Endesa ha planteado al Ministerio de Energía que mantengan el carbón y la energía nuclear como tecnologías de transición hacia las renovables en 2050.
La eléctrica asegura que en 2025 habría que incorporar 11.000 MW si se cierran prematuramente las centrales de carbón y nucleares. Por eso, cree que habría que prolongarlas durante una década más hasta que maduren tecnologías como las baterías que permitan dar firmeza a las centrales que no emiten CO2. En opinión de Endesa, las centrales térmicas deberían utilizarse de otro modo pero para ello hace tres recomendaciones.
Endesa pide un plan de transición a 2050 garantizando el cierre de centrales emisoras por otras libres. Revisar la fiscalidad energética para evitar las dificultades económicas de las tecnologías de generación y pagos por capacidad tecnológicamente neutros, a diferencia de Iberdrola, que pide que las más contaminantes (el carbón) no puedan entrar, en línea con lo que prevé la regulación europea.
Más renovables
Endesa apuesta por evitar la introducción de nuevos ciclos combinados que supondrían un mayor coste para el sistema (habría que pagarles durante 40 años) y defiende introducir más renovables y mantener el carbón y la nuclear hasta que ya no fuesen necesarios.
En opinión de la eléctrica, es un caso similar al ocurrido en enero de este año cuando el gas marcó precios récord por la falta de tecnologías de generación menos caras como el agua y el viento. Endesa asegura que en estos momentos no es posible hacer las inversiones en Teruel y Compostilla por estar en el interior, lo que incrementa su coste, pero sí lo permiten en Litoral de Almería y As Pontes.
La potencia térmica pasará de ser cada vez menos energía y cada vez más potencia firme, es decir, se pasará de productora a prestadora de servicios de respaldo.
Endesa dice además que el agotamiento del incentivo a la inversión de los 6.000 MW de potencia puede provocar el cierre de centrales de gas y, aunque creee que el carbón tiene menos futuro por las necesarias inversiones en desnitrificación y su posible exclusión de los mecanismos de capacidad, su aportación a la seguridad de suministro considera que es mayor al poderse almacenar a largo plazo.
La eléctrica cree que se podrían rebajar las exigencias ambientales al carbón si fuera a operar menos de 1.500 horas anuales por estar en la reserva estratégica que permite la UE.