El Servicio de Estudios Económicos de BBVA advirtió hoy de que el "retraso del ajuste inmobiliario" que se ha producido en los últimos meses representa un mayor riesgo de que se produzca una corrección de precios y actividad en el sector "más intensa en el futuro".
El último número de la publicación "Situación Inmobiliaria" del Servicio de Estudios Económicos de BBVA, presentado hoy, señala que la evolución de los precios en el primer trimestre de 2006 "ha sorprendido al alza", con aumentos "por encima de los esperados" en la mayor parte del país.
Asimismo calcula que la probabilidad de que se produzca un aterrizaje brusco de los precios en el medio plazo ya es del 10 por ciento. El precio de la vivienda libre -nueva y usada- subía al cierre del primer trimestre del año a una tasa interanual del 12 por ciento, según el Ministerio de Vivienda.
El informe apunta que este dato representa un freno en la tendencia de desaceleración del precio de la vivienda -sólo ocho décimas menos respecto al 12,8% registrado al cierre de 2005- y una tasa de crecimiento "excesiva para el momento cíclico del sector", en palabras del director del Servicio de Estudios Económicos del BBVA, José Luis Escrivá.
Explicó que hasta ahora se podía observar en el mercado una tendencia "hacia el enfriamiento que infundía tranquilidad", pero que a tenor de los últimos datos ya no se puede descartar que se pueda producir un ajuste brusco en el medio plazo, tanto en el precio de la vivienda como en la actividad del sector inmobiliario.
El propio BBVA ha revisado su previsión para la evolución de los precios durante este año y el siguiente, y aunque todavía espera una desaceleración respecto al ritmo de ejercicios anteriores, considera que el freno al encarecimiento será menor por ahora, lo que eleva el riesgo de que se produzca una corrección más brusca en el futuro.
De esta manera, la entidad financiera espera que el precio de la vivienda aumente este año el 8 por ciento, frente al anterior pronóstico que cifraba el avance entre el 4 y el 6 por ciento, en tanto que la previsión para el año que viene pasa del 2 al 4,5 por ciento.
Ante el repunte de los precios en algunas regiones, especialmente en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, Escrivá reconoció que "empezamos a dar alguna probabilidad a un escenario alternativo en el que habría ajuste más brusco", con efectos "menos benignos para la economía".
No obstante, subrayó que "mantenemos que el escenario más probable es el ajuste gradual del mercado" a pesar de que los últimos datos publicados referentes al precio de la vivienda y al ritmo de la actividad promotora generan "preocupación" e "incertidumbre" sobre la evolución futura del mercado.
El informe del BBVA incluye un ejercicio estadístico por el que la probabilidad de que se pueda producir un descenso real en el precio de la vivienda en el medio plazo (año y medio) es en estos momentos del 10 por ciento.
Esta probabilidad aumentaría al 40 por ciento en caso de que se registrara un encarecimiento del la vivienda del 20 por ciento en 2006, es decir, siete puntos más de la actual tasa. BBVA descarta por ahora este extremo y, aunque eleva su previsión de aumento del precio de la vivienda, sólo lo hace hasta el 8 por ciento para 2006 y el 4,5 por ciento para 2007.
Al margen de la evolución de los precios, el informe también revisa al alza la previsión de incremento de la inversión residencial, del 5,5 al 7,6 por ciento, y vaticina un aumento en el número de viviendas terminadas en el ejercicio. Asimismo, advierte de que, si se mantiene el actual ritmo, el número de viviendas iniciadas en 2006 podría alcanzar las 850.000, lo que supondría "un importante aumento de la oferta residencial en un año en el que se moderará la demanda".
También se han producido repuntes en el número de empleados en el sector de la construcción y en el consumo de cemento, apunta el estudio. Escrivá aseguró que el sector todavía cuenta con ciertos "factores de soporte para evitar que el mercado se derrumbe", como la demanda exterior de viviendas en España, la renta disponible de las familias, y una evolución de los tipos de interés al alza "pero moderada, que hacen que todavía sea poco probable un escenario de "ajuste brusco".