Energía

Suben las emisiones globales de CO2 después de tres años de estancamiento

El crecimiento significativo de las emisiones mundiales de CO2 registradas en 2017, indica que los esfuerzos actuales para combatir el cambio climático no están siendo suficientes. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala en un informe que el fuerte aumento de la economía, unido a unos precios bajos de los combustibles fósiles y una reducción en las mejoras en eficiencia energética, han sido las razones de que las emisiones mundiales de CO2 aumentaran un 1,4 por ciento el pasado año –hasta los 460 millones de toneladas- después de tres años sin cambios, alcanzando un máximo histórico de 32,5 gigatoneladas. Más información sobre el sector energético en la nueva edición de elEconomista Energía

Los países asiáticos representaron dos tercios del aumento mundial de las emisiones, mientras que en la UE crecieron un 1,5% debido, sobre todo, al fuerte crecimiento en el uso de petróleo y gas. Sin embargo, este aumento no se produjo en todos los países. Algunos, como Reino Unido, México y Japón, experimentaron importantes caídas en sus emisiones, aunque la mayor bajada (un 0,5%) –por tercer año consecutivo- se ha producido en Estados Unidos, impulsada por un mayor despliegue de las renovables.

Para cumplir los objetivos incluidos en el Acuerdo de París, el informe de la AIE señala que la participación de las fuentes de energía bajas en carbono debe aumentar un 1,1% al año, más de cinco veces el crecimiento registrado en 2017. En el caso de la generación a partir de fuentes renovables, este incremento debe alcanzar un promedio de 700 TWh anuales.

La demanda de energía a nivel global también aumentó en 2017, concretamente un 2,1% –más del doble que en 2016-, superando los 14.000 millones de toneladas. El mayor incremento en la demanda se concentró en Asia, concretamente en China e India, que representaron más del 40% de dicho aumento. Las economías avanzadas, por su parte, contribuyeron con más del 20% al crecimiento de la demanda, aunque su participación en el uso total de la energía ha seguido disminuyendo. Las regiones del sudeste asiático y África también registraron un crecimiento notable, representando el 8 y el 6% del crecimiento de la demanda, respectivamente; no obstante, el uso de energía per cápita en estas regiones todavía se mantiene muy por debajo del promedio mundial.

Según datos preliminares de la AIE los combustibles fósiles cubrieron el 72 por ciento del crecimiento de la demanda en 2017 y su participación general en la demanda mundial de energía se mantuvo en el 81 por ciento, un nivel que lleva estable más de tres décadas. Las renovables, por su parte, tuvieron la mayor tasa de crecimiento gracias a la expansión de la eólica, solar e hidroeléctrica. La nuclear se quedó en el 2 por ciento.

El consumo de gas natural crece un 3%

El gas natural ha sido el combustible fósil que ha registrado el mayor crecimiento porcentual en 2017. La demanda mundial de gas creció un 3%, gracias a la abundancia de suministro y a un coste relativamente bajo. El sector industrial y los edificios contribuyeron al 80% de dicho crecimiento.

China representa el 30 por ciento de esta subida -con un consumo de más de 30 bcm de un total de 120 bcm- gracias al esfuerzo que está haciendo el gobierno del país para eliminar progresivamente la quema de carbón en calderas industriales -especialmente las que se encuentran en ciudades principales y alrededores- y reducir su uso también en calefacción residencial. La UE también ha experimentado un fuerte crecimiento en la demanda de gas, con un consumo de alrededor de 16 bcm en 2017 debido, en gran parte, a la baja hidraulicidad.

La demanda mundial de petróleo aumentó en 1,5 millones de barriles diarios en 2017, lo que supone una tasa de crecimiento del 1,6% -más del doble que la media anual de la última década-, impulsada por el transporte y la creciente demanda petroquímica, principalmente en China e India.

La fuerte subida en las ventas de vehículos de mayor tamaño -camiones ligeros y SUV-, ha ralentizado el ritmo de bajada del uso de carburantes para automoción. Estados Unidos es un claro ejemplo. En solo seis años, las ventas de este tipo de vehículos han pasado del 47% al 60%. El coche eléctrico tampoco le ha hecho sombra a pesar de su rápida incursión en muchos mercados, especialmente en China, que lidera las ventas globales.

El uso del petróleo como materia prima para la petroquímica ha sido otra razó del crecimiento de la demanda, especialmente en EEUU, donde la revolución del shale ha creado suministros internos muy competitivos en cuanto a costos, y en China y otras economías emergentes donde la demanda para plásticos y otros productos petroquímicos está creciendo rápidamente.

Después de dos años de descensos, la demanda mundial de carbón se incrementó un 1% en 2017 hasta los 3.790 Mtep, impulsada por un aumento en la generación de electricidad a base de carbón, principalmente en India, Corea y, especialmente, China. Por su parte, la demanda cayó un 1,6 por ciento en EEUU y un 0,5 por ciento en la UE. A pesar de este repunte, la demanda global de carbón sigue por debajo de su pico de 3.927 Mtep de 2014.

La compatibilidad del uso del carbón con los objetivos climáticos dependerá del desarrollo de las tecnologías de Captura, Almacenamiento y Uso del Carbono (CCUS, sus siglas en inglés). Algunos proyectos ya están en marcha, como la central eléctrica de Boundary Dam en Canadá, que comenzó a funcionar en 2014. Otros, como el proyecto de captura de carbono Petra Nova en Houston, fue encargado en 2017.

El despliegue de esta tecnología comenzó en China con la construcción del proyecto Yanchang; de hecho, la mitad de todos los proyectos CCUS en estudio o planificación, incluyendo cuatro proyectos que aplicarán esta tecnología a la generación de energía con carbón, tienen su origen en este país. EEUU también podría dar un impulso significativo al desarrollo de esta tecnología. La Ley de Presupuestos para 2018 podría conducir a una inversión de capital del orden de 1.000 millones de dólares en los próximos seis años, lo que podría sumar de 10 a 30 millones de toneladas o más de capacidad de captura de CO2 , lo que aumentaría la capacidad global en unos dos tercios respecto a los niveles de actuales.

Las renovables se disparan

Las renovables han sido la fuente energética que registró la mayor tasa de crecimiento en 2017, con un aumento del 6,3% (380 TWh). Este incremento ha llevado a las tecnologías limpias a representar el 25 por ciento de la generación mundial de electricidad.

China y EEUU han sido las regiones que más han contribuido al crecimiento de la demanda con renovables (50%), seguida de la UE (8%), Japón e India (6% cada uno). Por su parte, la energía eólica ha sido la que más se ha expandido (36%), seguida de la solar fotovoltaica (27%), hidroeléctrica (22%) y bioenergía (12%). La fotovoltaica ha tenido un cierre de año extraordinario, a punto de alcanzar los 400 gigavatios de capacidad instalados.

China, EEUU e India han sido las regiones que más han ampliado su capacidad FV instalada. Entre las tres suman 68 nuevos gigavatios. En el caso de la eólica, el récord fue para la UE, que aumentó su capacidad en 15,6 gigavatios, de los cuales 3,1 eran parques en alta mar. Gracias al continuo crecimiento de la eólica, la capacidad global superó los 510 GW en 2017.

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