Tras casi 90 años de trayectoria, Cepsa afronta su futuro con una visión global que le permite avanzar hacia uno de sus objetivos estratégicos: atender las necesidades energéticas de la sociedad, más allá de la cadena de valor del petróleo.
En esta línea, Cepsa adquirió hace un año los derechos para desarrollar un parque eólico en la ciudad gaditana de Jerez de la Frontera. El proyecto, que supone la primera incursión de la empresa en el campo de esta energía, cuenta con una inversión de 35,7 millones de euros, y está previsto que entre en funcionamiento a comienzos del próximo año. El parque contará con once turbinas, también llamadas aerogeneradores, que alcanzan una altura desde la base hasta el extremo de la pala de unos 150 metros; más de la mitad de lo que mide la Torre Cepsa (248 metros).
La ubicación de este nuevo parque ejemplifica, una vez más, su apuesta por Andalucía, donde opera desde hace más de cinco décadas y genera más de 3.600 empleos directos y más de 2.600 indirecto. Cepsa es líder en el ranking de empresas de producción y facturación de la comunidad andaluza con más de 14.500 millones de euros, lo que supone un 10 por ciento del PIB andaluz.
Diversificar la actividad
El parque eólico de Jerez de la Frontera es el primero que Cepsa desarrolla. Nace con el objetivo de diversificar el modelo energético y de negocio de la compañía y contará con una capacidad instalada de 28,8 megavatios, repartida en los once aerogeneradores de 2,625 megavatios cada uno, y una línea de evacuación de 66 kilovoltios. La producción anual de dicho parque eólico será el equivalente al consumo eléctrico de 20.000 hogares durante un año.
La cantidad de energía que podrá generar el parque eólico de Jerez de la Frontera evitará la emisión de 32.000 toneladas al año de CO2. De esta manera, la empresa también accede a un sector de rentabilidad sostenida.

En palabras del director de Gas y Electricidad de Cepsa, Juan Manuel García-Horrillo, "como empresa energética e integrada que somos, queremos seguir avanzando en el campo de las energías renovables de manera progresiva, complementando la cartera de negocios derivados de combustibles fósiles. Este proyecto nos permite tener una visión holística como compañía y diversificar nuestras fuentes para ser capaces de satisfacer las necesidades energéticas de cada realidad".
En las proyecciones de Cepsa, las energías fósiles seguirán dominando ampliamente el mercado, si bien, las energías solar y eólica representan las de mayor crecimiento para los próximos años. Concretamente, la compañía afirma que el crecimiento de estas será de un 12,2 por ciento anual hasta el año 2030.
Esta circunstancia incide en la necesidad de diversificar de manera progresiva la actividad y atender a una demanda de otras energías. De hecho, Cepsa ha alcanzado un acuerdo con Masdar, la Compañía Energética de Futuro de Abu Dabi, líder en renovables y desarrollo urbano sostenible a nivel internacional, para buscar proyectos de manera conjunta en el ámbito de las energías renovables, especialmente en eólica y solar.
Como prevé la compañía, su entrada en el sector de este modelo energético le abriría la puerta de mercados en crecimiento y le posibilitará el desarrollo de nuevas capacidades y habilidades en el plano energético -mitigando así el efecto de la volatilidad de algunos de los mercados en los que opera, como el del crudo.
Un proyecto responsable
Cepsa ha tratado con su habitual y extremo cuidado todos los aspectos medioambientales vinculados al proyecto. Uno de los puntos al que se ha prestado especial atención ha sido el respeto a la avifauna reproductora de la zona, llegándose a detener la obra civil durante la época de reproducción del aguilucho cenizo, un ave que suele anidar en zonas de la Península Ibérica en los meses de primavera.
A raíz de esta toma de contacto con el entorno, la Fundación Cepsa ha decidido poner en marcha dos iniciativas relacionadas con la fauna del lugar. En colaboración con Ornitour, una consultoría ambiental especializada en servicios en Andalucía, se va a comenzar a trabajar en un primer proyecto de preservación y restauración de la población de aguilucho cenizo en el perímetro del parque. El segundo proyecto se centrará en el desarrollo de un estudio sobre los murciélagos ibéricos en la zona. A través de técnicas innovadoras, se realizará un inventario y seguimiento de las rutas habituales de esta especie de gran importancia ecológica.