
La Comisión Europea aboga por reducir los requisitos de capital de la banca cuando financie proyectos verdes, al objeto de canalizar más fondos con los que cumplir los objetivos ambientales fijados para 2030. Según los cálculos de Bruselas, la UE debe recibir una inversión adicional de 270.000 millones de euros anuales en energía, transporte, agua y residuos.
El vicepresidente de la Comisión responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Valdis Dombrovskis, presentó ayer el Plan de Acción comunitario sobre finanzas sostenibles, a la par que el Plan de Acción sobre tecnologías financieras, también conocido como Fintech.
El primero de los dos planes es una de las principales medidas para alcanzar el compromiso adquirido al ratificar el Acuerdo de París -reducir un 40% las emisiones de CO2 para 2030- y cumplir la agenda comunitaria para el desarrollo sostenible. Según los datos del Banco Europeo de Inversiones, llegar al objetivo climático exige la inversión de 180.000 millones de euros anuales adicionales a los ya previstos, que se incrementan hasta los 270.000 millones si se consideran el resto de metas ambientales.
La reducción de las reservas de capital exigidas a las entidades financieras en los proyectos sostenibles -que estimularía su financiación- es una de las propuestas más destacadas, aunque Dombrovskis ha puntualizado que tendría que "justificarse" desde el punto de vista de los riesgos y la estabilidad financiera. Esta "recalibración" de los requisitos de capital -el denominado factor de apoyo verde- tiene una segunda parte, puesto que se incorporarán criterios de sostenibilidad en los requisitos de prudencia de bancos y aseguradoras.
Transparencia y calidad
Otras de las medidas del Plan, elaborado sobre las recomendaciones de un grupo de expertos de alto nivel, es el establecimiento de una clasificación -una taxonomía- de los productos financieros sostenibles, acompañada de su correspondiente etiquetado, de forma que se prevenga el greenwashing de productos de inversión falsamente sostenibles y se facilite la comprensión del público. Y haciendo hincapié en la transparencia y en la calidad de la información, se obligará a incrementar la divulgación de información no financiera de las empresas, especialmente la relacionada con la sostenibilidad.
Según el calendario previsto, en mayo se publicará una propuesta regulatoria sobre la taxonomía de los productos financieros sostenibles y durante el segundo semestre se modificarán el MiFID II y la Directiva de distribución de seguros, para aumentar el peso de los criterios de sostenibilidad en las decisiones. El año que viene avanzarán los trabajos -se tratarán los bonos verdes, se revisarán las guías de información no financiera, se estudiarán ratings de sostenibilidad...- y se espera que a final del ejercicio esté lista la normativa sobre la taxonomía y el etiquetado de los productos financieros sostenibles.
Sobre Fintech, el comisario aspira a convertir la UE en "el centro mundial de la tecnología financiera", gracias a sus 23 medidas, entre las que destacan la creación de un laboratorio de tecnología financiera o aprovechar los avances en blockchain e inteligencia artificial.