Energía

La biomasa en España resiste a pesar del bajo precio del gasóleo

El sector de la biomasa se caracteriza por tener unos precios estables y muy competitivos. En el caso de la biomasa térmica para uso doméstico, los precios de la mayoría de los biocombustibles utilizados para cubrir las necesidades de agua caliente sanitaria, frío y calefacción en viviendas individuales, comunidades de vecinos, cooperativas e industrias, han sufrido un descenso generalizado en el último año.

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Según los datos publicados por la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) -correspondientes al tercer trimestre de 2016 y actualizados en agosto pasado-, producir un kilovatio hora de energía con hueso de aceituna a granel en cisterna cuesta 3,33 céntimos de euro y con péllet a granel, también en cisterna, 4,98 céntimos. En ambos casos, está incluido el transporte hasta el punto de consumo.

Unas cifras más bajas si las comparamos con los precios que se registraron en el mismo periodo del año anterior, cuando el hueso de aceituna costaba 3,88 céntimos de euros por kilovatio hora (c?/kWh) y el péllet 5 céntimos de euro. Esta evolución a la baja de los precios de algunas biomasas para uso térmico se debe a tres razones: el bajo precio del gasóleo, el exceso de oferta en el mercado y unas temperaturas medias más suaves de lo normal.

En el primer caso, la caída en picado del precio del petróleo ha provocado un descenso considerable del precio del gasóleo. Según el informe de precios energéticos elaborado por el Idae, en el mes de julio el gasóleo C se situaba en 5,38 céntimos kilovatio hora, iva incluido, cuando hace tan solo dos años se movía en el entorno de los 9-10 céntimos. Los precios del gas natural también han bajado. Según recoge el informe de precios energéticos regulados de Idae, en abril pasado el gas natural con Tarifa de Último Recurso y un consumo igual o inferior a 5.000 kWh/año marcaba 4,76 ckW/h en el término variable, alrededor de un céntimo menos que hace un par de años.

Esta situación está provocando que muchas comunidades de vecinos estén retrasando su decisión de cambiar su caldera de gasoil por otra de biomasa. Según Pablo Rodero, responsable de Certificación y Calidad en Avebiom, "creemos que el precio del gasóleo no se va a poder mantener en niveles tan bajos mucho más tiempo y, aunque así fuera, lo cierto es que este combustible tiene una gran inestabilidad, ya que su precio puede variar de un día para otro por razones políticas, mientras que la biomasa siempre mantiene un precio estable al no estar condicionada por factores externos".

En cuanto al exceso de oferta, el precio de la biomasa -como sucede en cualquier mercado-, varía en función de la oferta y la demanda y, en España, hay mucha oferta, sobre todo de péllets, "ya que el número de fábricas se ha duplicado en tan sólo cuatro años y la demanda no ha acompañado tanto como se esperaba, lo que ha contribuido a que baje el precio", apunta Rodero. Según datos de Avebiom, de las 40 fábricas registradas en 2012 se ha pasado a 86 en 2016 y la previsión es que se alcancen las 95 en 2020.

Se trata, en su mayoría, de fábricas pequeñas y medianas, con una capacidad total de producción que ronda el 1.400.000 toneladas pero que, a día de hoy, están produciendo menos de la mitad -550.000 toneladas- debido a la baja demanda. Algunas de ellas han estado paradas y otras han reducido los turnos de trabajo.

La tercera causa de la bajada de los precios de la biomasa es el aumento de las temperaturas. Los precios de la biomasa suelen subir ligeramente entre septiembre y octubre, coincidiendo con la temporada de calefacción, para bajar a partir de abril y mayo, antes del verano, para no almacenar, pero el año pasado casi no subieron porque había mucho stock y, por lo que parece, este año tampoco vamos a ver una subida en los precios.

Apoyo de la Administración

El sector ha sabido reaccionar y ha ido capeando el temporal para mantenerse en la senda de la competitividad, pero la situación empieza a complicarse. En opinión de Margarita de Gregorio, directora de Appa Biomasa y coordinadora de Bioplat, "el sector necesita un impulso definitivo para su desarrollo y, en este sentido, la Administración juega un papel fundamental, con la puesta en marcha de un marco normativo adecuado que incluya medidas que potencien el consumo y dé facilidades a la financiación de proyectos y que se tome en serio las normativas de política energética -nacionales y europeas- de apoyo y desarrollo al sector de la bioenergía, entre ellas, que se transpongan de una vez por todas las Directivas de Renovables y de Eficiencia Energética en los Edificios tanto en el RITE como en el Código Técnico de la Edificación".

El 50% de la energía que se consume en Europa tiene su origen en la climatización de edificios, sobre todo en calefacción, y el 75% de esa energía es de origen fósil. Para hacer frente a esta situación, la Comisión Europea ha aprobado la Estrategia de Calefacción y Refrigeración. En opinión de la directora de Appa Biomasa, "Bruselas está muy preocupada porque hemos demostrado que sabemos generar electricidad renovable, pero no sabemos generar calor y frío renovable, lo que nos sitúa a merced de terceros países". 

Entre otras medidas, la Estrategia pretende elevar la cuota de renovables en edificios, aprovechar el calor residual de los procesos industriales para redes de calor y frío, y promover la eficiencia energética en hospitales y colegios públicos mediante el autoconsumo. La Comisión también está preparando para finales de año una revisión de la Directiva de Renovables, uno de cuyos pilares será la climatización renovable. "Esperemos que la Estrategia y la nueva Directiva supongan un empujón importante para el sector renovable, especialmente para la biomasa", señala de Gregorio.

Escaso desarrollo de la biomasa forestal en España

Uno de los sectores que peor lo está pasando es el forestal, ya deprimido de por sí, "cuyo esfuerzo no se está viendo compensado por el bajo valor que la biomasa alcanza en el mercado", ha señalado la directora de Appa Biomasa. Según la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (Cose), el país cuenta con una superficie forestal de casi 28 millones de hectáreas, es decir, el 57% del territorio. Según la asociación, por cada megavatio térmico instalado con biomasa forestal, se podrían cubrir las necesidades de calefacción y ACS de 150 viviendas.

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