
Aunque el petróleo sigue suponiendo casi una tercera parte de toda la energía que se genera en el mundo, los ejecutivos de las grandes petroleras llevan tiempo reestructurando sus negocios mediante su incursión en otros mercados más limpios y eficientes que les permitan jugar un papel clave en la transición hacia una economía baja en carbono. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Energía.
Algunas de ellas, como Cepsa, han dado un paso más con el lanzamiento de un paquete comercial para el cliente doméstico cuya diferencia, respecto a la competencia, radica en que agrupa los servicios de luz, gas y carburante, lo que le permite hacer una oferta competitiva en los dos primeros, con descuentos que pueden alcanzar el 18% en el repostaje de combustible en sus estaciones de servicio. Con esta iniciativa, Cepsa, que ya vendía gas a clientes industriales mediante una alianza con la argelina Sonatrach, pretende situarse entre los primeros cuatro operadores en los mercados gasista y eléctrico residenciales en España, compitiendo de forma directa con empresas de la talla de Iberdrola, Endesa y Gas Natural.
Otra petrolera que pretende expandirse en España en el negocio del gas y la venta de energía eléctrica es la húngara MOL a través de MET Energía España. En enero de 2017 la compañía comenzó a suministrar gas a consumidores finales industriales y empresas con necesidades complejas por 2 teravatios de capacidad, que han conseguido aumentar hasta los 3,3 TW, lo que les permite alcanzar una cuota superior al 1% en el mercado español. Para finales de 2018, la compañía tiene previsto vender electricidad a sus clientes.
Los giros estratégicos de las compañías por ganar cuota de mercado están a la orden del día. Además de acciones como la venta de electricidad o gas, la entrada de las petroleras en el terreno de las renovables forma parte de una tendencia que se va a extender en el tiempo.
Según Bloomberg Energy Finance, las grandes petroleras duplicaron el número de adquisiciones, inversiones de proyectos y participaciones en capital de riesgo en 2016, pasando de 21 a 44. En los últimos 15 años, completaron 428 transacciones y gastaron 5.000 millones de euros en participaciones en empresas de energía limpia. Por tecnologías, Bloomberg señala que la solar ha generado la mayor cantidad de proyectos respaldados por compañías petroleras, seguida de las inversiones eólicas en alta mar.
Presencia internacional
Con el objetivo de buscar proyectos de manera conjunta en el ámbito de las energías renovables -especialmente en eólica y solar- y expandir su presencia internacional en este mercado, la petrolera Cepsa ha firmado recientemente un Memorándum de Entendimiento con la energética Masdar. Ambas compañías buscarán oportunidades de crecimiento en España y en otras regiones con un alto potencial como Oriente Medio, África del Norte, América Latina, etc.
Un par de meses antes de esta alianza, Cepsa adquiría los derechos para desarrollar su primer parque eólico en Jerez (Cádiz), "como experiencia piloto para poner a punto nuestra capacidad de ejecución de proyectos", afirma Héctor Perea, director de Estrategia de Cepsa. La instalación, que podría iniciar su actividad a finales de este año y en la que se invertirán 35 millones de euros, tendrá una potencia de 28,8 megavatios.
Además del desarrollo de combustibles más limpios, del esfuerzo en eficiencia para reducir las emisiones en sus operaciones y de la inversión en investigación de nuevos proyectos y tecnologías menos intensivas en carbono, BP lleva más de una década apostando por las renovables, principalmente en la producción de biocombustibles y eólica, lo que le ha convertido, a día de hoy, en la compañía de petróleo y gas con el mayor negocio de renovables.
En el caso de la eólica, BP se encuentra entre los principales productores de Estados Unidos, con 14 parques en operación ubicados en ocho Estados que suman una potencia de 1.452 megavatios. También cuenta con un parque eólico en su refinería de Holanda con una capacidad de 22,5 megavatios. Respecto al negocio de biocombustibles, una gran parte se centra en Brasil, donde la compañía produce etanol a partir de azúcar de caña, actividad que ha evitado la emisión de 515.000 toneladas de CO2 en 2016, el equivalente a la no circulación de 241.000 vehículos por las carreteras europeas durante un año. También en Brasil, BP produce electricidad a partir de la quema de bagazo para el suministro de sus molinos y la red eléctrica local.
Una de las novedades más recientes es su entrada en el negocio de la movilidad eléctrica. A través de BP Ventures, la multinacional británica invertirá 5 millones de dólares en FreeWire Technologies, fabricante de sistemas móviles de carga rápida para vehículos eléctricos, con la intención de desplegar unidades Mobi Charger de FreeWire en sitios de venta minorista seleccionados en Reino Unido y Europa durante 2018. Con este nuevo servicio, BP proporcionará a sus clientes instalaciones de carga donde haya mayor demanda sin necesidad de hacer inversiones significativas en tecnologías e infraestructuras fijas.