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Iberdrola, operador eléctrico de referencia en América Latina

Parque eólico Mel II en Brasil.

Además de en Europa y Estados Unidos, Iberdrola se ha convertido en un operador eléctrico de referencia en América Latina, región en la que cuenta con una amplia presencia gracias a las inversiones realizadas en proyectos de gran relevancia en México y Brasil, países en los que la compañía lleva haciendo negocios desde hace años y que continúan siendo mercados estratégicos a nivel internacional.

En el primer trimestre de 2017, la capacidad total instalada de Iberdrola a nivel global sumaba 47.324 megavatios, de los que 9.019 megavatios corresponden a proyectos en Latinoamérica, repartidos en ambos países. De esta última cifra, un total de 6.064 megavatios pertenecen a ciclos combinados de gas, 2.718 megavatios a proyectos renovables -eólica terrestre e hidroeléctrica- y 237 megavatios a plantas de cogeneración.

Concretamente en México, país en el que Iberdrola está presente desde hace más de 18 años, la compañía ha ido incrementando sus inversiones y sus actividades hasta consolidarse como el mayor productor de electricidad privado del país, con 6.135 megavatios en operación, lo que equivale a dar servicio a más de 20 millones de mexicanos.

Recientemente, la compañía ha anunciado la adjudicación de un nuevo gran proyecto de generación de energía en el país. Se trata de la central de ciclo combinado de Topolobampo III, con la que Iberdrola refuerza su papel como empresa eléctrica privada de referencia en México.

La nueva instalación, de 766 megavatios de potencia, se ubicará en el municipio de Ahome, en el Estado de Sinaloa, y contará con tecnología de última generación, con turbinas de gas del modelo H01 de la firma General Electric. La central, en la que se invertirán unos 400 millones de dólares, suministrará energía eléctrica a más de 2,5 millones de mexicanos cuando entre en funcionamiento en enero de 2020.

La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán se encargará de la construcción, operación y mantenimiento de la nueva planta, además de ser su propietaria, así como de la venta de toda la energía producida a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mexicana, mediante un contrato de 25 años, con cargos fijos de capacidad. Para Iberdrola, este acuerdo a largo plazo con CFE aporta gran certidumbre a la inversión realizada por la compañía en el país, reforzando su relación estratégica con la Comisión mexicana, su mayor cliente a nivel mundial.

Topolobampo III se une, así, a los proyectos de generación de energía de la compañía en México, a los que se destinarán unos 3.000 millones de dólares de inversión. A los 5.531 megavatios de capacidad instalada en centrales de ciclo combinado en el país -con siete proyectos en operación-, la compañía sumará tres nuevas plantas, actualmente en construcción: Noreste (Escobedo), Noroeste (Topolobampo II) y El Carmen.

En noviembre del pasado año Iberdrola inauguró el ciclo combinado de Dulces Nombres II, una central de 300 MW de potencia, construida junto a la ciudad de Monterrey, en el Estado de Nuevo León, para cubrir la demanda de electricidad del creciente sector industrial de la región y en la que la compañía ha invertido 250 millones de dólares. Monterrey es una de las áreas en donde Iberdrola cuenta con más potencia instalada en el mundo.

Las nuevas centrales de ciclo combinado se sumarán a dos cogeneraciones que Iberdrola tiene en construcción en el país azteca-San Juan del Río y Altamira-, incrementando hasta cinco el número de proyectos con esta tecnología, dado que ya tiene tres plantas de cogeneración operativas allí, que suman entre una potencia conjunta de 237 megavatios.

Incursión en la energía fotovoltaica

Por lo que a proyectos de energía renovable se refiere, Iberdrola, que cuenta con 367 megavatios operativos en México en instalaciones eólicas, desarrolla actualmente otros 325 megavatios, también eólicos, a través de dos proyectos adjudicados mediante contratos a largo plazo (PPA) con clientes industriales privados, a los que suministrará la energía eléctrica. En concreto, se trata del parque eólico Pier IV, de 220 megavatios de potencia, en el Estado de Puebla, y el parque eólico Santiago, de 105 MW, en el Estado de Guanajuato.

Para ambos proyectos, Iberdrola ha llegado a un acuerdo con Gamesa, que fabricará e instalará los 134 aerogeneradores en estos dos complejos eólicos, que entrarán en funcionamiento en 2019.

Además, y también en el marco de su apuesta por las renovables, Iberdrola ha dado un nuevo paso desde México al iniciar la construcción de sus dos primeras centrales fotovoltaicas a gran escala. Estas plantas, que disponen de una potencia conjunta de 270 megavatios, son las de Hermosillo -100 MW- y Santiago Fotovoltaico -170 MW-, situadas en los Estados de Sonora y San Luís Potosí, respectivamente.

Compromiso con Brasil

Iberdrola está presente en Brasil desde 1997 a través de su participación en Neoenergia, donde tiene como socios locales a Banco do Brasil (12%) y Previ (49%). Además, durante el primer semestre de 2011 cerró la adquisición de la distribuidora Elektro, por 2.400 millones de dólares.

Iberdrola se ha convertido en la primera compañía distribuidora de energía eléctrica por número de clientes en Brasil, donde ya atiende, a cierre de 2016, a 13,4 millones de usuarios, a los que distribuyó más de 62.700 gigavatios hora ese año.

Iberdrola también dispone de una presencia relevante en el área de generación de electricidad en el país. Actualmente cuenta con una capacidad instalada y en operación de 2.884 megavatios, de los que 533 megavatios corresponden a la central de ciclo combinado de gas Termope, en la provincia de Ipojuca, y los 2.351 megavatios restantes a proyectos renovables -siete hidroeléctricos y 14 eólicos-.

Precisamente en renovables, la compañía ratifica su compromiso con el país carioca gracias al acuerdo alcanzado con Neoenergia para la compra del 50% de las empresas Força Eólica do Brasil (FEB) 1 y 2 por unos 98 millones de euros.

Mediante esta adquisición Iberdrola, que ya disponía del otro 50% del capital de ambas sociedades brasileñas, se hará con el control exclusivo de 288 megavatios eólicos operativos en los Estados de Bahia y Rio Grande do Norte.

En concreto, FEB 1 dispone de cinco parques eólicos con una capacidad instalada total de 150 megavatios: Calango I, IV y V, de 30 megavatios de potencia cada uno y en funcionamiento desde septiembre de 2013; y Caetite I y II, también de 30 megavatios de potencia unitaria y en marcha desde octubre de 2014 y marzo de 2013, respectivamente.

Por su parte, FEB 2 cuenta con otros cinco parques eólicos que suman 138 megavatios de potencia: Arizona I, de 28 megavatios y operativo desde octubre de 2013; Mel II, de 20 megavatios y en funcionamiento desde febrero de 2013; Calango II y III, ambos de 30 megavatios y en marcha desde septiembre de 2013; y Caetite III, de 30 megavatios y operativo desde marzo de 2013.

Más proyectos eólicos

Por otra parte, Iberdrola y Neoenergia siguen siendo propietarias, al 50%, de Força Eólica do Brasil (FEB), sociedad que cuenta con una cartera de proyectos eólicos de 1.500 megavatios en el país y que acaba de finalizar la construcción de otros tres parques en el Estado de Rio Grande de Norte que suman 84 megavatios: Calango VI, de 30 megavatios, y Santana I y II, de 30 y 24 megavatios de potencia, respectivamente.

Actualmente, FEB ha entrado en la fase final de construcción de tres instalaciones renovables que suman un total 94,5 MW en el Estado de Paraiba: los parques de Lagoa I y II, de 31,5 MW cada uno y cuya entrada en funcionamiento está prevista para octubre de este año, y el de Canoas, de la misma potencia e idéntica previsión de puesta en marcha.

A todos estos proyectos renovables, operativos o en construcción, se une uno de los proyectos de generación de energía más importantes que la compañía ha acometido en Brasil hasta la fecha. Se trata de la central hidroeléctrica de Teles Pires, ubicada en la Alta Floresta Amazónica. Un proyecto de más de 1.820 megavatios de potencia instalada, compuesto de cinco turbinas de última generación de 364 megavatios de potencia cada una, capaz de abastecer a cinco millones de brasileños, que ha contado con una inversión de 1.100 millones de euros.

En el proyecto, construido en un tiempo récord de 40 meses, han trabajado unos 6.500 empleados, la mayoría locales, para los que se construyó una ciudad con todos los servicios necesarios para vivir en ella, y ha beneficiado a otras 15.000 personas de la zona a través del empleo indirecto generado. Otro de los puntos característicos de Teles Pires ha sido la puesta en marcha de más de 40 iniciativas sociales, relacionadas con la mejora de la salud y la calidad de vida, y de las que se han beneficiado, especialmente, las comunidades indígenas de la zona.

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