
La nueva Abengoa que resultará tras la reestructuración el próximo mes de marzo focalizará su actividad en el negocio de ingeniería, capitaneado por su filial Abeinsa y, aunque se desprenderá de determinados activos renovables, mantendrá, con cambios en su estructura, el negocio de energía solar y agua, según señalan a elEconomista fuentes conocedoras del proceso. La Audiencia cita a Benjumea y Sánchez Ortega a declarar el 16 de febrero.
La compañía ha puesto en marcha la venta de su filial Abengoa Bionergía, por la que ya ha recibido ofertas y pretende ingresar alrededor de 1.000 millones de euros, y confía en cerrar el traspaso de algunas plantas en España, Oriente Medio y Alemania, así como inmuebles y suelos, por un importe cercano a los 150 millones.
El Plan de Viabilidad de Abengoa que ultima Álvarez & Marsal redescubre una nueva empresa, que estará centrada en los negocios de ingeniería y construcción para terceros, pero también para la promoción propia. Dentro de esta área, y al margen de que venderá activos, conservará una posición estratégica el negocio solar, aunque lo hará con una estructura de divisiones más simple. En este sentido, su intención es seguir explotando su tecnología termosolar, que la ha llevado a ser líderes mundiales.
La compañía que preside José Domínguez Abascal presentó el pasado lunes al consejo de administración las líneas maestras del plan, y el próximo lunes lo someterá a su aprobación definitiva -a falta de mínimos flecos que Álvarez & Marsal rematará en los días posteriores-, según las fuentes consultadas. A partir de ahí, la empresa tendrá que acordar con los acreedores (bancos y bonistas) la reestructuración de la deuda, de 8.903 millones.
El plan contempla, igualmente, desprenderse de la filial Abengoa Bioenergía, dedicada a la producción de biocarburantes y que tampoco es ajena a los problemas de la matriz. No en vano, Interstate Commodities, una firma neoyorquina, ha interpuesto una demanda esta semana en el Juzgado de St. Louis contra la compañía por el impago de los pedidos de maíz que proveió 700.000 euros. Su venta, como la del resto de activos de los que quiere deshacerse, la está pilotando Lazard. El grupo maneja la opción de trocear la operación en las tres áreas principales donde desarrolla su actividad: Europa, Estados Unidos y Brasil. Según fuentes del mercado, Abengoa ya ha recibido interés por parte de fondos de inversión y, en el caso de Brasil, por alguna empresa local. El valor conjunto de las tres regiones se aproxima a los 1.000 millones.
La actual directiva trabaja para cerrar desinversiones con las que completar los créditos concedidos por bancos acreedores y bonistas y hacer así frente a las necesidades de liquidez ordinarias. La previsión de la compañía es que las ventas de inmuebles, entre los que se incluye la sede de Sevilla, suelos y otros activos, fundamentalmente en España, Alemania y Oriente Medio, le reporten unos ingresos de alrededor de 150 millones hasta el próximo 28 de marzo, cuando vence el plazo legal del preconcurso de acreedores que solicitó el pasado 25 de noviembre. El grupo, que confía en evitar sucumbir al concurso negocia el traspaso de su participación a sus socios en algunas plantas de estos países.
La multinacional española trabaja igualmente para culminar otras desinversiones. En septiembre, en el marco del acuerdo para la ampliación de capital, Abengoa, que entonces lideraban Felipe Benjumea y Santiago Seage, aceptó vender activos por 1.200 millones. Este importe suponía cerca de la mitad del valor en libros de todos los activos que tenía en venta hasta septiembre, que ascendía a 2.189 millones. Entre las posibles ventas figuran dos plantas de cogeneración y un hospital en Brasil, las desaladoras de Ghana, plantas solares en Sudáfrica, Abu Dhabi, Chile o Argelia, líneas eléctricas en Perú, una central de agua en Estados Unidos, un parque eólico en Uruguay, una planta de cogeneración y un ciclo combinado en México o instalaciones fotovoltaicas en España.
Todas estas ventas y la salida de determinados países tendrán consecuencias sobre la masa laboral de Abengoa, que en las últimas semanas ha prescindido de unos 500 empleados -temporales- de los más de 24.000 que tiene en todo el mundo. No obstante, el grupo andaluz, que no vislumbra al menos hasta después de su reestructuración la entrada de un socio, descarta en su plan de viabilidad ajustes de plantilla severos.
Entre las ventas que contiene el Plan de Viabilidad no aparece la participación del 41,8% que tiene en su filial Atlantica Yield -Abengoa Yield hasta hace dos semanas-. El grupo ha congelado el mandado que había dado a JP Morgan para encontrar un socio. Ha puesto en valor las sinergias que le reporta la yieldco, que también podría ser comprador de algunos activos, como las plantas de México.
La Abengoa que se proyecta tendrá el foco en países clave de Latinoamérica, entre los que destaca México, Sudáfrica y Oriente Medio. Por el contrario, reducirá su exposición en mercados con presencia incipiente como Australia y Turquía. La estrategia del grupo andaluz, cuya sede social quiere que se mantenga en Sevilla, discurre igualmente por abandonar Brasil, un país principal en la actividad de Abengoa donde, además de Bioenergía, ha construido más de 6.100 kilómetros de líneas transmisión eléctrica y cuenta con plantas de cogeneración o el Hospital de Manaus.