Casi todo el que ha cursado estudios superiores en España conoce de primera o segunda mano la experiencia de pasar un año fuera, en alguna universidad europea. Y viceversa, quien más quien menos ha conocido algún estudiante extranjero cuyo itinerario académico ha tenido una parada en España.
El tirón del Erasmus en nuestro país (desde 2014, Erasmus+) es evidente, y de ello hablaremos más adelante.
Sin embargo, las universidades españolas muestran un apreciable déficit en cuanto a atracción de estudiantes internacionales. Los datosdisponibles ponen de manifiesto que en este apartado España queda por debajo de la media de la OCDE –que integra a 36 países, en su mayoría ricos–.
Excluyendo la derivada del programa Erasmus+, la expansión de la movilidad internacional de los estudiantes universitarios que requiere matrícula se ha triplicado en los últimos 20 años, según recoge CRUE Universidades Españolas en su informe La universidad española en cifras 2015-2016. En Europa y en el mundo, Reino Unido destaca en atracción internacional de estudiantes en todos los niveles de enseñanza.
España, por el contrario, presenta unos valores más reducidos: la atracción de estudiantes internacionales en el grado es del 1 por ciento; en el máster, del 8 por ciento, y el doctorado, del 15 por ciento. Se sitúa por lo tanto lejos de los valores medios de la OCDE, donde la atracción del grado alcanza el 4 por ciento; la del máster, el 12 por ciento, y la del doctorado, el 26 por ciento.
Hay, no obstante, discrepancias reseñables entre las cifras recabadas por la OCDE (Education at a glance 2018) y los que ofrece el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD, la dependencia responsable del último informe disponible).
Según su Estadística de estudiantes universitarios 2016-2017, España estaría muy cerca de la media de sus socios OCDE en cuanto al doctorado (25 por ciento) y los superaría de hecho en lo tocante a grados y másteres –en este último caso, por más de ocho puntos porcentuales–.
En todo caso, CRUE Universidades Españolas señala que el modelo de oferta diversificada y de proximidad territorial a los usuarios, unido a "las limitaciones de la política de becas y ayudas al estudio, agravada en los últimos cursos específicamente en el ámbito de la movilidad" no ha favorecido el desplazamiento de los estudiantes.
Más foco en la ciencia
Además, los estudiantes españoles tienden a matricularse en carreras del ámbito de las ciencias sociales y jurídicas (unos 600.000, en torno al 46 por ciento del total); menos de 250.000 apuestan por la ramas de ingeniería o arquitectura. Las diferencias son más marcadas en el caso de los másteres; no tanto en los doctorados.
Por el contrario, según la OCDE, son precisamente las carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) las más demandas por los alumnos internacionales: un tercio de ellos se matricularon en estas titulaciones en 2016. Los estudiantes internacionales suponen al menos un 9 por ciento de las matriculaciones en ciencias naturales, matemática y estadística, y tecnologías de la información y la comunicación; y un 7 por ciento de las registradas en ingenierías, industria y construcción.
Las vías de mejora son claras, sobre todo si tenemos en cuenta las notables ventajas que brinda la atracción de estudiantes extranjeros, según la OCDE: suelen ser una fuente importante de ingresos y tienen un efecto "desproporcionado" en la economía y la innovación del país de acogida. Además de contribuir a través de los gastos de susbsistencia, a largo plazo estos estudiantes suelen integrarse en el mercado laboral, elevando la competitividad de la economía local.
En el caso de España, la mayor parte de los estudiantes internacionales de grado y primer y segundo ciclo provienen de países de la Unión Europea: el 47,5 por ciento del total de extranjeros. América Latina y el Caribe es, no obstante, el área geográfica que más aporta en estudios de máster (59,6 por ciento) y doctorado (54,4 por ciento), según recoge el MECD.
Esta realidad contrasta con la media de la OCDE, que tienen su mayor caladero en Asia -el segundo es la Unión Europea-. En todos los niveles de la educación superior, el continente aportó 1,9 millones de alumnos, o el 55 por ciento del total. De ellos, algo menos de la mitad vienen de China. A su vez, los estudiantes asiáticos muestran una clara preferencia por tres países: Estados Unidos, Australia y Reino Unido.
Según el ranking que elabora anualmente Study.EU, España está en decimotercer lugar -aunque escala una posición- en cuanto a "atractivo para estudiantes internacionales", con un resultado de 58,7 sobre 100. Para elaborar la puntuación, Study.EU pondera variables como la calidad de la educación (un 45 por ciento, basado entre otros factores en los rankings internacionales o el número de programas en inglés); el coste (un 30 por ciento), y las perspectivas y calidad de vida esperada para graduados foráneos (un 25 por ciento).
España mejora su registro en el apartado de educación, pasando del puesto 12 al 10, si bien con un puntaje discreto (38,1), muy lejos de los líderes, Reino Unido y Alemania.
Líderes en Erasmus
El atractivo de las universidades españolas para los estudiantes que buscan pasar un año fuera goza, sin duda, de excelente salud. España encabeza los registros tanto de recepción como de emisión de alumnos de este programa creado en 1987 y ampliado en 2014 como Erasmus+.
Desde el lanzamiento de Erasmus+ participan 33 países europeos (los 28 Estados miembros de la UE más Turquía, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Noruega, Islandia y Liechtenstein), y más de dos millones de personas se han beneficiado de las oportunidades que ofrece el programa.
En los 30 años que van de 1987 a 2017, se estima que España ha facilitado la movilidad de 625.300 estudiantes de educación superior; 73.100 estudiantes de formación profesional, y 114.400 personal docente y trabajadores en el ámbito de juventud.
Si se tienen en cuenta otras acciones financiadas en el programa Erasmus+ y no gestionadas por el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie), como voluntariado y programas de juventud, el número de participantes de España en el programa asciende a 952.100 personas desde 1987 a 2017.
De hecho, España lidera desde 2001 la clasificación de países miembros de la iniciativa en cuanto a recepción de estudiantes. Según los datos más recientes de la Comisión Europea –correspondientes al curso 2015-16–, 45.813 personas se acogieron a esta modalidad para estudiar en España. Cifras notablemente superiores a las de Alemania (32.871), Reino Unido (30.183), Francia (29.558) e Italia (21.564).
Madrid, Sevilla y Barcelona son los destinos más solicitados en España, según Universia. Por otro lado, la Universidad de Granada encabeza la clasificación a escala europea; la Universidad de Valencia ocupa el tercer lugar, seguida inmediatamente de la Universidad Complutense de Madrid. Los tres países que más estudiantes envían a España son, por este orden, Italia, Reino Unido y Alemania.
A juicio de la publicación especializada Times Higher Education (THE), los mejores países para estudiar fuera son Suiza, Hong Kong, Singapur, Reino Unido y Australia. Los primeras representantes españolas en la clasificación elaborada por THE figuran en el puesto 91 y 92: son la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad Autónoma de Barcelona. Las siguen la Universidad de Barcelona (114) y la Complutense (140).
Lejos del 'top'
Ello nos lleva a la situación de las instituciones de educación superior españolas en el panorama mundial. En una de las clasificaciones más renombradas, la de THE, destaca de nuevo la Pompeu Fabra, que sube 35 puestos para ocupar el 140.
Detrás de ella destacan la Autónoma de Barcelona (147), y la Universidad de Barcelona (201-250). Ya más alejadas, encontramos la Universidad de Navarra (301-350), la Autónoma de Ma-drid (351-400) y la Politécnica de Cataluña y la Ro-vira i Virgili, ambas en el rango 401-500.
Las primeras en la tabla de QS –otro de los índices de referencia– son la Universidad Autónoma de Madrid (159); la Universidad de Barcelona (166); la Autónoma de Barcelona (193); la UCM (206); la Universidad de Navarra (242); la Carlos III de Madrid (253); la Politécnica de Cataluña (275); la Pompeu Fabra (298) y la Universidad Politécnica de Valencia (310).
Apuntalar el idioma en China
La potencia de la lengua española suele citarse como un activo clave no solo en lo cultural, sino también en lo económico. Más de 572 millones de personas lo hablan en todo el mundo, según el Instituto Cervantes. Por ello, la iniciativa de la Real Academia Española (RAE) de abrir un centro de investigación para la enseñanza en Shanghái –inaugurado el pasado 19 de septiembre– parece acertada. El propósito de este centro es la realización de trabajos sobre lingüística española, literatura y cultura, e investigaciones sobre la enseñanza del español como segunda lengua en las universidades y escuelas secundarias de China. A juicio de Darío Villanueva, director de la RAE, esta posibilidad ofrece oportunidades "extraordinarias"debido a "las dimensiones del país". "Nos conceden una atención que tenemos que aprovechar".