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Colombia: la gestión de la paz complica la agenda

La aplicación de los acuerdos con las FARC es la primera prioridad del Gobierno y uno de los factores claves para el desempeño económico. La crisis en Venezuela y las elecciones de 2018 se añaden a los retos de este año.

Los tiempos que vienen para Colombia en materia de desempeño socioeconómico serán cruciales y, definitivamente, allí serán determinantes tres factores. Primero, la implementación de los acuerdos de paz con las FARC; luego, la elección presidencial, en mayo de 2018, que será clave para el futuro de este proceso y, por último, el desenlace de la crisis de Venezuela, una situación que ya a estas alturas está generando a los colombianos un desplazamiento de 2.000 personas diarias de ese país, que vienen buscando un mejor futuro.

Si bien los acuerdos de paz con las FARC han iniciado su aplicación, su materialización depende de su blindaje legal frente a futuros cambios de Gobierno, algo que aún no consolida con éxito la Administración del presidente Juan Manuel Santos y a lo que poco ayuda la actitud de la guerrilla, que todavía no ha dado señales contundentes sobre la masiva entrega de armas. A esto se deben sumar estimaciones internas para la próxima década, que hablan de un costo para implementarlos de 93 billones de pesos, es decir, 28.440 millones de euros, pero también externos como el del Bank of America, que lo ubican 187 billones de pesos, algo así como 57.186 millones de euros. Si bien hay fondos de cooperación internacional, la gran mayoría de ese dinero saldrá del fisco, es decir, del bolsillo de los contribuyentes.

El segundo elemento que entra a jugar a estas alturas del inmediato futuro colombiano tiene que ver con las elecciones presidenciales. A un año de que se celebren las tendencias son muy fuertes en dos sentidos: un giro de 180 grados en el actual manejo político, que pudiera llevar a un endurecimiento gubernamental frente a los acuerdos con la guerrilla, o bien una posible coalición de centro izquierda que pudiera consolidarse para defenderlos y afianzarlos.

Y el tercer factor de alta incidencia, sin duda, es la situación de Venezuela, hace una década el primer socio comercial de Colombia con compras superiores a 6.000 millones de dólares anuales y que hoy apenas llegan a 600 millones de dólares. Además de la caída en el flujo comercial, el país vecino está aportando a los colombianos las secuelas de su creciente crisis interna, al contabilizarse ya una cifra de 400.000 ciudadanos que han cruzado la frontera buscando mejores horizontes. Las estadísticas dicen que, de cada 10, solo tres se quedan en forma legal.

Radiografía económica

Dentro de este contexto, la foto actual de la economía colombiana muestra, según datos recientes entregados por el grupo de las más grandes empresas colombianas, que en febrero la producción cayó un 1,7% comparada con el mismo mes de 2016; las ventas totales lo hicieron un 2,3% y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno bajaron un 1,9%. En el año inmediatamente anterior, esas tasas eran positivas, de 4,2, 5,1 y 8,1%, respectivamente. "Si excluimos el subsector de refinación los crecimientos de la industria son de -2,8%, -2,7% y -2,3%, respectivamente", explica el balance entregado por los empresarios.

Por obvias razones, el ministro de Finanzas, Mauricio Cárdenas, ve un mejor panorama y ha dicho a elEconomista que "en los próximos meses debemos retomar una senda de crecimiento superior al 4% anual, en línea con nuestro potencial. Para ello es necesario lograr un mayor crecimiento de nuestras exportaciones, duramente afectadas por la situación económica de nuestros socios comerciales en la región".

Y agrega que "estamos en una transición. Es natural que el incremento en la tarifa del IVA de 16 a 19% tenga un impacto de una sola vez sobre los precios de algunos productos. Sin embargo, ha permitido conservar la calificación BBB y la confianza en la economía colombiana. Adicionalmente, logramos reducir la tributación, que recae directamente sobre las empresas, un paso fundamental para la generación de empleo".

A los planteamientos del ministro Cárdenas se suman los del presidente Santos, quien al tiempo de señalar que "no hay que ceder al pesimismo" reporta que "el país volvió a batir el récord de colombianos empleados con 22 millones. Otras señales de la recuperación de la economía se ven en la inflación, la construcción y la infraestructura,que siguen creciendo. Lo anterior, a su vez, permitió un fuerte recorte de las tasas de interés del Banco de la República, hoy en un 6,5%, para impulsar más la actividad. Los resultados de las exportaciones fueron inmejorables, con un crecimiento de 38% a marzo, mientras que un indicador de la excelente actividad edificadora y de construcción de obras civiles se reflejó en un aumento en la producción de cemento gris", según el mandatario, quien concluye en estos años, el crecimiento de la inversión ha sido superior al 25% y más de 800 empresas internacionales han escogido a Colombia para invertir.

¿Hay seguridad jurídica en Colombia?

Pero algo muy distinto muestran las encuestas empresariales internas y los mismos hechos. De acuerdo con una investigación entregada por la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), el 86,4% de las empresas en Colombia se ha visto afectada por cambios normativos que provienen de los distintos niveles del Gobierno; el 67,9%, por leyes del Congreso; el 37,1%, por decisiones de agencias sectoriales; el 25% provenientes de la Corte Constitucional y un 22,1% de Jueces Ordinarios. Al consolidar esta información, se encontró que el 75,2% de las empresas ha tenido al menos un cambio significativo por parte de alguna de las instituciones mencionadas en los dos últimos años.

En cuanto a los hechos, los más sonados en lo que va del año son la intervención y liquidación de Electricaribe, una compañía propiedad de la española Gas Natural Fenosa -decisión por la que Colombia será requerida en tribunales internacionales-, y una consulta popular que ha prohibido la explotación de oro en una zona de reserva hídrica y ambiental, afectando a la canadiense Anglo Gold, pero que de paso ha paralizado cualquier tipo de explotación minera.

De hecho, según los datos de la última encuesta de opinión empresarial, "la inversión extranjera directa en Colombia también se deterioró en el primer trimestre de 2017 con una caída del 20,1%. Este comportamiento se explica principalmente por la caída (-41,5%) de la IED a sectores distintos a petróleo y minería.

Corrupción: el gran desafío

Otro frente que está concentrando la atención tanto interna como externa es el de la corrupción, que en los últimos meses ha dado muestras de convertirse en la principal amenaza para el funcionamiento del país. En lo que apenas significa el comienzo de las grandes y sonadas investigaciones, las imputaciones de la Fiscalía colombiana por solo un caso, el de la Refinería Petrolera de Cartagena (Reficar), tasa en 186,5 millones de dólares el posible hurto y anuncia que es 18 veces más grande que el caso Odebrecht, que también es materia de acciones judiciales.

A estos casos se suman acciones de la Fiscalía en las Administraciones departamentales y municipales en distintos puntos de un país que tiene 33 departamentos (regiones o provincias) y 1.100 municipios. Además, se debe tener en cuenta que las actuaciones de ese despacho también recaerán sobre reconocidas empresas en los sectores de construcción e infraestructura, para lo cual se han recolectado ya pruebas contundentes.

Como conclusión general, el panorama de Colombia deberá considerarse como de alta expectativa, pues la suma de todos los factores explicados, deja a uno de los países con mayor potencial de Latinoamérica puesto que se mantiene dentro de las cinco economías líderes y más estables de la región, a merced de factores internos y exógenos, que en muchas ocasiones escapan de la misma capacidad de manejo de cualquier gobierno.

En todo caso, como prioridades del Gobierno Santos para su último año serán: implementar los acuerdos de paz; diversificar y hacer crecer las exportaciones no tradicionales, potenciar nuevas fuentes de crecimiento sostenible; ejecutar exitosamente los proyectos de infraestructura denominados 4G, y mantener la solidez del sector financiero.

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