
"Estoy seguro de que en España hay mucha gente que actualmente paga bastante más en luz de lo que el mercado ofrece". Son palabras de Fernando García, director de una startup cuya factura eléctrica se ha visto reducida notablemente en los últimos tiempos "en prácticamente 800 euros al año, un 30% menos; me supone casi el sueldo de un mes". Andrea Mulinacci es responsable de un restaurante especializado en lasaña en Pozuelo. En su caso, el ahorro se ha producido tanto en el local como en su casa, en donde ha logrado economizar "hasta 50 euros al mes", y añade, a modo de clave introductoria, que "la falta de tiempo nos hace aceptar la factura". No ha sido magia. Su nexo es una comparadora de luz española. "Contamos con casos documentados reales de consumidores domésticos con un 40% de ahorro en su factura de la luz", exponen desde una de ellas, Watiofy, a elEconomista.es, mientras que desde Selectra argumentan que "llevamos más de 14 millones de euros ahorrados a nuestros clientes en la Península Ibérica durante el año pasado".
Hace sólo unos meses, en octubre de 2018, sucede un precedente en la estructura del mercado eléctrico que rompe con las antiguas costuras tan viciadas como agotadas. Las aristas ya quebradas rajan la opacidad pretérita en pos de un nuevo concepto más luminoso para el bolsillo del consumidor, acercándose así al modelo ya existente en otras zonas de Europa. "Aquí, la idea principal de captación de las compañías eléctricas para mantener su cuota era la 'puerta fría' con praxis bastante dudosas. De hecho, la CNMC, cada cierto tiempo, sancionaba. Y en España, mediante un Real Decreto, se prohibió en octubre, aunque todavía sigue existiendo mucha llamada de teléfono", explica, para este medio, Arturo Cardenal, CEO de Watiofy. Por su parte, Gonzalo Lahera, codirector de Selectra, afirma que "en los últimos años se nota un incremtento en la demanda a las comparadoras porque cada vez más usuarios buscan alternativas a su compañía actual"·
Tras el destierro de esta vieja práctica, nacía una nueva forma de firmar contratos: el canal digital, a todas luces menos intrusivo y más sosegado, y que posibilita al receptor obtener la información de la misma forma que, desde hace años, la reciben en Reino Unido, donde al amparo del homólogo de la CNMC española hay 11 comparadores oficiales. También nos llevan ventaja Francia u Holanda.
En España hay rubricados 29 millones de contratos de luz domésticos, por 7 de gas, y la tasa media de cambio oscila en un 10%, según datos de la CNMC, organismo que también señala que hasta un 25% de los hogares españoles ya usan, a día de hoy, comparadores para buscar ofertas. Por su parte, hay más de 60 comercializadoras. Sin ir más lejos, ACS va a empezar a vender luz o la compra de Viesgo por parte de Repsol enmaraña más el escaparate. Todo un mar envuelto de ofertas que, a todas luces, necesita de faros que ordenen.
Pero, ¿por qué se paga de más? "Los motivos más habituales son tener más potencia de la necesaria, lo que incrementa al año la factura en 60 euros por cada tramo de luz superior al necesitado, así como tipos de tarifa que no se adaptan al tipo de consumo del usuario (alrededor del 90% de los hogares ahorraría sin cambiar de hábitos con una tarifa con discriminación horaria). La factura de electricidad es compleja de entender. En muchos casos, cuando se intenta dar claridad al mercado, se consigue el efecto contrario hacia al usuario lo que hace que realmente no sepa qué mirar en la factura para saber si realmente debe revisar su contrato", explica Lahera.
Punto de luz en las tinieblas
¿Cuál es exactamente la misión de estas empresas? "Ordenar la información de todas las ofertas. Definimos un perfil de consumo y en base a una estimación anual del gasto del cliente le comentamos qué propuestas mejoran su actual situación", explica Cardenal, al tiempo que especifica que "hemos desarrollado un sistema de reconocimiento de factura automático, del que extraemos los datos para el cálculo, así el cliente no tiene que picarlos. Nuestro rédito económico viene siempre de que la comparativa haya sido exitosa, pero no con el consumidor, sino con la compañía que hace un contrato a través de nosotros".
En consecuencia, ¿queda espacio para la independencia de las comparadoras y no creernos ante una suerte de nuevo sofisma? "Ahí debería estar la CNMC para poner coto a esto porque hay algún comparador que pertenece a alguna compañía o posee intereses muy allegados a alguna de ellas. Está permitido, pero es engañar al usuario. En nuestro caso, actuamos acorde al modelo británico: comparamos tarifas de las comercializadoras con las que tenemos acuerdos y otras con las que no", zanja Arturo. Por su parte, desde Selectra añaden que "trabajamos con más de 30 compañías, con diversas ofertas, lo que nos permite ofrecer a cada usuario la mejor para sus necesidades".
No en vano, de una pregunta nace otra, ¿son las comparadoras enemigas de las grandes eléctricas? Lahera lo niega rotundamente; "muy al contrario, puede verse como una entidad que beneficia a ambas partes (empresa y clientes). A los usuarios les ayudamos a que elijan de forma más informada y eficiente; y les facilitamos los trámites que en algunos casos son un quebradero de cabeza. Por otro lado, somos el aliado natural de las eléctricas en el mundo digital, en el que necesariamente han tenido que introducirse. Les ayudamos a llegar a nuevos clientes y a hacerles ver cuáles son los productos y características que realmente les valoran y reclaman".
Bolsillos más llenos
Se respira Italia en el rugir de los fogones que trabajan para preparar el servicio de la noche. En breve, el interruptor accionará las luces del salón. "Además, aquí tenemos varias cámaras de refrigeración y nuestro consumo es muy elevado por lo que un ahorro de 800 euros al año es vital", explica Andrea. Este 'alivio' al bolsillo ha hecho que también decidiese aplicar el consejo de la comparadora no sólo a su negocio, sino a su casa. "En mi vivienda he conseguido ahorrar 50 euros al mes, aproximadamente. Mi consumo se disparó por encima de la potencia contratada, que no era mucha, pero las sanciones me lastraban. Esa era la 'trampa' y no la vi hasta que me la diagnosticaron. Incluso me he encontrado con servicios adicionales que supuestamente había contratado de forma telefónica y nadie sabía decirme de dónde procedían", sentencia mientras salen las primeras lasañas.
Por su parte, a Fernando García lo tropezó la casualidad, o los algoritmos de la red de redes, con las comparadoras. "Estaba buscando en Google cómo economizar costes y me salió un banner. Lo puse en marcha en mi empresa y lo haré en mi hogar en cuanto el casero me haga caso". En su oficina se encontró con un contrato "heredado" que alcanzaba la década. "La compañía ni te avisa de estas cosas y me di cuenta de que pagaba más de lo que ofrecían… ¿Cómo se come eso? Podría haber seguido así otros 10 años. Yo decidí cambiarme porque en el informe, muy transparente y sin literatura, me aseguraban que en otro lugar, una comercializadora de las en teoría denominadas 'pequeñas', me garantizaba igual potencia y consumo, pero con un 30% menos de coste. Y de ahí salen los 800 euros, casi una nómina. Ninguna tontería para mí", reconoce García.
El sector de la energía está virando radicalmente y cada vez habrá más consumo en las viviendas; por lo que será muy necesario un experto sobre consejo de ahorro
Él si obtuvo una reacción por parte de la antigua eléctrica, "me llamaron al ver que me iba. Me ofrecían un descuento, pero aún así me seguía saliendo más caro que en donde estoy. Por eso, estoy seguro de que mucha gente paga más y de que hay muchos contratos con tarifas de hace lustros". Para Andrea también influye el ritmo de vida. "No tenemos tiempo para revisar y nos conformamos con lo que hay, en general. Pero cuando alguien hace ese trabajo por ti resulta muy favorecedor", sostiene, mientras vaticina que "las comparadoras nos llevarán a precios más competitivos en detrimento del oscurantismo actual.
Para Gonzalo Lahera, atendiendo a los casos de Selectra, "aproximadamente, el ahorro está en 120€ al año en energía y unos 60 en telecomunicaciones, aunque esto depende mucho de lo que cada usuario tiene contratado. Todavía hay muchos hogares con tarifas desactualizadas muy caras, especialmente en el sector energético".
En esa línea, Arturo Cardenal ha observado que las grandes compañías llevan "alrededor de dos años realizando importantes inversiones en publicidad, cosa que antes no necesitaban y eso tiene una lectura". Y es que algo ocurre cuando entre la oferta más barata y la más cara que se puede encontrar en el comparador de la CNMC hallamos una diferencia de un 34%. Por todo ello, desde Watiofy se muestran convencidos de que "el sector de la energía está virando radicalmente y cada vez habrá más consumo en las viviendas, por lo que la figura de un experto sobre consejo de ahorro crecerá". De momento, han conseguido traducir el lenguaje 'codificado' de las eléctricas al de la calle. Y eso ya es algo de luz arrojada (sin coste).