Naturgy ha dado un importante giro en su mix energético en aras de la sostenibilidad y porque considera que la transición energética es una oportunidad en el marco de su Plan Estratégico a 2022. Su nueva política ambiental se articula sobre tres ejes ambientales clave: el cambio climático, la economía circular y el capital natural.
Así, la compañía que preside Francisco Reynés apuesta por un futuro bajo en carbono y sostenible a través de las siguientes áreas: mayor crecimiento en renovables, electrificación, gas natural como alternativa baja en carbono para garantizar la seguridad de suministro, movilidad sostenible, gas renovable y desarrollo del capital natural.
La energética, que ha anunciado el cierre de todas sus plantas de carbón en España, ha realizado, a lo largo de este año, la mayor inversión en renovables de toda su historia, lo que demuestra su sólido proyecto industrial de futuro y su compromiso con la sostenibilidad.
Cambio climático
Naturgy ha reducido sus emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 26% durante los últimos seis años y hace una apuesta clara por las renovables, la eficiencia energética y el gas natural, como agente acelerador de la transición hacia una economía baja en carbono y como palanca para la mejora de la calidad del aire.
Crecimiento en renovables.- En concreto, Naturgy va a poner este año cerca de 1.000 MW de renovables gracias a la potencia eólica y solar adjudicada en España en las últimas subastas del Gobierno. Con ello, la compañía se convierte así en uno de los principales inversores en tecnologías limpias del país, prueba de su compromiso con la transición energética.
Naturgy ha reducido sus emisiones directas de gases de efecto invernadero en un 26% durante los últimos seis años
En el ámbito internacional, los avances también han sido decisivos. La compañía ha afianzado su presencia con la puesta en operación de 201 MW y el comienzo de la construcción de 534 MW a través de Global Power Generation, el brazo de inversión de Naturgy en el extranjero. Estos proyectos eólicos y fotovoltaicos, que se están desarrollando en Brasil, Chile y Australia, cuentan con unos entornos ambientales y sociales complejos, donde la experiencia y el elevado estándar de gestión ambiental y social de la energética han sido factores clave de éxito para estos nuevos desarrollos y para la relación con las comunidades cercanas y otros grupos de interés locales.
El gas natural, como alternativa al carbón y los derivados del petróleo.- Para Naturgy el gas natural es un componente clave que permite la rápida transformación del sistema energético al ritmo que está marcando la agenda energética y climática. Es una fuente de energía eficiente, limpia y flexible, que puede utilizarse en todos los sectores y que ofrece soluciones esenciales allí donde la electrificación no es factible. Hecho relevante para garantizar las sostenibilidad energética en el futuro, ya que como ponen de manifiesto los últimos informes de la Comisión Europea y de Euroelectric, la electrificación no será suficiente para cubrir la demanda de energía.
La energética va a poner este año cerca de 1.000 MW de renovables gracias a la potencia eólica y solar adjudicada en España en las últimas subastas del Gobierno
El gas natural sustituye fácil y rápidamente a combustibles más contaminantes y es el respaldo para el crecimiento de las energías renovables y asegurar el suministro en los momentos de bajos recursos hidráulicos, eólicos o solares. Además, el gas, como ha pasado con la electricidad, también tiene un futuro renovable, mediante la integración en las redes del hidrógeno generado por excedentes de generación renovable y el biometano procedente de la valorización de residuos orgánicos.
En lo que se refiere a la sustitución de carbón y derivados del petróleo por gas natural, en 2018, Naturgy ha contribuido a evitar, a nivel internacional, la emisión de más de 117 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a todas las emisiones de Bélgica. Un ejemplo concreto ha sido la conexión a la red de gas natural del Hospital Taulí de Sabadell (Barcelona). Al funcionar con gas natural, la instalación evitará emisiones de más de 250.000 kg de CO2 al año.
Movilidad sostenible.- Naturgy contribuye a la mitigación del cambio climático y la mejorar la calidad del aire a través de la movilidad sostenible. De hecho, se está trabajando en el despliegue de infraestructura eléctrica y gasista, contando la compañía con la mayor red de gasineras del país, con casi 40 puntos de carga.
El gas en movilidad es la única solución a corto y medio plazo para sustituir a otros combustibles más contaminantes sin sacrificar la autonomía ni la economía de los vehículos, siendo la tecnología mejor posicionada ambientalmente para las largas distancias y para el marítimo. En concreto, el uso del gas natural licuado como combustible marítimo permite eliminar en más de un 80% las emisiones de óxidos de nitrógeno, en un 70% las de partículas y en un 100 por cien las de dióxido de azufre. Un buen ejemplo es el hecho de que en 2017, la compañía puso en marcha el primer motor de gas natural para ferries de pasajeros en España junto a Balearia.
La compañía también promueve la movilidad eléctrica, tanto en su flota propia como entre sus clientes y empleados. A nivel internacional, cabe destacar Chile, donde ha desplegado una red de puntos de carga público-privados a lo largo del país.

Economía circular
Naturgy también se ha posicionado de forma decidida en la economía circular, con el uso eficiente de los recursos en todos sus procesos, reduciendo la generación de residuos, aumentando el reciclaje y la valorización e impulsando proyectos de gas renovable. Esta mejora de la ecoeficiencia de las operaciones compañía contribuye decididamente a la reducción de los impactos negativos sobre la biodiversidad y las personas.
Un buen ejemplo de la gestión ambiental del agua como recurso escaso es el hecho de que seis de sus centrales de ciclo combinado funcionan con agua reutilizada. El uso de aguas residuales urbanas en estas instalaciones permite evitar cada año el consumo de 7,5 millones de m3 de agua dulce en zonas de estrés hídrico en España y México, lo que equivale a más de 3.000 piscinas olímpicas. La gestión de residuos es otras de las áreas de la compañía donde se han constatado avances evidentes, reduciéndose desde 2012 en un 76% la cantidad generada y alcanzando niveles de reutilización de residuos peligrosos por encima del 88%.
Naturgy también apuesta por el impulso del gas renovable como vector energético y de almacenamiento que facilite la transición a un modelo de economía circular y bajo en carbono, desarrollando hasta la fecha 12 proyectos de innovación en gas renovable. Este gas puede proceder de excedentes de electricidad renovable, que son transformados en hidrógeno, o de residuos orgánicos procedentes de ciudades, granjas, agricultura o industrias. Este vector energético tiene unas emisiones neutras de CO2, pudiendo incluso ser un sumidero. Además, mejora la gestión medioambiental de residuos orgánicos tan conflictivos como las deyecciones ganaderas, purines, etc., evitando los efectos indeseables que estos producen sobre la biodiversidad. En el proceso también se genera un subproducto, que es un excelente fertilizante y se puede introducir en el mercado completando la lógica de la economía circular. Desde el punto de vista económico, el nuevo modelo de negocio apoya el desarrollo rural y la fijación de empleo y población en entornos agrícolas y ganaderos.
Como caso de éxito, cabe mencionar que Naturgy, junto con Energylab y la colaboración de la Empresa Pública de Depuración de Bens, en la provincia de A Coruña, ha puesto en marcha una planta de producción de biometano a partir de los lodos orgánicos de la depuradora de agua residuales urbanas. El gas renovable producido, neutro en carbono, se utiliza para mover un autobús urbano de A Coruña y otros vehículos.
Capital natural y biodiversidad
La biodiversidad es otro de los pilares fundamentales de la gestión ambiental de Naturgy, que se aborda con una lógica 360º, considerando el ciclo integral del proyecto, desde el diseño al desmantelamiento de instalaciones y a lo largo de toda la cadena de valor del negocio.
En los nuevos proyectos renovables se han realizado pormenorizados estudios ambientales y sociales, para elegir la alternativa de mínima afección e incluir todas las medidas preventivas, correctoras y compensatorias necesarias para su sostenibilidad y la protección de la biodiversidad. En las instalaciones en operación, se monitorean las emisiones, los vertidos y el estado del medio para proteger la biodiversidad.
Cuando las instalaciones llegan al final de su vida útil, el desmantelamiento incluye la restauración ambiental de los emplazamientos, desde una estrategia de ganancia neta de capital natural. Un ejemplo paradigmático es la restauración de la mina de Limeixa y la creación del Lago Meirama en Cerceda, A Coruña, una de las mayores actuaciones de rehabilitación medioambiental realizadas en España. La reconversión de la antigua mina de lignito a cielo abierto en un lago artificial ha generado un nuevo espacio verde de más de 1.000 hectáreas, de elevado valor. Se trata del primer lago artificial de Europa que podrá ser usado como reservorio de agua para una población de unas 400.000 personas sin tratamiento intensivo previo, gracias a la alta calidad de sus aguas.
Además, se han plantado más de 450.000 árboles en su entorno para potenciar la creación de biodiversidad en este nuevo espacio, en el que ya se han inventariado más de 830 especies animales y vegetales, algunas de especial valor de conservación. El nuevo espacio y la playa artificial también contribuyen a las actividades turísticas y económicas de la zona.