
La cadena de supermercados Mercadona se esfuerza día a día para ser respetuosa con el medio ambiente en el desarrollo de su actividad. Consciente de que los recursos que existen son limitados, la compañía de alimentación promueve medidas que eviten su amplio consumo, profesando siempre el principio hacer más con menos. Siguiendo esta estela, el modelo de gestión ambiental de la empresa persigue dar respuesta a los nuevos desafíos ambientales y alcanzar los objetivos de eficiencia y sostenibilidad que todos los agentes sociales y económicos han asumido dentro de la Unión Europea (UE).
De manera concreta, este modelo de gestión ambiental se centra en las áreas donde tienen lugar los principales impactos de Mercadona; se trata de la optimización de la logística, la gestión de los residuos y la eficiencia energética. No obstante, este plan también va acompañado de cambios relevantes en la concepción de los modelos de venta de productos frescos y en el nuevo modelo de tienda, diseñado para que éstas sean más eficientes y sostenibles.
En el ámbito de la optimización de la logística, cabe resaltar el esfuerzo de la compañía para optimizar la carga de los vehículos, de forma que se aproveche al máximo cada viaje y se transporte más con menos recursos. De hecho, el interproveedor de transportes de Mercadona, Acotral, incorporó el año pasado un total de 11 megatráilers -se trata de vehículos de más de 25 metros de largo y que pueden transportar hasta 60 toneladas de mercancías por viaje-.
La reducción de los residuos es, igualmente, uno de los ejes prioritarios para la cadena de supermercados. Así, de las más de 300.000 toneladas de residuos que la compañía generó para el transporte de mercancías el año pasado, el 78 por ciento se reciclaron; hasta 100.000 toneladas de cartón se pudieron ahorrar gracias al empleo de envases reutilizables; y se pudieron reducir 2.500 toneladas de envases gracias a las medidas puestas en marcha por parte de los interproveedores. Se trata solo de algunas cifras que muestran la magnitud que representa la gestión de los residuos para la empresa. Precisamente, con el objetivo de dar un paso hacia los principios de la economía circular, Mercadona tiene previsto eliminar a lo largo de 2019 las bolsas de plástico de un solo uso de sus tiendas. De esta forma, ofrece ya en algunos establecimientos -concretamente en 66 supermercados de las provincias de Valencia, Barcelona, Vizcaya y de la totalidad de las Islas Baleares y de Cantabria- tres opciones alternativas: bolsa de papel, bolsa de plástico reciclado en un 50-70 por ciento o cesta de rafia. Cabe recordar que la compañía fue pionera dentro de su sector en introducir iniciativas para reducir la utilización de las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su reutilización en el año 2011.
Por su parte, en cuanto a la eficiencia energética, sobresale el nuevo modelo de tienda que Mercadona promueve, a través del cual está incorporando medidas de aislamiento y ahorro que permiten reducir el consumo energético hasta un 40 por ciento con respecto a un supermercado convencional. Así, con este nuevo modelo, la compañía está evitando que se emitan 700 toneladas de dióxido de carbono (CO2) por tienda y año.
Transporte eco
Además de seguir desarrollando su sistema de gestión ambiental, Mercadona también apuesta por combustibles menos contaminantes. Con el propósito de mejorar la calidad del aire en las ciudades, la compañía y sus proveedores impulsan el uso de camiones y furgonetas propulsados con gas natural licuado (GNL). De hecho, en 2018 se han destinado 4 millones de euros para incorporar 40 camiones de este tipo en las ciudades de Madrid, Barcelona y Valencia, que se han sumado a los siete con los que la empresa ya contaba desde el año pasado y en los que invirtió un millón de euros.
Asimismo, a lo largo de este año, también se han incorporado vehículos de categoría ECO que circulan prioritariamente por núcleos urbanos de alta densidad de población y de movimiento, lo que está contribuyendo a reducir el riesgo de superar los límites permitidos de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión que tiene este tipo de ciudades. Además, dentro del reparto en las ciudades, Mercadona ya cuenta con tres furgonetas transformadas a dual fuel (gas/gasoil) y este año ya ha comenzado a utilizar también tres furgonetas cien por ciento GNC (gas natural comprimido).
Por todo ello, el esfuerzo que ha realizado la compañía en los últimos años ha permitido que el 92 por ciento de la flota que utiliza cuente con el distintivo categoría C de la Dirección General de Tráfico (DGT), vehículos que cumplen con los estándares Euro VI y Euro VI C.
Además de lo anterior, otro de los proyectos más destacados de Mercadona guarda relación con los jardines urbanos y verticales. Concretamente, se trata del Proyecto de Distribución Urbana Sostenible, que persigue mejorar la calidad del aire de las ciudades. Por eso, desde el año 2015, la cadena impulsa la construcción de cubiertas ajardinadas y jardines verticales en algunas de sus tiendas en Madrid -6.610 metros cuadrados en total-. Los jardines urbanos se ubican en las cubiertas de las tiendas instaladas en el interior de patios de manzanas vecinales para contribuir a la regeneración de estos espacios degradados, mientras que los jardines verticales se ubican en la entrada de las tiendas y presentan un diseño original. La inversión de Mercadona en estas iniciativas asciende a 1,15 millones de euros hasta 2018.
Ambos proyectos han traído consigo la contratación de jóvenes con discapacidad intelectual e inteligencia límite pertenecientes a la Fundación Capacis. Ellos son los que se encargan del mantenimiento y conservación de estos jardines, cuyo objetivo principal es producir una mejora directa en los niveles de contaminación. Así, la captura de gases contaminantes y reducción del CO2 en el entorno más cercano es de hasta un 2 por ciento. Del mismo modo, las plantas absorben contaminación y retienen las partículas nocivas del aire, proporcionan oxígeno y ayudan a reducir el efecto isla de calor en el caso de las cubiertas ajardinadas porque se convierten en un magnífico aislante térmico.
Donación diaria de alimentos
El desperdicio de alimentos se ha consolidado ya como uno de los principales problemas de nuestro día a día, sobre todo si se tiene presente que el hambre en el mundo afectó a más de 800 millones de personas en 2016. Es por ello que Mercadona está plenamente comprometida con esta situación y, por consiguiente, desarrolla estrategias de distinta índole para reducir al máximo el desperdicio alimentario en su proceso. Una de ellas se materializa con la donación diaria de alimentos a comedores sociales y bancos de alimentos de proximidad. De hecho, durante 2017, la cadena de supermercados colaboró con más de 140 comedores y más de 60 bancos de alimentos donando 9.600 toneladas de alimentos. Como novedad, este año está cooperando con distinta entidades tales como el comedor social Casa de María y José de Alcorcón; el comedor social de Emaus en Vélez-Málaga; o el comedor La Milagrosa de Las Palmas de Gran Canaria, entre otros.
También, otro de los principios irrenunciables de la compañía, junto a la lucha contra el desperdicio de alimentos, es defender el bienestar de los animales. Es por ello que tanto la cadena de supermercados como sus interproveedores y proveedores especialistas se comprometieron el pasado año a aplicar normas de bienestar durante toda la vida del animal e implantar estándares certificables. En este sentido, Mercadona y su interproveedor Huevos Guillén se han propuesto que el total de huevos que venda la cadena para 2023 sea procedente de sistemas libres de jaulas.
Se trata, en definitiva, de diferentes líneas de actuación sostenibles que refuerzan la apuesta de Mercadona por el crecimiento compartido. Un compromiso que también se evidencia en los más de 52 millones de euros que la compañía destinó en el periodo 2015-2016 para mejorar diferentes procesos, productos y servicios que tienen incidencia en el medio ambiente. De cara al futuro, Mercadona reafirma su apuesta por seguir avanzando en una gestión medioambiental sostenible.