
Repsol ha comprado los derechos de dos bloques de exploración petrolífera a la compañía Energean Oil & Gas, lo que supone su entrada en un nuevo país: Grecia.
Según indicó la compañía, la petrolera española ha tomado un 60% de los proyectos Ioannina y Aitoloakarnania y se convertirá en el operador de los mismos.
El acuerdo está sujeto a la aprobación por parte del Gobirrno griego y al acuerdo de licencia para el bloque Aitoloakarnania entre Energean y el Gobierno del país.
Los planes de desarrollo de la petrolera española pasan por realizar una sondeo sísmico en 2D en el bloque Ioannina entre este mismo año y el próximo y dejar para 2018/2019 el otro bloque.
Ambos yacimientos cubren cerca de 8.547 kilómetros cuadrados y son considerados dos proyectos estratégicos para Grecia. Los bloques están situados en tierra, en el oeste del país, lo que supone un nivel de inversión más bajo que si fuesen marinos y forman parte de la plataforma en la que se han realizado grandes descubrimientos en Albania. En total, en esta promisoria zona se han descubierto cerca de 10.000 millones de barriles de petróleo y 30 TCF de gas natural cuya región abarca también a Italia y Croacia.
Mathios Rigas, presidente de Energean Group, asegura que se trata de un paso importante para desarrollar el sector del petróleo y el gas griegos. Por otro lado, la compañía ha seguido reordernando su cartera de exploración y producción y ha abandonado un bloque en Angola. De este modo, Repsol reduce al mínimo su presencia en el país, tras haber realizado varios sondeos en este área a lo largo de los últimos años.
La petrolera española espera reducir este 2017 su producción a 680.000 barriles, pero confía en mantener un volumen de 700.000 barriles en los próximos años y rebajar hasta 40 dólares su nivel de rentabilidad, frente a los 42 dólares actuales. Con esta reducción, la compañía logra reforzarse frente a un escenario de mayor volatilidad en los precios por la intermitencia de los pozos de fracking, muy ligada a los niveles de producción de la OPEP que, poco a poco, siguen reduciendo su bombeo para cumplir con el acuerdo de recorte.