
La subasta de interrumpibilidad eléctrica finalizó ayer con un claro perdedor: Alcoa. El gigante del aluminio ha tenido problemas para poder alcanzar los 150 millones de euros que logró el año anterior y deja así en jaque a sus plantas más pequeñas de Avilés y Coruña.
Tal y como ya adelantó elEconomista, la compañía se hizo con tres bloques de 90 MW por asignación directa ya que volvió a retirarse de la puja antes de lo previsto, igual que hiciera el año anterior. Esta decisión le ha supuesto a la compañía una pérdida de cerca de 10 millones de euros. De este modo, los bloques para la planta de San Ciprian le aportaran 90 millones.
Se esperaba que la compañía pudiera mejorar sus resultados en los bloques de 5 MW para sus plantas más pequeñas de Aviles y La Coruña, pero los resultados tampoco han sido espcialmente positivos.
Con este escenario y la caída de los precios de las materias primas, la compañía ha entrado en una situación delicada en España y los trabajadores temen que pueda repercutir en el empleo.
Subasta con tinte positivo
La subasta, por contra, ha tenido un tinte positivo para gran parte de las empresas interrumpibles. Algunas de ellas han logrado incluso incrementar en un 50% sus ingresos de este año.
La operación además también ha sido positiva para Red Eléctrica. El operador del sistema ha logrado comprar toda la capacidad disponible por un precio inferior al gastado el año pasado, lo que supondrá un ahorro para los consumidores de electricidad.
La Comisión Nacional de Mercados y Competencia tendrá que validad ahora el resultado de esta subasta y posteriormente el gestor técnico podrá dar a conocer los resultados oficiales de la subasta de este año, que como indicó también este diario requirió de una subasta adicional.
Al mismo tiempo, el Gobierno seguirá teniendo abierto el frente que afecta a Solvay, así como a papeleras como Torras o Holmen Paper, que han quedado excluidas de esta convocatoria por los incumplimientos detectados por el operador.
Las compañías han pedido al Ministerio de Industria que busque una solución para esta situación, ya que los avisos de incumplimiento llegaron con un tiempo muy justo y aseguran que no se vulneró en ningun caso el espíritu de la norma. Estas compañías desconectaron cuando se recibió la orden de interrumpibilidad pero las cogeneraciones que tenían asignadas no fueron capaces de dar la potencia total prevista en algunos casos, aseguran que por razones de rendimientos técnicos que resultan incontrolables.