
El plan presupuestario remitido este sábado por el Gobierno en funciones de Rajoy a Bruselas contempla recortes, más impuestos y una previsión de crecimiento para España menor que la de 2016.
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Tras hacer ver a Bruselas que un Ejecutivo en funciones no puede comprometerse a adoptar todas las medidas que serían necesarias para cumplir con el compromiso adquirido con los socios europeos, el plan presupuestario para 2017 remitido este sábado por el Gobierno a Bruselas incluía, entre otras cosas, prorrogar el Impuesto de Patrimonio, medida con un impacto de 1.300 millones de euros a partir de 2017, y la posibilidad de aplicar coeficientes incrementados del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) para contribuir al cumplimiento del objetivo de déficit, un déficit que el Gobierno sitúa para el próximo año en cinco décimas por encima del debido: del 3,6% del PIB en lugar del 3,1%.
Con todo, el siguiente Ejecutivo, el que sustituya al que está en funciones, deberá realizar nuevas acciones de ajuste por valor de 5.000 millones en su estreno en el poder.
España, según el Gobierno, seguirá en la senda de la recuperación, aunque a un menor ritmo en 2017: crecerá el 2,3%. Además, se prevé que en España se creen cerca de 400.000 empleos, si bien la tasa de paro seguirá siendo similar a la actual: el 17,8% de la población activa. La precariedad de los nuevos trabajos tampoco contribuirá de manera decisiva a aumentar los ingresos por cotizaciones sociales.
Por otra parte, el documento enviado a Bruselas arrojó también luz sobre un asunto ante el que los sindicatos habían amenazado con actuar: la subida de las pensiones. Finalmente, el plan presupuestario ha venido a confirmar que éstas subirán en 2017 por cuarto año consecutivo el mínimo legal establecido, un 0,25%.