Energía

Los aditivos de los carburantes, ¿mito o realidad?

La bajada en el precio del combustible ha supuesto un respiro para la economía de muchas familias que se ven obligadas a utilizar el vehículo de manera habitual. Hacer más kilómetros al menor precio, es el objetivo de cualquier conductor. Es evidente que pagar algún euro de menos en cada repostaje puede suponer un importante ahorro al cabo del año, pero también influye el tipo de combustible que elijamos a la hora de llenar el depósito.

Aunque todos los productos que llegan desde las refinerías al centro de transporte y almacenamiento de CLH son aptos para su uso -cumplen unas estrictas especificaciones y son sometidos a diferentes controles de calidad durante todo el ciclo logístico- y pueden ser utilizados en los vehículos sin necesidad de ser sometidos a ningún tipo de tratamiento, lo cierto es que desde finales de los años 90, las grandes petroleras utilizan los denominados aditivos de calidad para otorgar a sus productos características exclusivas y diferenciarse así de la competencia.

Cada marca es libre de desarrollar sus propios aditivos al no existir obligación alguna al respecto. Las compañías realizan importantes inversiones en tiempo y dinero que les permiten mejorar sus formulaciones, consiguiendo compuestos químicos más avanzados. Y aunque cada aditivo tiene un uso concreto, en líneas generales, todos ellos ofrecen una serie de ventajas para el usuario, como ahorro en combustible, un mejor rendimiento del motor o un mayor respeto por el medio ambiente.

Esto ha permitido que exista una gama muy amplia y sofisticada de carburantes que ofrecen a los consumidores la oportunidad de probar entre las opciones existentes y elegir la que mejor se adapte a sus necesidades._Antes de su salida al mercado, este tipo de carburantes son testados en diferentes laboratorios y centros de investigación donde les realizan las pruebas más exigentes.

Es el caso de Repsol, que el pasado año sacaba al mercado su nueva gama de carburantes con Neotech, una formulación mejorada y exclusiva realizada en el Centro de Tecnología Repsol que, según la compañía,?ofrece las máximas prestaciones con el mínimo consumo?. Y aunque cada carburante tiene una composición específica, toda la gama cuenta con una ?capacidad detergente y anticorrosiva superior que evita la formación de depósitos en el sistema de alimentación del carburante y prolonga la vida de los filtros y las bombas?.

Las nuevas gasolinas Repsol -Efitec 95 y Efitec 98-, las únicas del mercado de color azul, alcanzan el máximo nivel en la limpieza de inyectores y el control de los depósitos en la cámara de combustión. Concretamente, la Efitec 98 -la más alta de la gama-, ?es capaz de mejorar el rendimiento de los motores de inyección directa. Además, gracias al elevado número de octano, consigue las máximas prestaciones en potencia y rendimiento de los motores?.

En el caso de los gasóleos Repsol -Diesel e+ y Diesel 10 e+-, gracias a su fórmula estabilizante de tercera generación, ?disponen de un desactivador de metales que neutraliza la aceleración de la oxidación del gasóleo y frena el envejecimiento del producto gracias a un componente antioxidante reformulado?. Además, el componente detergente mantiene limpios los inyectores y limpia los que se hayan ensuciado. En el caso del Diesel 10 e+, ?se ha logrado una ignición más rápida durante el arranque elevando su número de cetano, lo que minimiza el ruido y reduce las emisiones?.

Hasta 56 kilómetros más por depósito

Tras cinco años de investigación -más de 50.000 horas de pruebas en motores y vehículos equivalentes a más de 1,6 millones de kilómetros y 110 ensayos-, BP lanzaba al mercado a mediados del pasado año sus nuevos carburantes con tecnología Active, especialmente diseñados para acabar con la suciedad y las partículas que se acumulan en el motor y que, según un informe elaborado por la propia compañía, ?pueden llegar a provocar un incremento en el consumo de carburante de hasta un 7 por ciento?.

Esta tecnología contiene moléculas activas que empiezan a funcionar cuando se pone en marcha el motor. Por un lado, se adhieren a la suciedad y la arrastran fuera de los componentes esenciales del motor y, por otro, se adhieren a las superficies metálicas del motor cuando están limpias, formando una capa protectora que evita que la suciedad se vuelva a acumular.

Según afirman desde BP, ?con menos de dos repostajes, nuestros carburantes con tecnología Active son capaces de eliminar la suciedad almacenada en el motor, pudiendo recorrer hasta 56 kilómetros adicionales por depósito en comparación con los carburantes low cost?.

El cuidado del motor y la preocupación por el medio ambiente, han llevado a Cepsa a sacar al mercado la nueva gama de carburantes aditivados Óptima -Óptima 95, Óptima 98 y Óptima Diesel-, con una serie de características mejoradas que, según la compañía, ?proporcionan al vehículo un mejor rendimiento y una mayor protección del motor?.

La diferencia respecto a los combustibles de marcas blancas, afirman, ?radica en la mejora de muchos parámetros de la especificación -comportamiento en frío y número de cetano- y, sobre todo, de aquellos que miden el comportamiento del combustible en el motor, como los aditivos anticorrosión, de limpieza del motor, desemulsionantes y antiespumantes?. 

Entre las prestaciones de los combustibles aditivados Cepsa, la compañía destaca las siguientes: Favorecen el arranque en frío, permiten llenar el depósito más rápido, mantienen el motor limpio, lo limpian si está sucio y recuperan la limpieza de los componentes, evitan la oxidación del acero, aumentan el rendimiento de la combustión y reducen el ruido del motor.

¿Cuándo se añade el aditivo?

Este proceso se realiza en las instalaciones de CLH que, además de transportar y almacenar los carburantes, también se encarga de añadir los aditivos que los operadores petrolíferos le entregan y que incorporan en el momento en que el combustible se carga en el camión cisterna que, posteriormente, lo trasladará a las diferentes estaciones de servicio.

Esta acción, explican desde CLH, ?tiene lugar en los cargaderos de las plantas cuando, de forma automática y en la proporción establecida por cada operador, se añade el aditivo de calidad en el propio brazo de carga que está conectado a la cuba del camión, pudiendo aditivar a diferentes concentraciones para un mismo operador. Cada aditivo lleva su circuito independiente y sólo se mezcla con el producto en el brazo de carga?.

Respecto a la proporción de aditivo que llevan los combustibles -y cuya fórmula desconocen-, éste varía según el operador y el tipo de producto. ?Se trata de una proporción muy pequeña, unos pocos centímetros cúbicos de aditivo por cada metro cúbico de producto; es decir, las cargas de 10.000 litros de carburantes se mezclan, como media, con un litro de aditivo?, afirman desde CLH. Para poder prestar este servicio, la compañía presidida por José Luis López de Silanes ha realizado importantes inversiones en los últimos años que han hecho posible incorporar nuevos equipos e implantar una compleja infraestructura en sus instalaciones.

Para aquellos operadores que no disponen de aditivos de calidad exclusivos, CLH les ofrece la posibilidad de aditivar sus combustibles con un aditivo de calidad indiferenciado. La compañía no desarrolla ninguna clase de aditivos, selecciona los mejores del mercado de acuerdo con las necesidades. Actualmente, CLH ofrece el aditivo HQ300 para los gasóleos y el HQ400 para las gasolinas, dos productos que permiten mejorar las prestaciones en los motores más modernos.

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