La demanda de productos químicos en el mundo aumentará en los próximos años debido, por un lado, a la expansión de la clase media y al incremento de los estándares de vida de más personas cada vez y, por otro lado, a las nuevas aplicaciones que tendrán este tipo de productos gracias a la innovación, según apunta el informe 'Cepsa Energy Outlook 2030'. Para esa fecha, el estudio indica que la demanda de Alquilbenceno Lineal (LAB) -materia prima utilizada para la producción de detergentes biodegradables- aumentará más de un 30 por ciento, mientras que la demanda de fenol -utilizado para la fabricación de plásticos de última generación- lo hará en un 50 por ciento respecto a la demanda de ambos productos en 2015. Ya está disponible la nueva edición de elEconomista Energía
La química se ha convertido en uno de los motores de su desarrollo a nivel internacional y en una de las actividades en la que más está creciendo. Nos referimos a Cepsa, que ha desarrollado un área química importante -en alta integración con la de refino de petróleo- para fabricar y comercializar la materia prima que se emplea en diferentes industrias para elaborar una amplia variedad de productos con múltiples aplicaciones finales: plásticos de última generación, productos farmacéuticos, detergentes biodegradables, pinturas, fibras sintéticas, etc. En 2017, la compañía invirtió 107 millones de euros en este negocio.
Cepsa cuenta con plantas en diferentes regiones del mundo que emplean a cerca de 900 personas, más del 50 por ciento en España. Gracias a las plantas de China y Palos de la Frontera (Huelva), la compañía se ha convertido en el primer productor mundial de cumeno y el segundo en fenol y acetona. Por su parte, las plantas de Canadá, Brasil y San Roque (Cádiz) le han llevado a ocupar el primer puesto como productor global de LAB, con una cuota mundial del 15 por ciento, lo que equivale a la producción anual de 600.000 toneladas de este producto.
Precisamente hace un año que la multinacional finalizó la ampliación de la planta brasileña, que le ha permitido aumentar la capacidad de producción hasta las 260.000 toneladas. El proyecto, en el que se invirtieron 64 millones de euros, ha incluido, además de los trabajos en el área de proceso con la adquisición de 65 nuevos equipos y la transformación de parte de los ya existentes, la construcción de una nueva subestación eléctrica. Los trabajos desarrollados también han permitido introducir diversas innovaciones tecnológicas, mejorar la calidad del producto y la eficiencia energética de la planta y sus emisiones a partir de un menor consumo de gas natural y electricidad, así como optimizar los procesos de producción.
Cepsa también es pionera en desarrollos tecnológicos de producción de LAB. En los años 90 desarrolló, junto a Universal Oil Products (UOP), la tecnología Detal, pionera en el sector; desde entonces, el 80 por ciento de las nuevas plantas de LAB la utilizan. Ambas compañías continúan trabajando en un proyecto de investigación a largo plazo en la búsqueda de nuevas mejoras. La última versión de esta tecnología, llamada Detal-Plus, es más sostenible al necesitar un menor consumo de materia prima y energía.
Cepsa también es líder en el sector de los disolventes en España, Italia y Reino Unido gracias a la comercialización, a nivel global, de los disolventes producidos en nuestro país. Además, su reciente expansión en plantas químicas en Indonesia y Alemania -a través de la 'joint venture'Sinar Mas Cepsa- le ha permitido diversificar su negocio de materias primas con el alcohol de origen vegetal, ingrediente básico para la producción de productos de cuidado personal (cremas, champús, dentífricos) y detergentes líquidos.
Para 2018 Cepsa anuncia proyectos para mejorar la competitividad y eficiencia de sus plantas y el avance de la nueva planta de LAB en Abu Dabi -junto a Adnoc-, que se integrará en el complejo de la refinería de Ruwais y que atenderá la creciente demanda en la región de Oriente Medio y Asia.
Repsol: 2,9 millones de toneladas vendidas en 2017
Repsol produce una amplia variedad de productos químicos derivados del petróleo que, posteriormente, comercializa en más de 95 países de todo el mundo y que se destinan a objetos de uso diario en sectores industriales tan dispares como la agricultura, bienestar y consumo, envases y embalajes, automoción, etc. Su actividad abarca tanto la petroquímica básica como la derivada, que se encuentra completamente integrada con las actividades de refino, lo que le permite un acceso privilegiado a las materias primas para crear productos y servicios de alto valor añadido, eficientes y sostenibles.
La producción se realiza en tres complejos petroquímicos, dos situados en España (Puertollano y Tarragona) y uno en Portugal (Sines). Desde la división química de Puertollano se fabrican más de 170 productos con un gran número de especialidades. De los múltiples compuestos obtenidos en la destilación del petróleo, uno de ellos es la nafta, componente base de las gasolinas y que sirve también como materia prima de la planta de olefinas donde se obtienen diversos productos petroquímicos como el etileno, el propileno o el benceno. Estos materiales son posteriormente utilizados por las plantas de química derivada, donde se fabrica polietileno, polipropileno, óxido de propileno, butadieno y polioles para miles de aplicaciones como medicinas, productos de cosmética y limpieza, envases, placas solares, ordenadores, etc.
En el área química del complejo de Tarragona destaca la planta de olefinas, con una capacidad de producción anual de 650.000 toneladas de etileno y 380.000 de propileno. También posee cuatro plantas de poliolefinas, con una capacidad conjunta de 690.000 toneladas de compuestos y tres plantas de polioles que generan unas 200.000 toneladas de productos. Por su parte, el complejo industrial en Sines tiene una capacidad de producción superior al millón de toneladas/año de etileno, propileno y otros productos petroquímicos.
Al objeto de seguir innovando, la petrolera cuenta con el Centro de Tecnología Repsol, donde un equipo de 300 investigadores trabaja en áreas tecnológicas relevantes que permiten, no solo al área química sino también al resto de negocios de la compañía, mejorar sus productos y ofrecer servicios diferenciales. Uno de los últimos avances es 'Repsol Resistex', una nueva gama de polietileno metaloceno lineal de baja densidad destinado a film alimentario, industrial y agrícola por sus propiedades de transparencia, fuerza de sellado, alta resistencia al rasgado, punción e impacto.
El volumen de ventas a terceros del negocio químico de Repsol ascendió a 2,9 millones de toneladas en 2017, una cifra ligeramente inferior a la de 2016 pero que se mantiene elevada gracias a la positiva situación del mercado y a la buena operación de las plantas. Respecto a las inversiones realizadas el pasado año, se destinaron principalmente a la mejora y optimización de los activos, impulso de la eficiencia, reducción de costes, seguridad y respeto medio ambiental, y diferenciación y mejora de los estándares de calidad. A lo largo de 2018 se encuentran previstas las paradas plurianuales del complejo de Sines, como de la planta de óxido de propileno/estireno de Tarragona.
La compañía que preside Antonio Brufau también cuenta con diferentes socios y participa en alianzas empresariales, que le permiten contar con plantas dedicadas a la fabricación de compuestos de polipropileno, caucho sintético y especialidades químicas. Es el caso de Dynasol, uno de los principales 'players' en el mercado mundial del caucho sintético, con plantas en Europa, América y Asia. Esta empresa es resultado de una 'joint venture' creada en 1999 entre Repsol y el grupo mexicano KUO. Esta unión permite que Repsol esté presente en China desde 2010 a través de socios locales, con dos plantas de producción de caucho sintético en las provincias de Liaoning y Jiangsu.
La industria química se consolida en España
La industria química continúa consolidándose como uno de los sectores clave de la economía española. Sus más de 3.000 empresas, con una cifra de negocios conjunta de 59.000 millones de euros, generan el 12,8 por ciento del producto industrial bruto y más de 585.000 empleos directos, indirectos e inducidos, según el último informe de Feique.
Este sector es el segundo mayor exportador de la economía, con una facturación cercana a los 32.500 millones de euros, destinando a mercados exteriores el 55% de la producción, principalmente a países de la UE como Alemania, Francia e Italia.
Por lo que respecta a la innovación, la química lidera la inversión y el gasto en I+D+i en España (25% respecto al total industrial), así como la contratación de personal investigador (23%). El número de empresas innovadoras en este sector supone el 57 por ciento del total.
El sector químico mantiene hasta 2030 previsiones del crecimiento mundial de su demanda superiores al 4,5 por ciento anual.