nivel todavía superior, el de los estudios de máster o posgrado, supone recibir el 42,7% de las ofertas de empleo generadas en el último año en nuestro país.

Así, Administración y Dirección de Empresas es la carrera con más salidas profesionales en España, ya que el 10,6% de las ofertas de empleo que requieren estudios universitarios hace referencia a esta titulación. Esto es así desde hace varios años. De hecho, en 2019 el porcentaje de ofertas subió 1,6 puntos porcentuales con respecto al año anterior, cuando era del 9%, convirtiéndose en la carrera que más ha crecido dentro de la oferta de empleo.

Este año, le sigue Ingeniería Industrial, que el año pasado figuraba en tercera posición. Así, su peso específico continúa ascendiendo sobre el cómputo global y pasa de un 3,9% del pasado año un 4,6% en la actualidad (0,7 puntos más). Al tercer lugar baja Ingeniería Informática, cuya oferta ahora conforma el 3,8% del total nacional, esto es, una pérdida de 0,3 puntos en el último año. Entre las seis carreras con más salidas laborales se encuentran también las de Administración de Empresas y Derecho, con un 3,6% (que registra el mayor incremento, 1,1 puntos); Ciencias del Trabajo, Relaciones Laborales y RRHH, con un 3,3% de la oferta, y Comercio y Marketing, con un 2,7%.

Por detrás de ellas aparecen las titulaciones de Enfermería (2,5%, sube medio punto); Economía (2,1%, aumenta su peso tres décimas); Ingeniería Mecánica (2%, apenas incrementa su presencia una décima); Derecho (1,8%, seis décimas más), Ingeniería Electrónica Industrial y Automática, también con un 1,8% y sin cambios en su relevancia con respecto al año anterior, y Medicina y Biomedicina (1,6%, que cae medio punto).

Además de elegir una titulación con demanda, aumentar las posibilidades de encontrar empleo requiere cuidar otros aspectos, más ligados con la marca personal del candidato. En los tiempos que corren, las empresas mostrar habilidades para la gestión del cambio está llamada a ser una capacidad de valoración creciente, una de las llamadas soft skills, o habilidades blandas, más en boga.

Habilidades pospandemia

La tolerancia a la incertidumbre, gran protagonista en el panorama económico y sanitario actual, es una buena carta de presentación. La compañía de servicios de consultoría, formación empresarial y selección Cegos ha identificado siete soft skills fundamentales: la colaboración remota, que exige habilidades de idioma e interpersonales, para trabajar de manera virtual con equipos multiculturales; la comunicación digital, que requiere filtrar y seleccionar la información y producir contenido relevante; agilidad y adaptabilidad, sobre todo, para adquirir conocimiento en varias disciplinas y ser capaces de asumir el cambio continuo; creatividad y sentido de la innovación, la habilidad de proponer nuevas formas de interpretar las situaciones; espíritu emprendedor, la capacidad para convertir ideas en acciones; organización del trabajo eficiente, y, por último, aprender a aprender, reservar un 20% del tiempo laboral para mejorar sus habilidades y seguir siendo empleables.

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